Martín II. El Joven. ?, 1374 – Cerdeña (Italia), 1409. Rey de Sicilia (1390-1409).
Hijo de Martín I el Humano (1396-1410) y de María de Luna. Federico IV, en el Tratado de 1372, había asegurado la continuidad dinástica, con la abolición de la Ley Sálica establecida por Federico III, a favor de su hija María. Pero nuevamente la Corona recaía en una menor de edad, María contaba con sólo catorce años al fallecer su padre. Por esta razón fue nombrado un tutor y a la vez vicario del reino en la persona de Artal de Alagón, uno de los grandes barones de Sicilia. Éste se avino a compartir el poder con la nobleza, creando cuatro vicariatos. A partir de ahí surgieron dos líneas políticas, la primera desde Sicilia promovida por la nobleza, o un sector de la misma, partidaria de dar una continuidad a la dinastía, buscando un candidato italiano, que pudiera contrapesar la influencia de Aragón, para María.
Artal de Alagón entró en negociaciones con Giangaleazzo Visconti, conde de Virtú, para concertar su matrimonio con María y para que enviara a Sicilia hombres y pertrechos que aseguraran la operación. Pero la iniciativa fue cortada de raíz por Pedro el Ceremonioso de Aragón, que envió una flota de guerra para destruir la flota milanesa que estaba a punto de zarpar.
La segunda línea política procedía de la Corona de Aragón. La historia, los entronques dinásticos con Sicilia y el poder estaban de su parte. En efecto, Pedro el Ceremonioso había estado casado con Leonor (que falleció en 1374), hija de Pedro II de Sicilia, y Federico IV de Sicilia se había casado a su vez con Constanza (fallecida en 1363), hija de Pedro el Ceremonioso.
Si Artal de Alagón se movió en medios italianos para buscar un candidato para María, Pedro el Ceremonioso lo hizo en los ámbitos internacionales para conseguir su objetivo de colocar a su hijo Martín el Humano como rey consorte de Sicilia, aunque finalmente fue el hijo de este último, Martín el Joven, quien se casó con la reina María. Mientras tanto, ésta había sido capturada por el barón siciliano Guillermo Raimundo de Moncada trasladada primero al castillo de Agosta, después a Licata y a Cerdeña y finalmente a Barcelona.
El contexto político internacional no dejó de favorecer los intereses de Pedro el Ceremonioso, tras unos descalabros iniciales. En efecto, en las negociaciones con el papa Gregorio XI, el Pontífice le hizo saber que nadie había investido al rey de Aragón como rey de Sicilia y que en esta isla era perfectamente legítima la sucesión femenina. Por otra parte, le hizo saber que si el rey de Aragón insistía en el tema de Sicilia, el papado entregaría la isla de Cerdeña al juez de Arbórea.
Ante el Cisma de Occidente, Pedro el Ceremonioso optó por la neutralidad con la finalidad de poder negociar con todas las partes. Por otra parte, para aminorar las resistencias, decidió ceder sus derechos sobre Sicilia a favor de su hijo Martín el Humano y éste a favor de su hijo Martín el Joven, aunque el Ceremonioso quiso conservar vitaliciamente el título de Rey de Sicilia. Las negociaciones se prolongaron durante casi toda la década de 1380, hasta que el rey de Aragón consiguió, del papa de Aviñón Clemente VII, sus objetivos, que eran la autorización de matrimonio entre Martín el Joven y María y la investidura de Sicilia.
Si el flanco exterior quedaba ahora garantizado, faltaba ganarse a los sicilianos. El golpe de mano de Guillermo Raimundo de Moncada había demostrado la división de la nobleza siciliana, encabezada por Artal de Alagón. Sin embargo, un Comité de Barones presididos por los cuatro vicarios, creados en 1377, acordaron un frente común contra el Rey de Aragón.
Cuando Martín el Humano, junto con su hijo, desembarcó en Sicilia, en 1392, había conseguido en parte su objetivo de dividir a la nobleza. Sin embargo, el sector controlado por Andrea Chiaromonte, Simón del Pozzo y Artal de Aragón logró organizar un movimiento de resistencia antiaragonés que se extendió hasta principios de 1397, con la rendición de Palermo y el exilio de los más significados representantes antiaragoneses. En 1396, Martín el Humano regresó a Cataluña como rey de Aragón, sucesor de su hermano Juan I. Comenzaba el gobierno personal de Martín el Joven, con un esquema de gobierno de corregencia. En efecto, las relaciones internacionales de Sicilia eran gestionadas, desde Barcelona, por Martín el Humano. Este último diseñó el Gobierno Real con la ayuda de una nueva nobleza, adicta a la Monarquía, procedente de Aragón y Cataluña. Cuando en 1401, Martín el Joven enviudó de la reina María, la nobleza siciliana propuso el matrimonio de Martín con Juana, hermana de Ladislao de Nápoles, sin embargo prevaleció la candidatura de Blanca de Nápoles, propuesta por Martín el Humano.
Este sistema de funcionamiento del Gobierno de Martín el Joven, asimilable quizás a un virreinato, sólo resulta comprensible desde la óptica de los acontecimientos sucedidos en torno a la ocupación de Sicilia, convertida en un acto de conquista. Desde la óptica de Martín el Humano, su hijo solamente podría sostenerse en el Trono de Sicilia con el apoyo, a corta, media y larga distancia, del rey de Aragón. Si para conseguir este objetivo las prerrogativas de Martín el Joven debían ser rebajadas, era el peaje necesario para la conservación de la isla dentro del ámbito de la Corona de Aragón.
Del matrimonio de Martín el Joven con María nació un hijo, Pedro, que falleció en 1400. La reina María falleció al año siguiente. Un segundo matrimonio de Martín con Blanca de Navarra no obtuvo descendencia. Cuando el rey de Sicilia falleció en 1409, su padre Martín el Humano nombró a Blanca de Navarra como vicaria de Sicilia. La muerte de Martín el Humano, en 1410, inició un nuevo interregno, bajo el signo de la inestabilidad.
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Pau Cateura Bennasser