Belda Mencía del Barrio, Martín. Marqués de Cabra (I). Cabra (Córdoba), 12.VIII.1820 – Madrid, 1.I.1882. Funcionario y político.
Hijo de Francisco Belda Calabuig, comerciante de paños y empleado de correos nacido en Bocairente (Valencia), y de Rosa Mencía del Barrio López, natural de Cabra (Córdoba), donde aprendió las primeras letras. Hacia 1835 viaja a Madrid y trabaja de escribiente en el Ministerio de Marina. Sin acreditar titulación alguna, es nombrado capitán, teniente coronel y coronel honorario de artillería de Marina.
Más adelante ingresa como oficial en el ministerio de la Gobernación. Como se señala en las Semblanzas de los 340 diputados a Cortes que han figurado en la legislatura de 1849-1850 (1850), “antes de que le apuntara el bozo ya era empleado, y ninguno es más patriota que él, puesto que se ha criado a los pechos de la madre patria”. Sus sucesivos ascensos fueron instados por él mismo y hasta intentó ingresar en la escala efectiva, lo que le fue denegado, por no haber servido “ni un solo día en clase militar alguna” (Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán, leg. 5067/1).
Contó con la protección de algunos egabrenses ilustres, como Vicente Alcalá Galiano y Antonio Valera y Viaña, y otros políticos andaluces de la época, como Antonio Benavides y Luis José Sartorius, del que se confesó seguidor en repetidas ocasiones.
El 22 de noviembre de 1847 sustituye como diputado por el distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, a José de la Peña y Aguayo, que había sido nombrado senador por designación real. Las elecciones tuvieron lugar del 26 al 29 de octubre y hubo de enfrentarse al diputado provincial Manuel Pineda y Escalera. En la segunda legislatura (1848-1849) tiene una intervención sobre el nombramiento de empleados del ministerio de la Gobernación —que ocupaba el conde de San Luis— y otro sobre los presupuestos del ministerio de Marina en la que reconoce haber “tenido la honra, que para mí será siempre muy grande, de haber servido, no como oficial facultativo, sino como empleado, no para otra cosa que para hacer extractos y poner minutas en ese Ministerio” (Diario de Sesiones del Congreso n.º 97, de 22 de mayo de 1849, pág. 2342). Durante la tercera legislatura (1849-1850) es primer secretario del Congreso.
Las siguientes elecciones tuvieron lugar el 31 de agosto de 1850. Belda resulta de nuevo elegido para el Congreso por el distrito de Cabra. En enero de 1851 es ascendido a oficial de primera en el ministerio de la Gobernación. Renuncia al sueldo para evitar tener que someterse a reelección, de acuerdo con la legislación del momento. Belda se alinea cada vez más decididamente con la fracción “polaca” —los partidarios de Sartorius— del partido moderado: “a jefes como el conde de San Luis, que ha servido con lealtad a su Reina y a su Patria, ningún hombre honrado, ningún hombre que se estime, podrá faltar en lo más mínimo ni hacerle traición, ni ahora ni nunca” (Diario de Sesiones del Congreso, n.º 40, de 24 de enero de 1851, pág. 733). Es elegido de nuevo primer secretario del Congreso. El 10 de mayo de 1851 tienen lugar nuevas elecciones convocadas por el gabinete de Bravo Murillo. Belda denuncia en una de las primeras sesiones los manejos electorales llevados a cabo en la provincia de Córdoba por Luis Bertrán de Lis, hermano del ministro de la Gobernación. Se ratifica en su significación política mediante la expresión que recogieron las crónicas de la época: “si por Polonia se entiende una facción política, que tiene un sistema de gobierno y que ha salvado al país de las convulsiones pasadas, yo soy polaco”.
Tras la dimisión de Bravo Murillo y la formación del gabinete Roncali, es elegido de nuevo diputado el 4 de febrero de 1853. Se nombra el último gabinete moderado, presidido por Sartorius. Martín Belda no será miembro del mismo.
Tras la “vicalvarada” y el manifiesto de Manzanares (7 de julio de 1854), preside el Gobierno el general Espartero durante el bienio progresista. Belda es candidato al Congreso por el distrito de Cabra, pero no resultará elegido el 4 de octubre de 1854. Con el gabinete Narváez (12 de octubre de 1856), los moderados vuelven al poder. Los días 25 y 26 de marzo de 1857 tienen lugar nuevas elecciones. Belda recupera su escaño en el Congreso y ocupa el puesto de secretario segundo. Se suceden los gabinetes bajo el signo político de la Unión Liberal, grupo en el que no llegó a integrarse Martín Belda. Desde la cámara baja ejerce una discreta pero constante oposición al ministerio unionista. Pasa algunas temporadas en Cabra —donde se había construido una casa— y en el balneario de Alhama de Aragón para reponer su salud.
En este período pierde los dos únicos hijos habidos de su matrimonio, contraído en 1850, con María José Jover Greppi, hija de un propietario afincado en Almería y antiguo diputado progresista.
El 18 de abril de 1863 inquiere al presidente del Gobierno sobre las “gracias” concedidas a varios diputados que debían, en consecuencia, someterse a reelección.
Presenta también una proposición en la que juzga “la historia política del gabinete que acaba de desaparecer”, esto es, el del general O’Donnell. En sus palabras, “aquí hemos asistido a los funerales del general O’Donnell como hombre político, según la feliz expresión del señor Ríos Rosas. El Congreso ha asistido también a dar tierra y sepultura a la Unión Liberal, según se desprende de las calificaciones hechas por el señor Cánovas del Castillo, voto, señores, en esta materia irrefutable e inapelable. Cinco años ha estado gobernando en nombre de la Unión Liberal; durante cinco años han gastado el tiempo y su ingenio los principales oradores del Parlamento en buscar definiciones a una cosa que es indefinible, y al cabo de cinco años de apreciaciones y definiciones más o menos inexactas, los doctores del vicalvarismo, los amigos de la Unión Liberal, no los adversarios, los amigos de aquel Gobierno han tropezado al fin con la verdad [...]” (Diario de Sesiones del Congreso, n.º 54, de 29 de abril de 1863, pág. 799).
Tras caer O’Donnell, fue objeto de los ataques de Belda el gabinete presidido por el marqués de Miraflores.
En esta ocasión, hizo leer una larga lista de diputados “agraciados” por el Gobierno anterior con puestos administrativos y que tenían que someterse a reelección. La reacción del diputado Calderón Collantes fue pedir el expediente del “señor Belda”. A lo que éste contestó airado: “que se traiga: justamente una de las cosas por que he sostenido esta proposición es porque he oído cierta amenaza de que se iban a traer los antecedentes de mi vida pública”. A continuación defendió en un largo discurso su trayectoria como funcionario (Diario de Sesiones del Congreso, n.º 54, de 29 de abril de 1863, pág. 806).
Tras la disolución de 12 de agosto, Martín Belda fue elegido diputado por séptima vez por el distrito de Cabra en las elecciones del 11 de octubre de 1863.
Pero el 20 de enero de 1864 fue nombrado subsecretario de Gobernación en el nuevo gabinete presidido por el jurista Lorenzo Arrazola, por lo que hubo de renunciar al escaño. Sin embargo, cesó en el cargo el 5 de marzo —por dimisión del Gobierno— y volvió a presentarse y resultó elegido en la elección parcial por su distrito el 10 de marzo. En el gabinete formado por Narváez el 16 de septiembre de 1864 es encargado de la Dirección General de Obras Públicas por su paisano, el ministro de Fomento Antonio Alcalá Galiano, hijo del marino egabrense muerto en Trafalgar. Dos meses después, el 22 de noviembre, es designado de nuevo diputado por el distrito de Cabra.
El 5 de enero de 1865 es elegido vicepresidente del Congreso, siendo presidente Alejandro de Castro.
Belda ocupa la presidencia de manera interina el 22 de febrero al pasar Castro a la cartera de Hacienda.
El 8 de marzo resulta elegido presidente Fernando Álvarez y Belda abandona la presidencia provisional.
Alcalá Galiano fallece el 11 de abril, tras recriminar a González Bravo la actuación policial en la “noche de San Daniel”, pero Martín Belda no le sustituirá en el ministerio, sino que ocupará durante unas semanas el gobierno civil de Madrid.
El 1 de diciembre de 1865 es elegido diputado —siempre en las filas del partido moderado— por el distrito de Montilla, que engloba al antiguo de Cabra tras la reforma de la ley electoral. El 3 de enero de 1866 se pronuncia Prim en Villarejo de Salvanés, pero tiene que salir huyendo hacia Portugal. Belda lleva todo el peso del debate presupuestario desde el 29 de mayo hasta el 21 de junio. El 22 se sublevaron los sargentos de artillería del cuartel de San Gil, con el resultado de casi doscientos muertos. La intentona, fracasada, se saldó con sesenta y seis penas de muerte y el exilio de numerosos políticos progresistas y demócratas (Castelar, Becerra, Martos, Sagasta y otros).
El 30 de diciembre quedó disuelto el Congreso, sin haber llegado a reunirse tras el verano. El 10 de marzo de 1867, Martín Belda resulta de nuevo diputado por el distrito de Montilla y el 4 de abril es elegido presidente del Congreso. En su alocución inicial proclama “la lealtad inquebrantable, la adhesión sincera y constante a los principios fundamentales de nuestra existencia política [...]. Sólo de esta manera, en las circunstancias graves que atravesamos [...] podremos salvar el Trono de nuestra augusta soberana, la honra, la independencia y los derechos del país [...]” (Diario de Sesiones del Congreso, n.º 5, de 4 de abril de 1867, pág. 29).
El 27 de junio de 1867 es nombrado ministro de Marina en el Gobierno presidido por Narváez. Inicia una serie de reformas encaminadas a contener el gasto y que son mal recibidas en la Armada, como la supresión de la escala de reserva, a la que se acogían los oficiales que no podían o no querían navegar. El diputado Balboa le recordó en más de una ocasión su condición de coronel “honorario”. El 10 de febrero de 1868 dimitió. Quedó en el aire la idea de que la enemiga de los marinos con el ministerio les hizo participar de buen grado en la Gloriosa, cuando en general habían permanecido ausentes de los pronunciamientos.
El 23 de abril de 1868 se forma el que sería último Gobierno de Isabel II, presidido por González Bravo.
Belda será de nuevo ministro de Marina, posiblemente por indicación de la misma Reina. Canceló la proyectada construcción de unos buques de guerra, de modo que concitó un malestar todavía mayor entre los oficiales navales.
La sublevación del 17 de septiembre de 1868 acabó con el Gobierno y supuso el final del reinado de Isabel II, a cuyo lado marchó Belda. El 25 de junio de 1870 renunció Isabel II a sus derechos históricos a favor de su hijo Alfonso en el palacio de Castilla, en París, en presencia, entre otros, de Martín Belda. En las elecciones del 8 de marzo de 1871 no resulta elegido diputado por el distrito de Cabra, a pesar de haber desplegado una intensa actividad para ello. En diciembre del mismo año acompañó al príncipe Alfonso a Viena para su ingreso en el Theresianum. Aceptó la jefatura de los alfonsinos del duque de Montpensier a partir de enero de 1872 por lealtad a la reina. En 1873 aparece ya como miembro del círculo alfonsino de Madrid, presidido por Cánovas del Castillo, lo que indica su alejamiento del partido moderado.
Tras la Restauración, Belda fue uno de los pocos políticos del entorno de la reina Isabel II que consiguió mantenerse activo. Por Real Decreto de 5 de febrero de 1875, el rey Alfonso XII le concedió la merced de marqués de Cabra. Formó parte del comité de diez políticos designado por la comisión de notables convocada por Cánovas para la redacción de un proyecto de Constitución. El 6 de enero de 1876 fue enviado a París como apoderado general de Isabel II. En las elecciones del 20 de enero de ese mismo año resultó elegido de nuevo diputado por el distrito de Cabra. Acompañó a la reina durante su estancia en Sevilla, a partir de octubre de 1876. Presidió la comisión del Congreso que dictaminó sobre el matrimonio del Rey con su prima María de las Mercedes de Orleans, que se aprobó por trescientos once votos a favor y cuatro en contra (Diario de Sesiones del Congreso, n.º 5, de 15 de enero de 1878, págs. 60-63), lo que le valió un cierto distanciamiento de Isabel II, contraria al enlace.
Fue gobernador del Banco de España desde febrero de 1878 hasta marzo de 1881, cuando accedió al Gobierno el partido fusionista de Sagasta. El 20 de abril de 1879 fue elegido diputado por última vez por el distrito de Cabra. El 20 de agosto de 1881, en la última ocasión en que se presentó por su viejo distrito, no resultó elegido. El 1 de enero de 1882 falleció en Madrid sin descendencia, dejando un patrimonio notable. Sucedió en el título nobiliario un hijo de su hermana Vicenta, su sobrino Francisco Méndez de San Julián y Belda. Martín Belda estaba en posesión de las cruces de Isabel la Católica y Carlos III.
Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (Viso del Marqués, Ciudad Real), exp. personal, leg. 5067/1; Archivo del Congreso de los Diputados, Serie Documentación Electoral, credenciales como diputado, Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1846, leg. 25, n.º 12; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1850, leg. 28, n.º 15; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1851, leg. 30, n.º 15; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1853, leg. 33, n.º 10; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1857, leg. 39, n.º 10; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1858, leg. 43, n.º 3; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1863, leg. 47, n.º 3; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1864, leg. 51, n.º 1; Distrito de Montilla, circunscripción de Córdoba, 1865, leg. 53, n.º 16; Distritos de Córdoba y Montilla, circunscripción de Córdoba, 1867, leg. 57, n.º 15; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1876, leg. 77, n.º 15; Distrito de Cabra, circunscripción de Córdoba, 1879, leg. 83, n.º 2; Diario de Sesiones del Congreso, n.º 35, de 21 de febrero de 1865, pág. 612, elección como presidente interino del Congreso de los Diputados desde el 21 de febrero hasta el 7 de marzo de 1865; Diario de Sesiones del Congreso, n.º 1, de 30 de marzo de 1867, pág. 7, elección como presidente interino del Congreso de los Diputados desde el 30 de marzo hasta el 3 de abril de 1867; Diario de Sesiones del Congreso, n.º 5, de 4 de abril de 1867, pág. 32, elección como presidente del Congreso de los Diputados desde el 4 de abril hasta el 30 de diciembre de 1867.
[M. Sánchez Silva], Semblanzas de los 340 diputados a Cortes que han figurado en la legislatura de 1849-1850, Madrid, Gabriel Gil, 1850; E. Tajueco Gallardo, El libro de los diputados o fisonomía del Congreso de 1851, Madrid, José María Ducazcal, 1851; P. E. de Tébar y J. de Olmedo, Las segundas Cortes de la Restauración. Semblanzas parlamentarias. Congreso de los Diputados, Madrid, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1879; E. Esperabé de arteaga, Diccionario enciclopédico y crítico de los hombres de España, Madrid, Ibarra, [195?]; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; J. R. Urquijo Goitia, Gobiernos y ministros españoles (1808-2000), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001; J. M. Garrido Ortega, Martín Belda, un político al servicio de Isabel II, Cabra (Córdoba), Ayuntamiento de Cabra-Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2004.
Mateo Maciá Gómez