Cortijo, Santiago. ?, f. s. XVIII – Puerto Rico, 17.II.1847. Coronel en Ultramar y teniente coronel de Ingenieros.
Ingresaba en el Ejército el 25 de abril de 1820, estudiando posteriormente en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares. Salía de la misma como teniente de Ingenieros, después de completar los estudios reglamentarios, el 20 de diciembre de 1820, siendo destinado a Galicia.
Con fecha de 4 de octubre de 1832 ascendía capitán de Ingenieros por antigüedad, con destino a la Dirección de Ingenieros de Castilla la Nueva, donde permaneció hasta el 11 de diciembre de 1838, en que, ascendido a teniente coronel en Ultramar (al ser destinados a Ultramar los oficiales tenían derecho a un ascenso que perdían al volver a la Metrópoli), se le destinaba a la isla de Puerto Rico como jefe de la comandancia de ingenieros en la capital de la isla, San Juan.
En enero de 1836 se planteó la necesidad de reemplazar el primitivo muelle de San Juan como consecuencia de su mal estado de conservación y se proyectaron varias obras de mejora en los puentes de San Antonio y Martín Peña valoradas en 1.000 pesos, que fueron costeadas con un arancel impuesto el 31 de julio de 1835 sobre la producción de aguardiente. En vista del retraso de la construcción de nuevas instalaciones del puerto de San Juan de Puerto Rico, la Junta de Comercio adoptaba acuerdos en febrero de 1844, para tomar providencias en el sentido de aligerar los plazos de terminación. Proponían al coronel de Ingenieros graduado, don Santiago Cortijo, para dirección de las obras, quien informaba a la Junta de Comercio y Fomento de la isla de que la construcción del nuevo muelle se prolongaría durante un plazo aproximado de 18 a 24 meses, considerando que era el más adecuado para este cometido. No se equivocaron, pues el muelle nuevo fue terminado en 16 meses “con gran mérito”, concretamente en febrero de 1846, siendo felicitado por S.M. la reina de España. El ingeniero, al ser una obra civil, solicitó un sueldo de 100 pesos mensuales y una recompensa económica tras la adquisición del material y la maquinaria empleada en su construcción.
Posteriormente, las obras que daban continuidad y complemento a la construcción de los nuevos muelles fueron realizados siguiendo el último proyecto de Santiago Cortijo en 1845, permitiendo llevar a cabo entre otras obras, la construcción de un muelle de fábrica permanente.
Tras un reconocimiento realizado a las defensas de la ciudad el 27 de febrero de 1839, Santiago Cortijo informó de la necesidad de realizar varias obras de mejora en la batería de San Francisco de Paula, debido al mal estado de conservación en el que se encontraban sus cimientos como consecuencia del continuo envite del oleaje. El ingeniero propuso reforzar la defensa de la batería con un revestimiento de mortero hidráulico y planteó la necesidad de reparar el pavimento del patio y todas las estancias del fuerte; reedificar los alojamientos de la tropa y reemplazar los traveses de la batería. Además, proyectaba el fuerte de Isabel II, firmado el 30 de septiembre de 1845.
Cortijo también proyectaba la reedificación del puente de Martín Peña, en Puerto Rico, en 1840. En ese año realizaba dos proyectos “para la reedificación del puente llamado de Martín Peña volado por los Yngleses en el sitio que pusieron a esta Plaza el año de 1797”.
Trataba el ingeniero de construir sobre las anteriores pilas que aún permanecían, nueve arcos rebajados de mampostería y tablero horizontal. El proyecto presentaba una planta con amplias embocaduras en ambas orillas, enmarcadas con pilastras y obeliscos. Presentaba dos soluciones, pues sobre la planta dibujaba el ingeniero, abatida a un costado la solución de mampostería y al otro costado la solución con celosía de hierro.
También en 1845 Santiago Cortijo proyectaba una nueva fachada para el edificio la Real Fortaleza o Residencia de los Capitanes Generales. El edificio disponía de columnas neoclásicas en los dos pisos superiores, hasta un amplio remate de cornisa, con frontón, leyenda, escudo y mástil. Sobre la planta baja revestida de piedra, situaba un gran balcón corrido con balaustres.
Dentro de las obras asistenciales de San Juan, existía una institución llamada La Beneficencia, para la cual redactaba Santiago Cortijo un proyecto en 1841. Era capaz para 256 personas de ambos sexos, distribuyéndose la planta alrededor de dos amplios patios porticados, en cuyo centro estaban instalados lavaderos y baños. A la derecha del vestíbulo fueron construidas salas independientes de mujeres blancas y de color. Las de hombres presentaban igual separación, mientras el núcleo central estaba dedicado a distintos talleres y dependencias. La fachada principal era de una sola planta, con amplia portada rematada en frontón resaltado y unido a ventanas recercadas. La parte trasera aprovechaba el desnivel del terreno, al utilizar un semisótano y formar en esta zona una fachada con dos alturas.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1843-1863; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; N. Hinarejos Martín, “De Extremadura a Puerto Rico: ingenieros militares a ambos lados del Atlántico”, en Anales de Historia del Arte, 30 (2020), págs. 249-273; N. Hinarejos Martín, “La batería de San Francisco de Paula de la plaza de San Juan de Puerto Rico: análisis del modelo arquitectónico, siglos XVIII y XIX”, en Fronteras de la historia: revista de historia colonial latinoamericana, 27, 1 (2022), págs. 98-122.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño