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Alonso de Burgos

Biografía

Burgos, Alonso de. ¿Burgos?, c. 1415 – Valladolid, 8.XI.1499. Dominico (OP), obispo de Córdoba, Cuenca y Palencia.

Nacido probablemente en la ciudad de Burgos, en torno a 1415, y de familia judeoconversa, Alonso de Burgos estuvo durante su niñez y juventud al servicio y bajo la protección del obispo burgalés Pablo de Santa María y su familia, pero sin que ello signifique una necesaria relación de parentesco con este último. Su carrera religiosa se inició, precisamente, bajo la influencia y protección del maestro fray Martín de Santa María, en el convento dominico de san Pablo de Burgos, pasando más tarde al de san Pablo de Valladolid, donde perfeccionó sus estudios en Artes y Teología, adquiriendo el título de maestro en esta última disciplina y fama de elocuente orador. En 1449 ya era prior del convento de Burgos, y años después lo fue de san Pablo de Valladolid, ciudad donde frecuentemente se encontraba la corte, lo que le facilitaría ya en plena madurez el acceso a la vida política y entrar al servicio de la princesa y luego reina Isabel. Entre 1465 y 1468 se integró en el grupo eclesiástico-nobiliario formado en torno al príncipe Alfonso, del que además fue confesor, al menos desde noviembre de 1465. En 1473 ya era capellán mayor y consejero de la princesa Isabel, de la que sería también confesor, desempeñando dichos cargos hasta su muerte. Como tarde desde 1478 formó parte habitualmente del Consejo Real, incorporándose dos años después a la presidencia de la Santa Hermandad. En la corte se le conocía con el apodo de fray Mortero.

Su carrera episcopal comenzó tardíamente. La primera diócesis de la que fue provisto por el papa fue la de Córdoba, el 30 de abril de 1477, y, ocupando todavía esta sede, la reina le otorgó en 1480 la abadía de Alcalá la Real, de patronato regio. Fue durante su pontificado cordobés cuando Alonso de Burgos cooperó en la instauración de los tribunales inquisitoriales de Sevilla y Córdoba. El 15 de julio de 1482 Sixto IV le trasladó a la sede de Cuenca, tras un largo conflicto de tres años entre el pontífice y los monarcas en torno a la provisión de esta y otras sedes castellanas. Su labor pastoral y reformista en Cuenca fue más intensa que en Córdoba, pues durante los tres años que duró su pontificado se reunieron dos sínodos diocesanos, uno en 1482, y otro, mucho más importante por su impulso reformador, en 1484. El 26 de agosto de 1485, previa súplica regia, Inocencio VIII le trasladó a Palencia, sede de la que fue titular hasta su muerte en 1499, y donde celebró dos sínodos diocesanos, uno en 1486 y otro en 1490, centrados en cuestiones de disciplina y moral clerical. Hay que destacar asimismo su importante labor de mecenazgo hacia la catedral palentina, pues ayudó a financiar la construcción de su claustro y segundo crucero.

Pero sin duda la manifestación más sobresaliente de su mecenazgo cultural y religioso fue la fundación en 1487, contando con la colaboración regia y pontificia para su dotación económica, del colegio de San Gregorio en Valladolid, cuya magnífica obra quedó finalizada hacia fines de siglo, y que iconográficamente constituye un auténtico monumento a la memoria del fundador y a la monarquía castellana. El colegio, destinado a frailes dominicos observantes estudiantes de Teología, es una clara expresión de la voluntad reformadora del fundador. Fue el 15 de diciembre de 1487 cuando Inocencio VIII otorgó la bula autorizando a Alonso de Burgos para poder fundar el colegio con 16 colegiales, cuyo número al año siguiente se amplió a 20. En virtud de la facultad apostólica que le había sido concedida, Alonso de Burgos otorgó al colegio sus primeros estatutos.

Además, también ayudó a financiar la conclusión de las obras del convento de San Pablo de Valladolid, costeando la parte baja de la fachada plateresca, el claustro y el sobreclaustro, el cabildo, el refectorio, la reja de la capilla mayor, la librería, el coro antiguo, las portadas del crucero y su propia capilla funeraria, aneja al colegio de San Gregorio. Hacia 1490 ya estaban muy avanzadas las obras de la capilla, en cuyo trazado pudo haber intervenido Juan Guas, pero cuyo estilo escultórico se relaciona sobre todo con Gil de Siloé. En cuanto a la nueva fachada del convento, Alonso de Burgos contrató a Simón de Colonia en 1499 para la realización del primitivo proyecto, finalizado y ampliado ya tras su muerte, incorporándose un programa iconográfico que constituye una exaltación de la Orden de los Dominicos.

A comienzos de septiembre de 1498, el anciano Alonso de Burgos fue el encargado de celebrar en Valladolid las honras fúnebres por la reina consorte de Portugal y princesa de Asturias, Isabel de Aragón, hija de los Reyes Católicos, que había fallecido hacía algunos días. Poco antes de morir, el 24 de octubre de 1499, contando con autorización pontificia, Alonso de Burgos otorgó en Valladolid su testamento en el que, tras dejar encargadas veinte mil misas por su alma en los monasterios reformados de la observancia del obispado de Palencia, dispuso ser enterrado en su capilla aneja al colegio de San Gregorio, al que nombró su heredero universal una vez pagadas las múltiples mandas particulares testamentarias, solicitando además de la reina Isabel que aceptase el patronato sobre el colegio “por cuanto nos habemos seído e somos fechura e criatura de la reina, nuestra señora, y en este mundo nunca otra cosa amamos ni quisimos que el serviçio de su alteça y el alongamiento e conservaçión de su muy preçiosa vida, que nuestro Señor alargue por muy luengos tiempos”, patronato que en efecto sería aceptado por la reina al año siguiente. El fallecimiento de Alonso de Burgos acaeció el 8 de noviembre de 1499, en el convento de San Pablo de Valladolid, siendo sucedido al frente de la mitra palentina por el también dominico y capellán de los Reyes Católicos, Diego de Deza, trasladado desde Jaén el 7 de febrero de 1500.

 

Fuentes y Bibl.: C. Eubel, Hierarchia Catholica Medii Aevi, vol. II, Monasterii, 1914, págs. 133, 136, 210; G. de Arriaga, Historia del colegio de San Gregorio de Valladolid, ed. corregida y aumentada de M. María Hoyos, Valladolid, Tipografía Cuesta, 1928-1940, 3 vols; H. del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, vol. II, ed. de J. de Mata Carriazo, Madrid, Espasa-Calpe, 1943 (ed. facsímil, Granada, 2008); F. Cantera Burgos, Alvar García de Santa María y su familia de conversos. Historia de la judería de Burgos y de sus conversos más egregios, Madrid, Instituto Arias Montano, 1952; T. de Azcona, La elección y reforma del episcopado español en tiempo de los Reyes Católicos, Madrid, 1960, págs. 109-136; A. de Palencia, Crónica de Enrique IV, ed. de A. Paz y Meliá, Madrid, Atlas, 1973, 2 vols.; S. Francia Lorenzo, Archivo Capitular de Palencia. Catálogo. Serie II. Volumen II. Actas Capitulares (1468-1500), Palencia, 1989; C. J. Ara Gil, “Las fachadas de San Gregorio y San Pablo de Valladolid en el contexto de la arquitectura europea”, en Actas del Coloquio La Arquitectura Gótica en España, Gotinga, Vervuert, 1994, págs. 317-334; J. Díaz Ibáñez, “Fray Alonso de Burgos y el sínodo conquense de 1484”, en Hispania Sacra, 47 (1995), págs. 299-346; A. García y García (dir.), Synodicon Hispanum. VII. Burgos y Palencia, Madrid, B.A.C., 1997, págs. 442 y ss; I. Sanz Sancho, “Los obispos del siglo XV”, en Hispania Sacra, 54 (2002), págs. 660-664; J. Díaz Ibáñez, Iglesia, sociedad y poder en Castilla. El obispado de Cuenca en la Edad Media (siglos XII-XV), Cuenca, Alfonsípolis, 2003, págs. 124-126; A. García y García (dir.), Synodicon Hispanum. X. Cuenca y Toledo, Madrid, B.A.C., 2011, págs. 357-392; D. Olivares Martínez, Alonso de Burgos y la arquitectura castellana en el siglo XV, Madrid, La Ergástula, 2013; D. Olivares Martínez, “Los Reyes Católicos y la financiación de las empresas arquitectónicas de Alonso de Burgos”, en Mª D. Teijeira, Mª V. Herráez, y Mª C. Cosmen (eds.), Reyes y prelados. La creación artística en los reinos de León y Castilla (1050-1500), Madrid, Sílex, 2014, págs. 417-435; D. Olivares Martínez, “Documentos para el estudio de Alonso de Burgos y el colegio de San Gregorio de Valladolid”, en Estudios Medievales Hispánicos, 3 (2014), págs. 43-70; J. Díaz Ibáñez, “Fray Alonso de Burgos. Un prelado al servicio de la monarquía castellana en la segunda mitad del siglo XV”, en H. Vasconcelos Vilar y M. J. Branco (coords.), Ecclesiastics and political state building in the Iberian monarchies, 13th-15th centuries, Lisboa, Publicaçoes do Cidehus, 2016, págs. 147-182; J. Díaz Ibáñez, Alonso de Burgos y la fundación y primeros estatutos del colegio de San Gregorio de Valladolid. La regulación de la vida religiosa y académica de los dominicos observantes en la Castilla del siglo XV”, en Cuadernos de Historia del Derecho, 23 (2016), págs. 41-100; J. Díaz Ibáñez, “El testamento del obispo Alonso de Burgos: religiosidad, construcción de la memoria y preeminencia eclesiástica en Castilla fines del siglo XV”, en Estudios de Historia de España, 19 (2017), págs. 103-168; D. Olivares Martínez, Alonso de Burgos y el colegio de San Gregorio de Valladolid. Saber y magnificencia en el tardogótico castellano, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 2018, 2 vols.

 

Jorge Díaz Ibáñez

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