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Beato Luis Sotelo Niño

Biografía

Sotelo Niño, Luis. Sevilla, 6.IX.1574 – Omura (Japón), 25.VIII.1624. Misionero franciscano (OFMDes.) en Japón, mártir, beato.

Nació en Sevilla en 1574, hijo segundón de una prestigiosa e influyente familia de la ciudad. Era hijo del regidor Diego Caballero de Cabrera y de Catalina Niño Sotelo de Deza, matrona con fama de santa. Por línea paterna era nieto de Diego Caballero de Cazalla, regidor de Sevilla que desempeñó los cargos de gobernador y mariscal de la isla Española en América, miembro destacado de una familia de ricos conversos extremeños, y por línea materna de Luis Sotelo, alguacil mayor de la Inquisición. Tras cursar estudios en Salamanca, donde profesó en la Orden de los Franciscanos Descalzos, se dispuso a prestar sus servicios como misionero. Con esta intención llegó a Filipinas en 1600, aunque su mirada estaba puesta fijamente en Japón, a cuyos territorios arribó en 1603. Como en el caso de otros misioneros, pronto fue conocido entre los nobles japoneses.

Hacia 1610, en la Corte del shogun en Yedo, fray Luis conoció a Daté Masamune, uno de los más importantes señores feudales o daimyos japoneses, que gobernaba el extenso Reino nororiental de Mutsu o Bojú, a quien acabó convirtiendo al cristianismo.

La influencia del franciscano llegó hasta convencer a Masamune de la necesidad de organizar una expedición desde Japón dirigida al Rey de España (Felipe III) y al papa de Roma (Paulo V), pasando por Sevilla, su ciudad natal y único puerto de comunicación entre América y España. Fray Luis Sotelo y el samurai Hasekura Rocuyemon Tsunegaga comandaron esta célebre expedición que se prolongó a lo largo de siete años (1613-1620), uno de los hitos fundamentales en los contactos entre Japón y Occidente, conocida como Misión Keicho por la era del calendario japonés durante la cual se llevó a cabo.

Los objetivos de esta embajada eran conseguir del papa el envío de nuevos misioneros para Japón y del rey español la apertura del comercio directo entre el Reino de Masamune con Filipinas y Nueva España.

Muchos factores impidieron el éxito de esta expedición, entre ellos la oposición de los comerciantes portugueses de la India y de Macao y de los comerciantes españoles de Filipinas, la animadversión de los jesuitas y el giro de la política interior de Japón desde que en diciembre de 1613 el shogun decretase el destierro de todos los misioneros cristianos en tierras japonesas. El capitán samurai y el franciscano sevillano recorrieron miles de kilómetros desde Sendai a Roma y dejaron múltiples testimonios de su actividad, destacando entre todos ellos las dos magníficas cartas escritas por Masamune y dirigidas a la ciudad de Sevilla y al papa que se conservan en el Archivo Municipal de Sevilla y en los Archivos Vaticanos.

A pesar del fracaso de la embajada de la difícil situación provocada por la política anticristiana de los mandatarios japoneses, Sotelo estaba decidido a volver a Japón. Desde Filipinas, desafiando la prohibición expresa de las autoridades civiles y eclesiásticas de dirigirse a Japón, se embarcó en 1622 en una nave de mercaderes chinos, disfrazado de seglar y acompañado de dos jóvenes conversos japoneses. Cerca de Nagasaki fueron traicionados y entregados a las autoridades y en Omura, el 25 de agosto de 1624, Sotelo y sus dos compañeros, junto a un jesuita y un dominico, fueron quemados en la hoguera. El Vaticano, que no atendió a sus súplicas misioneras, le reconoció como mártir en 1645 y le otorgó la dignidad de beato en 1867. Como indica Juan Gil, el martirio de Sotelo coronaba su intensa y asendereada vida con la suprema dignidad de saber morir en defensa de sus sueños. Su principal biógrafo, el también franciscano Lorenzo Pérez, califica a Sotelo de personaje polémico, hombre de talento nada vulgar, activo y emprendedor y, por lo tanto, expuesto a las censuras de unos y a las alabanzas de otros.

 

Obras de ~: Relación breve y sumario del edicto que mandó publicar en todo su reyno del Bojú..., Sevilla, Alonso Rodríguez Gamarra, 1614 (atrib.) Relación de la persecución de la religión cristiana en el Japón. (incluida en la Chronica de la provincia de San Gregorio, trienio XI, caps. III-VI, págs. 957-970, ed. en L. Pérez, Apostolado y martirio del Beato Luis Sotelo en Japón, Madrid, Imp. Hispánica, 1524, págs. 250-263).

 

Bibl.: J. Velázquez y Sánchez, La embajada japonesa en 1614, Sevilla, El Porvenir, 1862 (ed. y estudio de M. Fernández Gómez, Sevilla, Comisaría de Sevilla para la Exposición Universal de 1992, 1991); Dai Nippon Shiryo. Japanese historical materials, Tokyo, Imperial University of Tokyo, 1909; L. Pérez, Apostolado y martirio del Beato Luis Sotelo en Japón, Madrid, Imp. Hispánica, 1924; J. Gil, Hidalgos y samurais, Madrid, Alianza, 1991.

 

Marcos Fernández Gómez

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