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Juan Fernández de Limia

Biografía

Fernández de Limia, Juan. D’Anhoane o Batisela. ?, m. s. xiii – X.1293 post. Ricohombre gallego, adelantado de Andalucía y pertiguero mayor de Santiago.

Juan Fernández de Limia d’Anhoane o Batisela (sobrenombre de su bisabuelo) fue hijo del noble gallego Fernando Eanes y de Teresa Anes, hija de Juan Pérez de Maya. Su abuelo Juan Fernández había sido alférez de Alfonso IX en León y teniente de Limia y otras localidades orensanas; su linaje había llegado a ser dominante en la franja gallega limitánea con Portugal.

Hermanos de Juan Fernández fueron Fernán Fernández Pan Centeo de Limia e Inés Fernández, casada con Pedro Núñez de Guzmán.

En 1266, Juan Fernández aparece por primera vez en la lista de confirmantes nobles de los privilegios reales castellano-leoneses, sustituyendo al difunto Fernando Eanes. Ello implicaba su reconocimiento, por parte de la Corte, como cabeza de la familia Limia.

En 1282 se unió a la rebelión del infante Sancho (el futuro Sancho IV) contra su padre, el rey castellano Alfonso X. Su hermano Fernán Fernández de Limia lo secundó al principio, pero acabó pasándose a las filas alfonsinas. En el transcurso del conflicto, Juan Fernández participó en importantes misiones ordenadas por el infante, como el socorro a Mérida, atacada por los fieles al Rey (1283).

A la muerte de Alfonso X y tras el advenimiento de Sancho IV (1284), Juan Fernández se encontraba bien situado en la Corte. Aparte de su apoyo al nuevo soberano durante la guerra civil, jugaba a su favor el matrimonio que había contraído con María García, hermana del nuevo hombre fuerte del reino, Gómez García de Sotomayor, “abad de Valladolid”. No es extraño que le fuera otorgado el oficio de adelantado en Andalucía, que desempeñó hasta la segunda mitad de 1287. En el ejercicio de este cargo con competencias judiciales y ejecutivas, se le encomendó proteger el cobro de derechos aduaneros y del diezmo por la iglesia de Sevilla (1284), así como velar por los privilegios concejiles (1287). Durante su adelantamiento en Andalucía, Juan Fernández también hizo negocios: en 1286 tuvo arrendadas las rentas de esa región junto a los hermanos Pedro y Nuño Díaz de Castañeda, y a Diego López de Haro. Precisamente éste, que era hermano del nuevo favorito regio, Lope Díaz, fue el que sustituyó a Juan Fernández en el oficio de adelantado.

Durante el reinado de Sancho IV, Fernández de Limia se mantuvo en la elite nobiliaria. Ahora bien, tenía una importancia política mediana, en absoluto comparable a los representantes de grandes linajes, como eran el de Lara o el de Haro. En correspondencia con su relevancia social y política, los ingresos que obtenía de la Monarquía en concepto de soldadas eran aproximadamente la mitad de los obtenidos por personajes verdaderamente relevantes como el infante Juan (hijo de Alfonso X), Juan Núñez de Lara o Juan Manuel (primo hermano de Sancho IV).

Juan Fernández tomó parte en algunas empresas bélicas. Durante el cerco de Jerez de la Frontera por las tropas benimerines de Abū Yūsuf (1285), estuvo entre los ricohombres favorables a presentar batalla a los invasores.

En 1289, el Monarca le ordenó a él y a otros magnates aconsejar a Alfonso de Molina, cuñado del Rey, en la dirección de la guerra contra Aragón y Alfonso de la Cerda, aspirante al trono castellano.

Entre 1291 y 1293, fecha de su muerte, Juan Fernández de Limia ocupó otro cargo homólogo al de adelantado: el de pertiguero mayor de tierra de Santiago, con jurisdicción sobre el señorío del arzobispo compostelano. La pertiguería era dependiente de éste teóricamente, pero en realidad el oficio fue utilizado por los monarcas como medio de control de aquella región.

Juan Fernández de Limia falleció, presumiblemente, poco después de octubre de 1293. En años sucesivos a éste, hay referencias, en la documentación y en las fuentes cronísticas, a otro Juan Fernández de Limia, sobrino homónimo del biografiado, con el que no hay que confundirlo.

 

Bibl.: P. Salazar de Mendoza, Origen de las dignidades seglares de Castilla y León, editio princeps, Toledo, Diego Rodríguez de Valdiuielso, 1618 (Madrid, Oficina de Benito Cano, 1794, pág. 193); Fray F. Brando, Monarchia Lusytana, vol. V, Lisboa, na officina de Paulo Craesbeeck, 1650, fol. 232v.; M. Gaibrois, Historia del reinado de Sancho IV de Castilla, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1922, t. I, págs. 111 (nota), 114 y 145, y Apéndice documental, pág. XLIII; t. II, 1928, págs. 130 y 271; A. Ballesteros, Alfonso X el Sabio, Barcelona, Salvat, 1963, pág. 1015; P. de Barcelos, Livro de Linhagens, ed. de J. Mattoso del ms. del s. xiv, vol. I, Lisboa, Publicaçôes do II Centenario da Academia das Ciéncias, 1980, págs. 192 y 197; F. J. Hernández, Las rentas del rey. Sociedad y fisco en el reino castellano del siglo xiii, vol. I, Madrid, Fundación Ramón Areces, 1993, págs. 170 y 276-293; G. Argote de Molina, Elogios de los conquistadores de Sevilla, ed. de A. Sánchez de Mora del original de 1588, Sevilla, Ayuntamiento, 1998, elogio 56, págs. 82-83; B. Vázquez Campos, Los adelantados mayores de La Frontera o Andalucía (siglos xiii-xiv), Sevilla, Diputación Provincial, 2006.

 

Braulio Vázquez Campos

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