Galavís Hurtado del Águila de Mendoza y Pontón, Eustaquio. Bogotá (Colombia), 26.III.1745 – 14.VIII.1810. Corregidor, alcalde y justicia mayor, militar y político.
Nació en Santafé de Bogotá, capital del virreinato de la Nueva Granada. Sus padres fueron el peninsular Pedro Galavís Méndez, alcalde ordinario de Santafé en 1743, y María Luisa Hurtado Pontón y Barazorda, originaria de la ciudad de Popayán. Se casó en primeras nupcias en Santafé con Juana María Nepomucena Lozano Manrique, hija de Jorge Miguel Lozano de Peralta y de María Tadea González Manrique, marqueses de San Jorge de Bogotá, el 17 de abril de 1778, y en segundas el 26 de marzo de 1780, en Tenjo, con María Teresa de Lasqueti y Galves, siendo hijo adoptivo de ambos, José María Galavís Lasqueti, político eminente que desempeñará importantes posiciones en el gobierno de la nueva República de Colombia.
Con Antonia Azuola y Dávila fueron padres de María Antonia Galavís y Azuola.
La educación del doctor Galavís transcurrió en el colegio mayor de San Bartolomé de la capital del virreinato, y en dicho claustro obtuvo los grados de bachiller, maestro en Filosofía, doctor en Sagrada Teología y Leyes, y posteriormente fue catedrático allí.
Eustaquio Galavís perteneció a la generación de dirigentes que defendía la Monarquía española, pero cuyos descendientes fueron fervorosos republicanos colombianos; un sobrino suyo, Antonio Morales Galavís, fue protagonista principal de los sucesos del 20 de julio de 1810 que culminaron con la independencia de Colombia de España, y sus nietos Juan José, Mariano y José María Vasques Posse Galavís, próceres de la independencia del mismo país.
En la vida pública y militar se desempeñó como abogado de la Real Audiencia, tesorero de propios y asesor del Cabildo de Santafé y hacia 1772 ya figuraba como corregidor y justicia mayor en Zipaquirá y Ubaté. Ocupó este mismo cargo en Tunja por Real Cédula del 23 de noviembre de 1773: fue el poseedor de la extensa hacienda de Tibito, situada en jurisdicción del municipio de Zipaquirá, al norte de la capital. En 1781 ocupó por primera vez la alcaldía de Santafé y en el año de 1783 fue ascendido a teniente coronel del Regimiento de milicias de Infantería, siendo designado alcalde ordinario de Santafé nuevamente en 1794.
De Eustaquio Galavís como alcalde ordinario se conserva un retrato en el Museo Colonial de Bogotá, realizado por el pintor Joaquín Gutiérrez, en el cual, según refiere el historiador Pedro María Ibáñez, aparece como un “caballero vestido de azul de galones dorados y con elegancia y esmero [...] la cabeza cubierta con impecable peluca de Carlos III” (P. M.ª Ibáñez, 1989: 25).
Durante su primera alcaldía (1781), tuvo lugar la famosa insurrección de “los comuneros” comandada por Berbeo y Galán. Por ello, “tocole redactar la discutida propuesta secreta firmada en Zipaquirá el 6 de junio de dicho año [1781], por la cual se declararon nulas y sin valor las estipulaciones solemnemente juradas entre los sublevados y los representantes del Rey” (J. M.ª Restrepo Sáenz, 1952: 172 y ss.). Apoyó firmemente el doctor Galavís la autoridad española en la región, representada en el arzobispo virrey Antonio Caballero y Góngora. En el informe presentado a José de Gálvez, ministro del rey Carlos III, el arzobispo- virrey describe el alcance de la conducta de los insurrectos: “Viéndolos ya resueltos a marchar a Santa Fé, y temiendo verificasen sus ideas de pasar de allí a Popayán y Quito, extendiendo la insurrección a dichas provincias, poniendo en combustión todo el continente, determiné volver a verme con los capitanes [de la insurrección]”. Puede verse entonces que el principal motivo de preocupación de las autoridades españolas fuera la posible expansión de la protesta de la Nueva Granada a las provincias ya nombradas, y aún a la de Caracas, teniendo en cuenta que, además, por esa época tuvo lugar la sublevación del inca Manco Capac en Perú. En la Nueva Granada el alzamiento de los comuneros (originado en la imposición de nuevos impuestos que se consideraban exagerados) contaba con una fuerza de entre quince o dieciséis mil hombres armados que amenazaba en forma inminente tomarse a la capital Santafé en contra del gobierno virreinal con tropas regulares de sólo dos o tres regimientos. Ante la gravedad de la situación el arzobispo-virrey, en acuerdo con la Junta General de Tribunales del 12 de mayo de 1781, acompañado del oidor Joaquín Vasco y del alcalde ordinario de Santafé, doctor Galavís, decide dirigirse personalmente a la ciudad de Zipaquirá para negociar capitulaciones con los líderes de la revuelta. En esta última ciudad, ante la manifiesta inconveniencia para la Corona que representaban las capitulaciones, el doctor Galavís procedió a hacer denuncia de las mismas ante escribano del Rey.
En cuanto a la segunda oportunidad en que desempeñó la alcaldía de Santafé (1794), consta que actuó decididamente en favor de los regidores que defendieron los fueros del Cabildo y el honor de la capital del virreinato contra los miembros de la Audiencia cuando ocurrieron los procesos motivados por la traducción de los derechos del hombre hecha por Nariño y la fijación de pasquines subversivos.
Bibl.: J. M.ª Restrepo Sáenz y R. Rivas, Genealogías de Santa Fe de Bogota, Bogotá, Librería Colombiana, 1928 (Bogotá, Editorial Nueva Gente, 1993, pág. 334); P. E. Cárdenas Acosta, Los comuneros (reivindicaciones históricas y juicios críticos documentalmente justificados), Bogotá, Editorial Minerva, 1945; P. M.ª Ibáñez, Crónicas de Bogotá, t. II, Bogotá, Ministerio de Educación Nacional, 1951 (Bogotá, Academia de Historia de Bogotá-Tercer Mundo Editores, 1989); J. M.ª Restrepo Sáenz, Biografía de los mandatarios y ministros de la Real Audiencia (1671-1819), Bogotá, Academia de Historia, 1952.
Miguel Patiño Posse