Sandino de Castro, Ignacio Pablo. Santafé de Bogotá (Colombia), 30.VII.1766 – c. 1833. Oidor honorario de su Real Audiencia, así como los de alcalde mayor y teniente corregidor.
Nació en el seno de una de las familias más nobles y distinguidas de la futura capital del virreinato de Nueva Granada. Inició sus estudios como colegial del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de esa misma ciudad, en el que pudo disfrutar de una beca tras demostrar su nobleza e hidalguía, y gracias a que poseía la calidad necesaria para cruzarse caballero en cualquiera de las Órdenes Militares; prosiguió sus estudios hasta recibirse de abogado en la Audiencia y Chancillería Real de dicho virreinato.
Esta buena situación social le permitiría contraer matrimonio poco después, concretamente a principios de noviembre de 1790, con Concepción del Corral y Fernández; hija, al igual que Sandino, de padre peninsular y madre americana. Y con no menos distinción o nobleza.
Su perfecto conocimiento del francés le permitió ser uno de los traductores al español de la Declaración de los Derechos del Hombre. Ésta sería impresa en forma de pasquines y distribuida por Santafé de Bogotá, hecho que supondría el inicio de una pesquisa general en 1794. Descubierto, sería encarcelado en septiembre de ese mismo año; siendo remitido a la Península en octubre del siguiente. La Paz de Basilea de julio de 1795 haría que la tensión empezase a ceder, quedando poco después sobreseída la citada pesquisa. De ahí que Sandino sólo permaneciese encarcelado en los calabozos de San Fernando hasta 1799, en lo que parece fue una reclusión menor, pues desempeñó mientras tanto su oficio de abogado.
En ese mismo año de 1799 se trasladó a la Corte. Precisamente allí se encontraba un año después cuando solicitó al secretario de Gracia y Justicia un destino en el virreinato de Nueva Granada, petición a la que Carlos IV se opuso. En su lugar, se optó por concederle alguna alcaldía mayor en la Península. Justo entonces tuvo lugar una virulenta epidemia de fiebre amarilla en el casco urbano de La Carlota, capital de las Nuevas Poblaciones de Andalucía, que dejó vacante, por deserción de su titular, la vara de alcalde mayor, cargo que se le asignaría a Sandino inmediatamente.
Estaría al frente de dicha vara desde 1800 hasta 1807, no siendo ajeno a numerosos conflictos y enfrentamientos. Su carácter, en extremo inquieto y atrevido, según lo definiría el último intendente de las Nuevas Poblaciones, lo llevaría a sostener interminables disputas jurisdiccionales con el entonces intendente, Tomás González de Carvajal. Y tal fue su magnitud que a punto estuvo Sandino de ir a prisión.
Finalizado su sexenio en La Carlota, recibió un nuevo destino. De este modo, en 1808 se encontraba junto a su mujer —que había arribado a Cádiz procedente de Nueva Granada en 1803— y sus hijos en la isla de Mallorca; allí desempeñó el cargo de oidor honorario de su Real Audiencia, así como los de alcalde mayor y teniente corregidor de la capital de dicho Reino.
Durante la Guerra de la Independencia, hizo gala de una convencida y activa apuesta por el liberalismo, lo cual le acarreó numerosas enemistades en el sector más conservador. Con la vuelta al absolutismo, y ante el temor a ser represaliado por el nuevo orden, se vio forzado a abandonar la isla y a trasladarse a Gibraltar, refugio entonces de muchos otros liberales españoles.
Los años siguientes los pasó en la sombra, quizá participando en logias y conspiraciones. Aunque no consta documentalmente, es posible que participase en el pronunciamiento de Rafael de Riego. En cualquier caso, sólo tras éste volvió a la vida pública. Ese mismo año de 1820, Sandino resultó elegido como diputado a Cortes por las colonias americanas, circunstancia que no desaprovechó, pues intervino muy activamente en sus sesiones.
Sin embargo, pronto decidió aprovechar el reinado constitucional en España para regresar a América, hecho que se verificó en diciembre de 1823. De nuevo en su ciudad natal, y al abrigo de sus conocidos y familiares, desempeñó diversos cargos públicos hasta su fallecimiento.
Bibl.: J. Martínez Aguilar, “Ignacio Pablo Sandino de Castro (1766-1833): abogado, alcalde mayor de La Carlota, diputado en Cortes. Ampliaciones a su biografía”, en R. Vázquez Lesmes y S. Villas Tinoco (coords.), Actas del VI Congreso Histórico sobre Nuevas Poblaciones [Sevilla], Junta de Andalucía [1995], págs. 325-334.
Adolfo Hamer Flores
