Martínez Cubells, Salvador. Valencia, 9.XI.1845 – Madrid, 21.I.1914. Pintor y restaurador.
De origen valenciano, Salvador Martínez Cubells aprendió el oficio de pintor de la mano de su padre, Francisco Martínez Yago, dando así inicio a una saga de pintores que fue perpetuada por su hijo Enrique Martínez-Cubells Ruiz. A la edad de doce años ya pintó sus primeras obras, pero no se ha llegado a conservar ninguna de esta época. Continuó su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde se empapó del realismo académico preponderante y donde coincidió con Antonio Muñoz Degrain, que llegaría a ser su gran amigo, Paco Domingo, Antonio Cortina y Joaquín Agrasot.
En 1864 el pintor se instaló, junto a Muñoz Degrain en Madrid, donde no tardaron mucho en triunfar sus obras, inspiradas en un primer momento por el costumbrismo valenciano. Es el caso de los cuadros Un baile de labradores y La visita del novio, de pincelada fácil y colorido brillante, que participaron en la Exposición de Madrid de 1864 y que fueron adquiridas por el marqués del Campo.
Cuatro años más tarde, el 7 de mayo de 1869, ganó por oposición, compitiendo con más de una veintena de aspirantes, la plaza de primer restaurador del Museo del Prado, puesto que le valió algunas críticas de la prensa que sentenciaban que iba “a asesinar los cuadros del Museo, porque era un buen pintor, pero un mal restaurador”. Para entender la figura de Martínez Cubells es fundamental su faceta de restaurador, profesión que ejerció durante más de veintiséis años y que le salvó de las estrecheces que atravesó en Madrid los primeros años. El mismo artista se definía a sí mismo como restaurador antes que pintor. Restauró un total de más de dos mil cuadros para el Museo del Prado y para particulares, entre ellos piezas capitales, como los frescos realizados por Goya en su casa al lado del Manzanares, que Martínez Cubells trasladó a lienzo y que forman parte del Museo del Prado gracias a la generosa donación del barón Erlanger.
En 1875 tuvo lugar uno de los acontecimientos más importantes de su vida: la restauración del cuadro de San Antonio de Murillo. En 1874 se produjo el robo de un fragmento de la obra en la catedral de Sevilla, hecho que conmovió a la sociedad de la época.
Afortunadamente, Hipólito Uriarte, cónsul español en Norteamérica, halló en Nueva York el fragmento robado, devolviéndolo a España el 21 de febrero de 1875. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando envió a Sevilla una comisión formada por Carlos Luis de Rivera, Nicolás Gato de Lema y Martínez Cubells como restaurador de la obra. El artista realizó un espléndido trabajo, tal y como atestiguan el brillante informe emitido por la Academia, que fue publicado en la Gaceta y su nombramiento como Hijo Predilecto y Adoptivo de la ciudad de Sevilla en señal de gratitud. El pintor tuvo que enfrentarse a las reticencias del Cabildo sevillano debidas a su juventud, pues tan sólo contaba entonces con veintinueve años.
Fue en esta época cuando contrajo matrimonio con la granadina Enriqueta Ruiz Diosayuda, madre de sus dos hijos. La familia solía viajar durante el verano por diversos países europeos, como Bélgica, Holanda, Italia, Inglaterra, Francia y Alemania, país en el que fueron educados sus hijos.
Desde el año 1871 Martínez Cubells tuvo una activa participación en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, como expositor y como miembro del jurado en las diferentes disciplinas de Pintura, Escultura o Arte Decorativo en los años 1881, 1892, 1895 y 1899. En esta época comenzó a cultivar el género del retrato, llegando a realizar más de quinientos, entre los que figuran los personajes más influyentes del momento, como S. M. el rey Alfonso XII o el mismo Sagasta. El más sobresaliente de todos ellos es, sin duda, el Retrato de su padre, que llamó la atención del entonces insigne pintor Federico de Madrazo, que devino gran amigo del artista. La obra fue premiada en numerosas ocasiones; la primera de ellas con la Medalla de Oro de la Exposición Regional de Valencia en 1867, con la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1872 y con la Medalla de Oro de 1.ª Clase en la IX Exposición Internacional de Múnich en 1905. En este certamen consiguió, también, en 1897 la Medalla de Oro de 2.ª Clase por el Retrato del marqués de La Rodriga.
El pintor siguió cosechando éxitos con la pintura de historia, género que experimentó un importante auge a finales del siglo xix con sus coetáneos Casado del Alisal, Muñoz Degrain y Moreno Carbonero, que siguieron la estela marcada por su predecesor Eduardo Rosales. Triunfó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1876 obteniendo la 2.ª Medalla con el Retrato de su esposa, la 1.ª Medalla en 1878 con la Educación del príncipe don Juan, obra que fue adquirida por el Estado a un precio de 7.000 pesetas, y la 1.ª Medalla en 1887 con el cuadro Doña Inés de Castro, hoy desaparecido.
Otro encargo de gran importancia en la trayectoria del pintor fue la decoración del templo madrileño de San Francisco el Grande. En el año 1881, en una primera fase de colaboración, realizó la conmemoración de la Impresión de las llagas de san Francisco y los evangelistas San Marcos y San Lucas sobre el arco de acceso a la iglesia. Posteriormente, entre 1885 y 1886 recibió el encargo de pintar la bóveda de las Órdenes Militares en la que pintó a Santiago y san Juan bendiciendo sus respectivas Órdenes.
El 29 de noviembre de 1891 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ocupando la plaza del retratista Benito Soriano Murillo. Su discurso, que fue contestado por Rodrigo Amador de los Ríos, versó sobre la escuela y los pintores valencianos, concediendo especial atención a Jerónimo Jacinto de Espinosa. Su actividad académica fue de gran intensidad, realizando numerosos informes y presidiendo los tribunales de pensionados en Roma. En 1895, tras su estancia en el Prado, obtuvo la plaza de profesor de Término en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, y consagró a la docencia diecinueve años de su vida.
Fue nombrado caballero de la Real Orden de Carlos III en 1876, comendador de la Real Orden de Isabel la Católica en 1883, comendador de la Real Orden de Carlos III en 1884, caballero Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica desde 1887, caballero de la Real Orden de San Miguel de Baviera en 1893 y fue condecorado con la Medalla de Alfonso XII de Plata en 1902.
Obras de ~: Un baile de labradores, c. 1864; La visita del novio, c. 1864; El suplicio de los Carvajales, 1866; Retrato de su padre, 1867; Retrato de su esposa, 1876; El patio del ex-convento de San Isidro del Campo en Santiponce, 1876; San Enrique, 1876; Retrato de José Ribero, 1876; Retrato de S. M. el rey Alfonso XII, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, 1876; Educación del príncipe don Juan, Palacio del Senado, Madrid, 1878; Vuelta del torneo, Museo Provincial de Valencia, 1881; Impresión de las llagas de san Francisco, San Marcos y San Lucas, iglesia de San Francisco el Grande, Madrid, 1881; Guzmán el Bueno, Universidad de Zaragoza, 1884; Decoración de parte de la Cúpula Central y de la Cúpula de las Ordenes militares: Santiago y San Juan bendiciendo sus respectivas Órdenes, iglesia de San Francisco el Grande, Madrid, 1885-1886; Doña Inés de Castro, 1887; Retrato de Federico de Madrazo, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1896; Retrato del marqués de La Rodriga, 1897; Retrato de la S. A. R. la infanta Paz, 1905; Rey Jaime I el Conquistador en el acto de ser herido en el sitio de Valencia por una flecha que le penetra en la cabeza; Los cuatro evangelistas, iglesia de Cullera, Valencia; Retrato S. M. el rey Alfonso XII, Instituto Cardenal Cisneros; Retrato de Práxedes Mateo Sagasta; Retrato del duque de Vistahermosa; Retrato del marqués de Torneros; Retrato del general Martínez Campos; Retrato del marqués de Figueroa; Retrato de Muñoz Degrain; Retrato del rey Amadeo; Batalla de Guadalete, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Retrato de su madre; Retrato de Peregrín García Cadena.
Escritos: La Escuela valenciana de pintura, discurso de ingreso, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1891.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, Moreno y Rojas, 1883-1884 (Madrid, Giner, 1975, págs. 426-427); F. Martín Caballero, Vidas ajenas: F. Rodríguez Marín, Joaquín Sorolla, los Hermanos Quintero, Salvador Martínez Cubells, Primo de Rivera y José María Escuder, Madrid, Hispano-Alemana, 1914, págs. 87-139; J. Garnelo, “Excmo. Sr. D. Salvador Martínez Cubells, necrología”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (BRABASF), 32 (1914), págs. 245-248; C. Pla, Consideraciones sobre el arte de la pintura, discurso de ingreso, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1924, págs. 7-8; J. M. Arnáiz, J. López Jiménez y M. Merchán Díaz, Cien años de pintura en España y Portugal (1830-1930), t. V, Madrid, Antiquaria, 1988-1993, págs. 268- 275.
Marina López de Haro Ochoa