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José Antonio Gutiérrez de Zevallos

Biografía

Gutiérrez de Zevallos, José Antonio. Taranzo (Cantabria), s. XVII – Lima (Perú), 16.I.1745. Arzobispo de Lima.

Egresado de la Universidad de Salamanca: se ordenó de sacerdote y se cruzó en la Orden de Santiago en San Marcos de León. Fue canónigo de esta catedral hasta que fue nombrado por Felipe V inquisidor del Santo Oficio de Cartagena de Indias, de cuyo Tribunal fue promovido al de Lima antes del año de 1721.

En 1730 fue presentado por Felipe V al papa Inocencio XIII para obispo de Tucumán, en donde redujo a los indios vitelas, convenciéndoles de vivir “en sociedad y en población”, a pocas leguas de aquella ciudad en la nueva población denominada San Juan de los Vitelas.

En 1740 fue promovido por el propio rey al arzobispado de Lima, expidiéndosele las bulas respectivas por Su Santidad el papa Benedicto XIV el 11 de noviembre de 1740. Llegó a Lima el 10 de septiembre de 1742, aunque, debido a la tardanza de las bulas, no pudo hacer su entrada solemne hasta el 24 de diciembre de 1743. Con asistencia del virrey marqués de Villagarcía, Audiencia y Tribunales y el deán Felipe Manrique de Lara.

El 25 de septiembre de 1742, según el señor Bermúdez (Antigüedades de esta santa iglesia metropolitana de Los Reyes, Lima, 1815): “peroró su Ilma. Elogiando a su cabildo, y añadió que el Conde de las Torres le había propuesto consultase con él, sobre lo que más importaba reparar en la iglesia, para ejecutarlo con 6.000 pesos recaudados del tomín de fábrica. Se resolvió la refacción de la sacristía, de las puertas del patio de los Naranjos y las de enfrente, poniendo asimismo piedras de berenguela en las ventanas del coro”. En 8 de enero de 1743 se mandó “que conforme a la regla consueta, jamás se doble después de las 8 de la noche: que hasta que la catedral toque el alba no se tañe ni repique sin orden superior y que en los entierros y funerales se observe la consueta de Santo Toribio confirmada por S. S.”. En 25 de enero del mismo año, “se declaró contra la pretensión de los inquisidores, que todas las monjas y aún las de la Trinidad y Santa Catalina, están sujetas al ordinario y no al Santo Oficio, por causa de patronato, con prevención de que se diese cuenta al Rey y se noticiase al Virrey, quien cortó esa competencia”.

En 27 de junio de 1742, se presentó Juan Carrión y Morcillo en nombre del obispo de Cuzco, Pedro Morcillo, para pedir la traslación de los huesos de su tío el arzobispo fray Diego, al panteón erigido en la capilla de la Purísima Concepción, imponiendo una memoria perpetua, para que, en 11 de marzo de cada año, se cantase una misa por el alma de dicho prelado, lo que se concedió con anuencia de la Real Audiencia, que tenía en esa capilla sus entierros, y con la aprobación del virrey.

Se esmeró en mejorar el seminario de Santo Toribio y en promover su adelanto material y moral; así, en 1744, ensanchó el local, añadiéndole un nuevo claustro y varias celdas. Abrió la visita de ser arquidiócesis, encargando la del clero al licenciado Alonso de la Cueva Ponce de León; y que a pesar de la buena correspondencia que existió entre él y el virrey marqués de Villagarcía, no dejó de haber entre ambos una de aquellas fútiles cuestiones de ceremonial, tan frecuentes entonces entre virreyes y arzobispos.

El Cabildo de 11 de septiembre de 1744 fue el último a que asistió el señor Zevallos. Se admiraba, dice el señor Bermúdez, su amor a la iglesia, estimación a su Cabildo, celo por la disciplina y costumbres antiguas y su constancia y tesón en concurrir a todos los Cabildos. Falleció el 16 de enero de 1745, tras dos años, cuatro meses y seis días de gobierno. Fue sepultado en la bóveda de su iglesia, gastándose en sus funerales, según monseñor García, la suma de 17.480 pesos.

 

Bibl.: J. M. Bermúdez, Antigüedades de esta santa iglesia metropolitana de Los Reyes, Lima, 1815; P. García y Sanz, Apuntes para la historia eclesiástica del Perú, Lima, Tipografía de La Sociedad, 1876; J. A. Valle, Galería de retratos de los arzobispos de Lima (1541‑1891), ed. de D. de Vivero, Lima, Imprenta Librería Clásica y Científica, 1892; R. Vargas Ugarte, Historia de la Iglesia en el Perú, Lima y Burgos, Imprenta Santa María, 1953, 4 ts.; A. Egaña, L. Lopetegui y F. Zubillaga, Historia de la Iglesia de España en la América Española, Madrid, BAC, 1965‑1966.

 

José Antonio Benito Rodríguez

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