Foxá Torroba, Agustín de. Conde de Foxá (III). Madrid, 28.II.1906 – 30.VI.1959. Escritor y diplomático.
Hijo de Narciso de Foxá y Rodríguez de Arellano y de María de las Candelas Torroba y Goicoechea. Vástago, pues, de una aristocrática familia de título catalán y proveniente de Vinuesa (Soria) y Ciudad Rodrigo (Salamanca), lugares evocados en su obra por los recuerdos de veraneos infantiles, Foxá hizo sus primeros estudios y bachillerato con los marianistas del colegio del Pilar. Posteriormente se licenció en Derecho en la Universidad Central de Madrid.
En 1930, ingresó en el cuerpo diplomático, desempeñando sus primeros servicios en Bucarest entre agosto de 1930 y febrero de 1931, y más tarde en Sofía, de marzo de 1931 a marzo de 1932. Si bien mantuvo toda su vida las lealtades monárquicas propias de su medio social, Foxá continuó en la carrera pese al cambio de régimen acontecido en 1931. De esos años data su amistad con José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, que lo integró en su círculo de intelectuales, junto a escritores como Rafael Sánchez Mazas, Eugenio Montes, Pedro Mourlane Michelena, Jacinto Miquelarena y otros. Participó así en varias de las primeras empresas político-culturales falangistas desde 1933, lo mismo en las llamadas “Cenas de Carlomagno” en el hotel París que en la composición del Cara al Sol.
También fue autor del Himno a la Juventud, más conocido como Canción del Flecha y, más tarde, del Himno de la División Azul. Con todo, su compromiso político con la Falange fue “emotivo, temporal y poco profundo”, en palabras de Gonzalo Fernández de la Mora, editor de sus Obras Completas. La ideología de Foxá, tantas veces transmutada en nostalgia literaria, fue más bien la de un conservador “pasadista” que se lamentó siempre de la desaparición del viejo orden social tradicional, desconfiando del progreso y la destrucción que invariablemente veía en el mundo moderno.
El estallido de la Guerra Civil le sorprendió en la capital, de donde consiguió salir hábilmente en agosto de 1936, destinado de nuevo a Rumanía, tras adherirse superficialmente al gobierno republicano. No obstante, decidido a trabajar por la causa de los alzados, saboteó la misión diplomática encomendada hasta pasarse abiertamente a la España de Franco. Llegado en 1937 a Salamanca para ocupar la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue también nombrado inspector del Servicio Exterior de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET de las JONS). Durante el resto de la guerra, contribuyó de modo notorio a los esfuerzos de propaganda del bando “nacional” coordinados por Dionisio Ridruejo.
Concluida la contienda, fue designado en noviembre de 1939 jefe de Falange Española en Italia, donde permaneció hasta 1941. Se reintegró entonces a su labor diplomática, desempeñada en numerosas funciones y países, aunque nunca con rango de embajador.
En julio de 1941 fue enviado a Helsinki como encargado de negocios, destino en el que tuvo ocasión de tratar al escritor italiano Curzio Malaparte. Volvió a Madrid en 1943 para marchar a Montevideo en 1945, siendo nombrado consejero cultural en Buenos Aires en 1947. En los años siguientes recorrió gran parte de Iberoamérica en misión cultural, pronunciando conferencias y recitando poemas (acompañado en ocasiones de los poetas Leopoldo Panero y Luis Rosales). Su último puesto latinoamericano, en 1950, fue el de secretario de embajada en La Habana.
Vuelto a España en 1955 por problemas de salud, sufrió una fuerte depresión nerviosa. Su periplo diplomático terminó, en calidad de ministro plenipotenciario, en Manila en 1958, de donde retornó muy enfermo para morir en 1959 en su ciudad natal.
Agustín de Foxá se inició en la vida literaria en la década de 1920 como asiduo de las tertulias de Valle- Inclán, César González Ruano y los hermanos Machado.
Animó también el cenáculo romántico de “Los Crepusculares”, en el que participaron, entre otros, Manuel Altolaguirre y el mismo González Ruano.
Foxá se distinguió primero como poeta en un libro de romances de inevitable acento lorquiano, La niña del caracol (1931), impreso por su amigo Altolaguirre, y continuó con El toro, la muerte y el agua (1933), prologado con versos de Manuel Machado, en el que la influencia de la floreciente Generación del 27 se deja ver igualmente con nitidez. Su tercer libro poético, El almendro y la espada, distanciado en asuntos y estilo de los anteriores, se publicó en San Sebastián acabada la guerra (1940), aunque en sus tres partes, bien diferenciadas, “Breve romancero de la niñez”, “Poemas románticos” y “Cantos de guerra”, en los que hay numerosos poemas que registran sus avatares.
Los Poemas a Italia (1941) constituyen una exaltación estética entre lo monumental y lo heroico con algunos celebrados sonetos. En estos últimos libros los ecos del modernismo y una veta arcaizante se hacen presentes en temas y formas.
Pero sin duda la obra más perdurable y divulgada de Foxá es su única novela, Madrid, de Corte a checa, escrita en Salamanca en 1937. Se trata de una violentísima diatriba contra el orden republicano desde su advenimiento en 1931 hasta el primer año de Guerra Civil, en la que el propósito militante y propagandístico no oscurece por completo su voluntad literaria, entre el episodio galdosiano y los ribetes valleinclanescos.
Concebida como primera parte de una serie que no prosiguió, su continuación iba a titularse Salamanca, cuartel general.
Otras novelas cortas o relatos largos fueron recogidos póstumamente (1965) en Misión en Bucarest y otras narraciones. La pieza que le da título parece una variación tributaria de Madrid, de Corte a checa. Los demás relatos —Hans y los insectos, Viaje a los Efímeros, Olor a cera, Santarán, El príncipe Pablo y El lobizón— están a caballo entre lo fantástico, la ficción científica y la literatura utópica y muestran una originalidad singular y extraña.
Como ocurrió con otros compañeros de intereses y afinidades ideológicas, el periodismo, o mejor dicho el articulismo de sello personal, idiosincrático y cultivado, constituye la parte más nutrida de su obra recopilada, escrita esencialmente en el diario madrileño ABC. En vida reunió varios de estos artículos en Un mundo sin melodía (1949) y Por la otra orilla (1955), que insisten en su amor por lo antiguo y su desafección del mundo contemporáneo.
Por último, Foxá buscó asimismo el éxito literario en el teatro con piezas de carácter lírico, las más representativas de las cuales son Cui-Ping-Sing (1940) y Baile en capitanía (1944). Elegido en 1956 para la Real Academia Española, murió sin tomar posesión de su plaza.
Obras de ~: La niña del caracol, Madrid, Ediciones Héroe, 1933; El toro, la muerte y el agua, Madrid, Imprenta Galo Sáez, 1933; El almendro y la espada: poemas de paz y guerra, San Sebastián, Editora Internacional, 1940; Poemas a Italia, Madrid, Escelicer, 1941; El gallo y la muerte, Buenos Aires, 1948; Antología poética (1933-1948), Madrid, Editora Nacional, 1948; Un mundo sin melodía, Madrid, Prensa Española, 1949; Por la otra orilla, Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1955; Obras completas, t. I. Poesía, teatro y novela; t. II. Artículos y ensayos; t. III. Artículos y ensayos. Epistolario familiar y diverso. Diarios íntimos. Trajes de España, Madrid, Prensa Española, 1963, 1971 y 1976, respect.; Misión en Bucarest y otras narraciones, Madrid, Prensa Española, 1965 (pról. de L. A. de Cuenca, Sevilla, Paréntesis Editorial, 2009); Madrid, de Corte a checa, Barcelona, Planeta, 1993; Artículos selectos, pról. y selecc. de J. Siles, Madrid, Comunidad de Madrid y Visor Libros, 2003; Historias de ciencia ficción: relatos, teatro, artículos, ed. de M. Martín Rodríguez, Colmenar Viejo, Madrid, La Biblioteca del Laberinto, 2009; Nostalgia, intimidad y aristocracia, ed. de J. Amat, Madrid, Fundación Banco de Santander, 2010.
Bibl.: J. I. Luca de Tena, “Agustín de Foxá, Conde de Foxá”, en Boletín de la Real Academia Española, año XLVIII, t. XXXIX, cuaderno CLVIII (septiembre-diciembre de 1959); J. de Entrambasaguas, Las mejores novelas contemporáneas. Tomo IX: 1935-1939, Barcelona, Planeta, 1967, págs. 891- 941; L. Sagrera, Agustín de Foxá y su obra literaria, Madrid, Escuela Diplomática, 1969; A. Trapiello, “Ejercicios de la melancolía”, en Clásicos de traje gris, Albacete, Diputación Provincial, 1990, págs. 317-334; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 227; M. y P. Carbajosa, La corte literaria de José Antonio: la primera generación cultural de la Falange, Barcelona, Crítica, 2003; L. Sagrera y Martínez-Villasante, Agustín de Foxá: una aproximación a su vida y su obra, Burgos, Dossoles, 2009.
Pablo Carbajosa Pérez