Guisasola Iñarrairaegui, Juan Bautista. Eibar (Guipúzcoa), 25.X.1885 – San Sebastián (Guipúzcoa), 4.V.1948. Compositor, director de orquesta.
Hijo y nieto de Laureano Guisasola Mendizábal y José Cruz Guisasola, respectivamente, organistas titulares de la parroquia de San Andrés de Eibar, comenzó sus estudios musicales con su padre. A los doce años ingresó en el seminario de Salamanca, llegando a ser director del coro del mismo a los catorce años. De regreso a su pueblo natal, se dedicó plenamente a completar sus conocimientos de armonía y composición con el maestro vergarés Retana, organista y pedagogo. Perfeccionó también con este maestro su técnica de piano y, sobre todo, de órgano, instrumento en el que logró un considerable dominio técnico. A la muerte de su padre (1915), le sucedió como organista, destacando, entre otras cualidades, su gran capacidad de improvisación, gracias a la cual fue solicitado en más de una ocasión como acompañante al piano de numerosos cantantes, siendo de gran ayuda para éstos. Llegó a ser célebre también por su gran conocimiento de las masas corales, gozando de prestigio como director de coros. Realizó además una importante actividad pedagógica, enseñando a leer música en la parroquia a casi todos aquellos que llegaron a formar parte del orfeón y la banda locales.
Su obra está determinada en gran medida por su actividad como organista, como puede observarse no sólo en la amplia proporción de obras religiosas, sino también en la utilización constante de elementos técnicos como notas de paso y retardos en las cadencias, al estilo de las obras corales más tradicionales, que denotan cierto academicismo; no obstante, sus obras muestran también un gusto por los acordes de séptima en todos los grados tonales, que dan cierto carácter etéreo a piezas como Otoitza, aunque siempre dentro del marco tonal y respetando la primacía de los acordes consonantes. Su producción musical es considerable y abarca tanto música sacra como adaptaciones de melodías y canciones populares en la época. Dentro de la misma pueden distinguirse varias facetas más o menos diferenciadas; por un lado, las obras religiosas que adoptan la forma de misas o motetes, como son sus dos misas, Asumpta est, Salve Regina, Otoitza, Ave María, Panis Angelicus, Tota Pulchra, Dos cánticos al Corazón de Jesús..., todas ellas para voces o para voces y órgano; en este grupo cabría incluir su Ecce Panis de 1929, dedicado a su nieto Mateo Careaga y cuya partitura ha desaparecido. Otro apartado es el formado por las obras de carácter hímnico, creadas en su mayoría para acontecimientos concretos, como Pozez beterik, himno escrito para la peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Arrate, que tuvo lugar en julio de 1905 con motivo del cincuenta aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción; Aintza ta aintza es también un himno escrito para las fiestas de la coronación de Nuestra Señora de Arrate en 1929, y para otras ocasiones especiales son Arrateko amari, Roke jaunari, Arrateko ama, etc., también para voces o para voces y órgano, la mayoría de ellas con presencia de un coro popular.
También celebran hechos concretos las obras José Antonio Gisasola y Aurrera mutillak, la primera como agradecimiento del Ayuntamiento a J. A. Guisasola y la segunda dedicada a la Unión Deportiva Eibarresa; ambas obras se consideran desaparecidas. Y, por último, cabe distinguir un tercer grupo, el de las obras corales profanas, a menudo de carácter burlesco, entre las que destacan Atxia Motxia, Suite Eibartarra y A mutil..., que muestran su predilección por las voces masculinas.
El grueso de su obra es, por tanto, vocal, y concretamente coral; esta predilección por los coros cabe relacionarla con su actividad como director de orfeones, como, por ejemplo, el Orfeón Vasco-Fuerista, del que fue director hasta su desaparición. Algunos músicos han mostrado interés por su obra, como es el caso de Francisco Escudero, que restauró parte de la Misa en re para coro polifónico y órgano tras la muerte de su autor, o el de Ramón Usandizaga, que realizó una versión del Tota Pulchra para coro y orquesta. Este compositor, que no parece haber deseado demasiado darse a conocer fuera de las estrechas fronteras de su pueblo natal, prefirió dedicarse a su obra, a formar cantantes y a la fundación y dirección de coros en su entorno más inmediato y cercano, sin que por ello sus obras sean menos meritorias.
Obras de ~: Cánticos al Corazón de Jesús, 1901; Mazurca de Salón, 1904; Pozez beterik, 1905; Misa en re para coro polifónico y órgano, 1915; Aintza ta aintza, 1929; Agustin deunaren omenez, 1930; Atxia Motxia, 1930; Arrateko amari, 1933; Ave María, 1934; Tota Pulchra, 1934; A mutil,1935; Adeste fideles, 1935; Misa a tres voces viriles, 1935; Salve Regina, 1942; Asumpta est, 1943; Suite eibartarra, 1943; Roke deunari, 1944; Arrateko ama, 1945; Panis Angelicus, 1945; Biribilketa S.D.Eibar, 1946; Carmelo Salaberria, 1947; Miserere, 1947; Otoitza, 1947.
Bibl.: VV. AA., Enciclopedia general ilustrada del País Vasco, vol. XVII, San Sebastián, Auñamendi, 1970, pág. 542; R. M.ª Sarasua, “Juanito Gisasola”, en Zeruko Argia, 2 de diciembre de 1973; T. Echaluce, “Homenaje a los veinticinco años de su muerte. Un músico eibarrés excepcional: Juan Guisasola”, en El Diario Vasco, 7 de diciembre de 1973; “Juan Guisasola: compositor religioso y popular”, en DEIA, 4 de mayo de 1978; R. M.ª Sarasua, Música y músicos de Eibar, Eibar, Ayuntamiento de Eibar, 1979; “Apuntes biográficos”, en VV. AA., Centenario de Juan Bautista Guisasola, Eibar, Ayuntamiento, 1985; R. M.ª Sarasua, La Música en Eibar. Eibarko Musikoak, Eibar, Ego Ibarra, 1991; R. M.ª Sarasua, F. Escudero et al., Juan Bautista Gisasola. Musika lanen bilduma, Eibar, Ego Ibarra, 1993; A. E. Gorosabel Garai, “Guisasola Iñarrairaegui”, en E Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. VI, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 89.
Amaia Elixabet Gorosabel Garai