Álvarez de Azagra, Teresa. Señora de Albarracín. ?, 1243 post. – 1300 post. Noble, señora.
Noble dama aragonesa, hija de Álvaro Pérez de Azagra y de Inés, infanta navarra, nació al poco de desposar sus progenitores. Debió de vivir sus años de infancia en el señorío paterno, período en el que su padre compaginó el gobierno de sus dominios con su presencia en la corte real aragonesa. Así ocurrió hasta 1257, año en el que cambió su política y decidió buscar la colaboración de los castellanos, crucial para frenar las aspiraciones de Jaime I y preservar la autonomía de su señorío. Fue entonces cuando Azagra pensó en desposar a su hija y heredera con un magnate capaz de mantener el pulso con ambas monarquías, por eso no sorprende que eligiera a Juan Núñez de Lara I, hijo del poderoso Nuño González de Lara I. Ya se hallaban casados en julio de 1260, cuando Teresa juró los fueros de su señorío, aunque Juan no tardó en hacerse cargo de los dominios de su esposa. Ambos tuvieron que saldar las deudas dejadas por el difunto Álvaro Pérez y pusieron especial atención en el rendimiento económico de sus dominios, revisando el sistema impositivo, atrayendo nuevos pobladores y buscando la salida comercial de sus productos hacia Castilla.
Albarracín se vio inmerso en los asuntos castellanos, como la rebelión nobiliaria de Nuño González de Lara I (1272-1273) o los conflictos subsiguientes al fallecimiento del infante Fernando de la Cerda (1275). Enemistado con el nuevo monarca aragonés y con el futuro rey de Castilla, Lara buscó la alianza navarra en 1277 e hizo frente desde sus dominios turolenses a la presión de ambos reinos. No en vano, en 1281 el infante Sancho y Pedro II de Aragón pactaron la pertenencia de Albarracín a este último reino, con el consiguiente enojo de sus señores, que atacaron desde Navarra las tierras castellanas y aragonesas.
Hubo un intento de acuerdo con Pedro II, aunque al final los aragoneses asediaron Albarracín a mediados de 1284. Juan Núñez se vio obligado a rendir la plaza, refugiándose en Francia y, tras pactar con Sancho IV de Castilla en 1286, regresó a la Península. Teresa debió acompañarle en todo este periplo, aunque el sosiego no duró mucho. Tras nuevas enemistades y ciertos conflictos políticos, intentaron recuperar su señorío en 1289, sin conseguirlo.
Fallecido su esposo (1294), debió permanecer junto a su hijo Juan Núñez II, tan inquieto como su padre.
Aún vivía en 1298, cuando reconoció por señor a Jaime II de Aragón a cambio de ostentar en su nombre el señorío de Albarracín, pudiendo así recuperarlo y garantizar la sucesión de su hijo Juan Núñez de Lara II. Poco duró el acuerdo, pues al año siguiente volvió a pactar con la corte castellana, y Jaime II, en represalia, ocupó definitivamente Albarracín.
Además de Juan Núñez II, Teresa fue madre de Nuño González III, Álvaro Núñez II, Juana Núñez la Palomilla, dama de gran relevancia en la Castilla de principios del siglo xiv, y Teresa Núñez, que casó con Alfonso, hijo del infante Juan de Castilla.
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Antonio Sánchez de Mora