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Francisco Laso de la Vega

Biografía

Laso de la Vega, Francisco. Secadura (Cantabria), c. 1586 – Lima (Perú), 25.VII.1640. Gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Chile, caballero de la Orden de Santiago.

Nació como hijo de Garci Laso de la Vega y de María de Alvarado. Soldado en la Real Armada en 1606 y de las guerras de Flandes desde 1611, donde alcanzó éxitos militares que le valieron ser ascendido a capitán de Infantería española en 1618. Sirvió, en Holanda, bajo las órdenes del marqués Spinola en 1621 participando en la toma de la plaza de Bergen, donde demostró un valor a toda prueba, como lo relata un soldado que servía a sus órdenes. Cuenta Domingo Toral y Valdés que, habiendo salido los holandeses de la plaza, pretendieron tomar un bastión de los españoles que “guarnecía mi capitán don Francisco Laso con su compañía, y con notable valor caló la pica y dijo a los demás que le siguiesen, y dando voces ‘Santiago’, cerramos con ellos arrojándolos del ramal que ocupábamos. El enemigo que oyó españoles, entendió que era mucha cantidad de ellos al socorro, retiróse; y perdió todo lo que había ganado y mi capitán las volvió a entregar a quien las había perdido, de que le resultó los aumento que hoy tiene”.

En 1623 se cruzó caballero de la Orden de Santiago y fue nombrado, en 1625, corregidor de Badajoz.

Cuando estaba por sumir la gobernación de Jerez de la Frontera fue nombrado, el 16 de marzo de 1628, gobernador, capitán general y presidente de la Real Audiencia de Chile por un período de ocho años.

Al momento de su nombramiento, Laso de la Vega desconocía todo sobre Chile y ello le obligó a instruirse sobre el estado de su nueva gobernación, advirtiendo las dificultades que se le presentarían. Se preparó como pudo, pidió refuerzos y pertrechos pero no consiguió ningún soldado, sólo obtuvo de los almacenes del Rey, trescientos mosquetes, doscientos arcabuces vizcaínos, doscientas picas y doscientas armaduras con el cargo de ser pagadas desde Chile con el real situado, como en efecto lo realizó desde Lima en 1629.

En Lima logró reclutar, con la ayuda del virrey conde de Chinchón, cerca de quinientos hombres, con quienes en tres naves, el 12 de noviembre de 1629, se embarcó rumbo a Chile.

Arribó a Concepción el 23 de diciembre de 1629, siendo solemnemente recibido por el Cabildo de la ciudad, debutando con una derrota en la batalla de Picolhué, único revés militar que sufrió. Un año después tendría la oportunidad de sobreponerse en la batalla de Los Robles, donde demostró su valentía y liderazgo.

Habiéndose reanudado con gran dificultad las operaciones ofensivas, en enero de 1631, lideró el mayor triunfo español conseguido hasta esa fecha: la batalla de Albarrada.

El gobernador creía posible que, contando con los recursos humanos y militares suficientes, se lograría la pacificación y conquista definitiva del reino. Consideraba que la mejor estrategia sería la fundación de ciudades y fuertes reforzados militarmente para demostrar el poderío español. La realidad era muy distinta.

Por ello, decidió ordenar que los vecinos encomenderos de Santiago se aprestaran para la guerra, causando una fuerte resistencia entre éstos. Finalmente, obtuvo la aprobación de sus planes por parte del virrey del Perú.

En 1639, Laso de la Vega hizo entrega su cargo a Francisco López de Zúñiga, marqués de Baides. Los grandes logros de su gobierno fueron haber limitado las correrías de los indígenas por el territorio dominado por los españoles y reforzado la presencia de éstos en la zona de la Frontera. Él mismo se sentía satisfecho de estas labores, según lo informó al Rey: “Mediante la continuación de los progresos que he tenido con estas armas, las entregaré en la más lucida reputación que jamás se han visto”.

Concluido su gobierno, permaneció seis meses en Santiago, antes de irse a Lima, tratando del remedio de sus enfermedades. Murió en el colegio de la Compañía de Jesús el 25 de julio de 1640 de hidropesía después de haber testado en esa ciudad el 18 de junio de 1640. De él decía su biógrafo: “Pasó su carrera de caballero no inferior a cuantos celebra la fama; fue de ánimo grande, aspecto feroz y de condición severa, de gallardo espíritu, de grande constancia en los trabajos y de valiente resolución en los peligros, pronto y vigilante en sus acciones militares”.

 

Bibl.: S. Tesillo, “Guerra de Chile, causas de su duración, advertencia para su fin”, en Colección de Historiadores de Chile, t. V, Santiago, 1864; D. Toral y Valdés, “Relación de la vida del capitán Domingo de Toral y Valdés escrita por el mismo”, en Colección de documentos inéditos para la Historia de España, t. LXXI, Madrid, 1879; J. T. Medina, Diccionario Biográfico Colonial de Chile, Santiago, Imprenta Elzebiariana, 1906; F. A. Encina, Historia de Chile, Santiago, Editorial Nascimento, 1940; J. L. Espejo, Nobiliario de la Capitanía General de Chile, Santiago, Editorial Andrés Bello, 1956; S. Villalobos, Historia del pueblo chileno, t. IV, Santiago, Editorial Universitaria, 2000; D. Barros Arana, Historia General de Chile, Santiago, Editorial Universitaria, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2000.

 

Julio Retamal Ávila

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