Ayuda

Josep Pla Casadevall

Imagen
Biografía

Pla Casadevall, Josep. Palafrugell (Gerona), 8.III.1897 – Llofriu (Gerona), 23.IV.1981. Escritor y periodista.

La familia Pla Casadevall es una de las más acomodadas de Palafrugell y decide hacer estudiar a sus cuatro hijos: Josep, Pere, Maria y Rosa. Ya en la escuela primaria, Josep Pla destaca por su pasión por la lectura (sus autores preferidos serán Montaigne, Pascal, Stendhal, Baroja, Azorín, Ruyra o Eugeni d’Ors), por tener una memoria prodigiosa y por su carácter inconformista.

Internado en Gerona para cursar el bachillerato, el aprendiz de escritor empieza a redactar sus primeras narraciones, colabora en varias revistas locales y queda subyugado por la Gerona monumental.

En 1914, dedicado a la carrera de Derecho e instalado en varias pensiones y hostales de Barcelona, las ocupaciones del joven estudiante serán sobre todo la lectura y el paseo. Sin desvincularse nunca de Palafrugell, ni de sus amigos ni de sus paisajes, por los que siente una predilección sin límites, poco a poco se introduce en los ambientes culturales de la Barcelona de la época. En el Ateneu, Pla descubre una biblioteca con un fondo muy rico en literatura francesa y un lugar donde puede leer cada día la mejor prensa europea del momento. También conoce a un grupo de intelectuales que forman una peña singular (Borralleres, Estelrich, Plana, Sagarra, Xammar, etc.), los cuales tendrán una importancia decisiva en los inicios de su carrera literaria y periodística.

Durante los últimos años de la carrera de Derecho, Pla empieza a publicar seriamente varios escritos de prosa poética. Son unas composiciones que dejan ver a un escritor de estilo inmaduro, retórico, artificioso, pero que ya presentaban una síntesis de los temas posteriores de su obra: descripción apasionada de la realidad más próxima, subjetivismo poético, rechazo aparente de la imaginación, ironía sutil, manipulación y fabulación a partir de hechos y de personajes reales.

Después de una breve estancia en el diario Las Noticias, Pla entra a finales de 1919 como redactor del diario La Publicidad, que muy pronto catalanizaría su cabecera. Pla es un destacado corresponsal de prensa y el periodismo le ayuda a encontrar un estilo más preciso, sintético y natural. Además, Pla se convierte rápidamente en el primer escritor moderno de libros de viajes en catalán. Pla se desdobla en un corresponsal móvil que viaja por toda Europa (París, Génova, Italia, Berlín, Moscú, Londres, Estocolmo…) que no deja nunca de observar la realidad, de leer constantemente, de escuchar y conversar a todas horas sin descanso.

Durante casi veinte años, su trayectoria personal va íntimamente ligada al viaje, al movimiento y sus primeros libros son sobre todo recopilaciones de crónicas viajeras. Desde el primer momento, es un escritor que consigue un gran éxito popular, que colabora en un gran número de publicaciones, que es reconocido por los principales escritores y críticos del momento y que es traducido en el extranjero.

Su larga estancia en las principales capitales europeas hace que se interese también por la política. Pla siempre estuvo atento a la evolución política e intelectual de Cataluña: es elegido diputado de la Mancomunitat de Catalunya en una lista nacionalista del Baix Empordà, en el año 1921. Unos años más tarde, bajo la dictadura de Primo de Rivera, fue procesado por un artículo crítico contra el Ejército español. En aquellos años vive exiliado, en contacto permanente con las principales figuras nacionalistas que conspiraban contra la dictadura, como Francesc Macià.

Vuelve a Barcelona en 1927 acompañado de Adi Enberg, quien se convertirá en su compañera sentimental durante trece años. Enseguida se convierte en un personaje polémico: deja La Publicitat, se convierte en la firma más destacada de La Veu de Catalunya, el diario de la Lliga y se pone a las órdenes de Francesc Cambó, de quien acabaría escribiendo una biografía política. Después de la proclamación de la República, es corresponsal parlamentario en Madrid de La Veu.

Amenazado de muerte (como otros periodistas próximos a la Lliga), deja la Cataluña republicana en septiembre de 1936. Vive refugiado en Marsella y trabaja para los servicios de información y propaganda franquistas en el extranjero. Llega a Barcelona en enero de 1939, con las tropas franquistas y, poco después, se instala en el Ampurdán.

Superado por los acontecimientos políticos pasados y por la guerra europea en curso, Pla vive durante unos años en un especial exilio interior, en varios lugares de la Costa Brava: Fornells, L’Escala, Cadaqués.

Son unos momentos de reflexión, de búsqueda de un sentido a la existencia, de misantropía, de encontrar en el paisaje el único consuelo. Pla se convierte deliberadamente en un hombre enraizado, voluntariamente aislado. Quiere conversar con la gente más sencilla de los pueblos: los pescadores, los payeses, los artesanos. Viaja constantemente por el país, a pie, en autobús o en tren. Lentamente, la visión del paisaje le embriaga y le contagia una especie de panteísmo sensual, sin sentido religioso, que se convierte en un entusiasmo por la realidad. En la literatura que produce aquellos años, destaca el redescubrimiento de la realidad más próxima, la del paisaje y la del mar, descrita con un marcado acento subjetivo que inicia la que será su luminosa madurez literaria.

En el año 1940 empieza su colaboración regular en el semanario Destino, del que se convertirá en uno de sus impulsores e ideólogos más importantes. Son años difíciles, de colaboración con el nuevo régimen y también de autocrítica. Sobreviviendo tan sólo gracias a su dedicación a la literatura y al periodismo, publica en castellano varios libros biográficos, guías de viaje y obras por encargo. Muy pronto abandona el proyecto de llegar a ser un escritor en castellano.

Desde la tribuna que le ofrece Destino, Pla se reencuentra lentamente con sus lectores catalanes y reinicia sus contactos con todos los sectores de la cultura catalana. Desde el primer momento en que la censura lo permitió, vuelve a publicar libros en catalán, la lengua en la cual habían sido concebidos, pensados y escritos, mientras fue posible, sus libros.

Después de unos años de dificultades económicas y de reclusión voluntaria en el Ampurdán, Pla asume plenamente su condición de propietario rural. No volverá a vivir nunca más en Barcelona. La revista Destino le encarga varios reportajes que le permitirán volver a recuperar el viaje como pretexto literario: Francia, Israel, Cuba, Nueva York, Oriente Medio, América del Sur, Rusia… Ya no viaja como corresponsal, sino sólo como periodista observador que no pierde la curiosidad por la evolución política y social del mundo contemporáneo. Además, Pla aprovecha los viajes, muchas veces en petroleros lentísimos, para escribir obsesivamente sus nuevos libros y para elaborar y reescribir pacientemente la que será su obra completa. Después de algunas ediciones de bibliófilo, empieza a editar regularmente sus libros en lengua catalana en la Editorial Selecta de Josep M. Cruzet, que también le publicaría su primer proyecto de obras completas, con veintinueve tomos (novelas, libros de viajes, narraciones, libros de recuerdos…).

Lentamente, empieza a dar valor moral y dimensión colectiva a su proceso individual de recuperación de la memoria. El paisaje, la cocina, los oficios, los grandes catalanes del siglo, todos los temas que se ponen al servicio de una literatura memorialística con la ambición de recuperar del olvido toda una Cataluña que estaba en vías de desaparición.

Por varias razones, fracasa el proyecto literario con la editorial Selecta. Después de unos años sin editor, Pla firma un contrato en exclusiva con la editorial Destino, dirigida por Josep Vergés, de Palafrugell, para poder editar una nueva versión de la obra completa.

El primer tomo es un libro inédito: El quadern gris, verdadera síntesis de toda la obra planiana. Después llegarán otros libros inéditos, narraciones autobiográficas, libros de viajes reelaborados, recopilación de artículos, etc. El reconocimiento de la nueva obra completa por parte de la crítica tan sólo es el reflejo del apoyo incondicional de miles y miles de lectores de todas las generaciones, de todas las ideologías y todos los países catalanes que, como mínimo desde 1925, habían seguido con un verdadero entusiasmo la evolución de su obra.

El éxito de público y de crítica acompañó inmediatamente la publicación de todos los tomos de la nueva obra completa, que el escritor consideró su obra definitiva. Pero sus posiciones políticas y algunas actitudes provocativas distanciaron a Pla, durante los últimos años del franquismo, de los sectores más catalanistas y progresistas de la cultura catalana, que veían con incomprensión sus dudas sobre la Transición democrática y el restablecimiento de la autonomía de Cataluña. Por encima de todo, el reconocimiento de la obra de Josep Pla como una de las aportaciones más valiosas de la cultura catalana empezaba a ser indiscutible: treinta mil páginas de prosa catalana avalan el ejemplo más fecundo de la literatura catalana contemporánea.

No se puede olvidar que Pla es indudablemente un hombre que tiene una visión global del mundo, que tiene una mirada personal sobre la realidad y que, a través de su escritura, no solamente quiere comunicar esta concepción, sino que prácticamente quiere imponerla al lector. Conservador, individualista, provocador pero siempre interesado por el poder, el pensamiento de Pla y su posición sobre Cataluña y los catalanes (y muy subsidiariamente sobre España y los españoles) no pueden reducirse a una sola etiqueta.

Pla es básicamente un escritor ideológico, en el sentido más amplio del término, un ensayista que no ocultó nunca su pensamiento político y que no ahorró tampoco nunca a los lectores todo tipo de explicaciones o de justificaciones sobre sus actitudes vitales e ideológicas. Liberal, escéptico y pesimista, pero ni dogmático ni reaccionario, Pla es por encima de todo un moralista obsesionado por la idea del paso del tiempo y de la destrucción de las cosas. En toda su literatura, existe un deseo innegable de poseer el mundo, de reconstituirlo y de librarlo a través de la escritura. Como escritor, Pla siente la imperiosa necesidad de imponer un orden, de dar una forma a un mundo caótico, lleno de energías estériles e inútiles, un mundo, en concreto el de la naturaleza, que se caracteriza por la violencia y la ferocidad de su poder destructor, aunque sólo sea, por ejemplo, a través de un elemento tan característico del paisaje como puede ser la tramontana, el fuerte viento que desde los Pirineos sopla en el Bajo Ampurdán. Verdadero Sísifo, Pla es un autobiógrafo que manifiesta una voluntad de totalización de la realidad a través de miles de páginas de escritura, gracias a una prosa bulímica y desbordante, a un estilo vivaz y sensual, no exento ni de ironía ni de cinismo, a una mirada penetrante sobre la realidad cotidiana que singularizan a una literatura concebida ante todo como “un esfuerzo contra el olvido”. Constituida esencialmente por falsos diarios íntimos, por narraciones seudoautobiográficas, por libros de viajes más o menos reconstituidos, por crónicas políticas y por biografías y retratos, la literatura de Pla es un ejemplo de obra polimórfica que interroga al lector ya que se sitúa voluntariamente, pero siempre de forma problemática, en un espacio autobiográfico en que toda desviación a las reglas y a las leyes del género parece ser la norma. Aunque Pla no acabó nunca de dar respuesta a la cuestión del estatus genérico de su obra, está claro que no se presenta nunca como un novelista (son conocidos sus ataques contra el género novelesco), sino sobre todo como un autobiógrafo o memorialista que se adhiere a un concepto de literatura basado en la observación y la descripción de la realidad.

 

Obras de ~: Obra Completa, ed. cat., Barcelona, Ediciones Destino, 1966-1992, 47 vols.; Viaje en autobús, Barcelona, Ediciones Destino, 1980; Guía de la Costa Brava, Barcelona, Ediciones Destino, 1985; Madrid el advenimiento de la República, Madrid, Alianza, 1986; La calle Estrecha, Barcelona, Ediciones Destino, 1997; El cuaderno gris (1918-1919), Barcelona, Ediciones Destino, 1997 (ed. facs. de X. Pla, con el tít. El primer quadern gris: Dietaris 1918-1919: edició facsímil, Barcelona, Destino, 2004); Cartas europeas, Barcelona, Ediciones Destino, 2001; Diccionario Pla de Literatura, ed. de V. Puig, Barcelona, Ediciones Destino, 2001; Dietarios I. El cuaderno gris, Notas dispersas, Madrid, Espasa, 2002; Dietarios II. Notas para Silvia, Notas del crepúsculo, Madrid, Espasa, 2002; Cuatro historias de la república, Barcelona, Ediciones Destino, 2003; Lo que hemos comido, Barcelona, Ediciones Destino, 2005; Nocturno de primavera, Barcelona, Editorial Destino, 2006; La segunda República Española, ed. de X. Pericay, Barcelona, Editorial Destino, 2006; Sentencias e impresiones, Barcelona, Edhasa, 2006; Vida de Manolo contada por él mismo, Barcelona, Libros del Asteroide, 2008.

 

Bibl.: J. Fuster, “Notes per a una introducció a l’estudi de Josep Pla”, en J. Pla, Obra completa, I. El quadern gris: un dietari, Barcelona, Destino, 1966, págs. 11-79; A. Manent, Tres escritores catalanes. Carner, Riba, Pla, Madrid, Gredos, 1973; J. M.ª Castellet, Josep Pla o la raó narrativa, Barcelona, Destino, 1978; Ll. Bonada, El quadern gris de Josep Pla, Barcelona, Empúries, 1986; Josep Pla, Barcelona, Empúries, 1991; C. Badosa, Josep Pla, el difícil equilibri entre literatura i política (1927-1939), Barcelona, Curial, 1994; M. Gustà, Els orígens literaris i ideològics de Josep Pla, Barcelona, Curial, 1995; M. Pairolí, La geografia íntima de Josep Pla, Barcelona, La Campana, 1996; J. Martinell, Josep Pla, vist per un amic de Palafrugell, Barcelona, Destino, 1996; C. Badosa, Josep Pla, biografía del solitario, Barcelona, Edicions 62, 1997; X. Febrés, Josep Pla, biografia de l’homenot, Barcelona, Destino, 1997; X. Pla, Josep Pla, ficció autobiogràfica i veritat literària, Barcelona, Quaderns Crema, 1997; X. Pla (ed.), Josep Pla, la diabòlica mania d’escriure, Barcelona, Destino-Fundació Josep Pla, 1997; J. Valls, Pla de conversa. Allò que Josep Pla no va escriure, Figueras, Brau edicions, 1997; J. Soler Serrano, Conversaciones con Josep Pla. Josep Pla a fondo, Barcelona, Destino, 1997; V. Puig, El hombre del abrigo, Barcelona, Destino, 1998; A. Espada, Josep Pla, Barcelona, Omega, 2002; M.ª J. Gallofrè (ed.), Josep Pla - Josep M. Cruzet. Amb les pedres disperses. Cartes 1946-1962, Barcelona, Destino, 2003; A. Vilanova, Auge y supervivencia de una cultura prohibida. Literatura catalana de postguerra, Barcelona, Destino, 2005; C. Guillén, “Lección de Josep Pla, en sus semblanzas”, en C. Guillén, De leyendas y lecciones. Siglos XIX, XX y XXI, Barcelona, Crítica, 2006; X. Pericay, Josep Pla y el viejo periodismo, Barcelona, Destino, 2009.

 

Xavier Pla i Barbero

 

 

Personajes similares