Valdivieso, Alonso de. ?, m. s. xv – ¿Valladolid?, 21.V.1500. Obispo de León y presidente de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid.
Era obispo de León desde 1485, y tres años después fue nombrado presidente de la Real Audiencia y Chancillería. Ésta se había reorganizado en ese mismo año, tras un breve período de establecimiento en Salamanca con la presidencia de Alonso de Fonseca II, el cual no debió de regresar con la Chancillería a Valladolid. El período de gobierno de Valdivieso fue el de la elaboración de las Ordenanzas definitivas de este tribunal, las llamadas de Medina del Campo, promulgadas en 1489. Como presidente se mantuvo hasta marzo de 1492, cuando fue depuesto junto con otros oidores, por haber permitido apelación a Roma en un asunto sobre el cual tenía que entender la Chancillería.
Se mostró protector de la Orden de San Benito en la entonces villa de Valladolid, habiéndose establecido los monjes “negros o prietos” en este núcleo urbano a partir de la fundación dispuesta por el rey castellano Juan I, el cual les cedió su Alcázar para su habitáculo a finales del siglo xiv. En realidad, Alonso de Valdivieso recibió de su padre, llamado también Alonso y camarero del arzobispo de Toledo Sancho de Rojas, el aprecio por los monjes benedictinos de Valladolid. Aquel se había convertido en su protector y trató de imitar Alonso la forma de protección que había mostrado este prelado de Toledo por los monjes de Valladolid. Así, el obispo de León se mostró como el mecenas que costeó la construcción de la fábrica de la capilla mayor y la nave del Evangelio del nuevo templo del Monasterio de San Benito. Además, esta casa fue la heredera de todos sus bienes. Se sabe por fray Benito Otero que Alonso de Valdivieso dictó dos testamentos y dos codicilos. El primero era de 1497 mientras que el segundo databa del 21 de septiembre de 1499. Los codicilos, sin embargo, fueron otorgados en su lecho de muerte y en 1500. Así, en el segundo de los testamentos, en dos de sus cláusulas, se obligaba a construir dos capillas. En la mayor habría de disponerse su sepulcro, y la lateral, la del Evangelio, se destinaría para su hermano Lope de Valdivieso, su linaje y el de los Ulloa. Unas capillas que se encontraban concertadas por la cantidad de 1.460.000 maravedís.
Esta obra habría de comenzarse unos pocos días después de que se otorgase ese segundo testamento, así pues el día de san Miguel de 1499, 29 de septiembre, concluyéndose en la misma fecha pero cuatro años después. La generosidad del obispo de León fue subrayada, junto con otros mecenas, por un cronista anónimo cuando ponía a Sancho de Rojas —el mencionado arzobispo de Toledo—, a Fernando de Zúñiga —arcediano de Sevilla— y a Alonso de Valdivieso, a la altura de los monarcas benefactores del monasterio, pertenecientes a la dinastía de los Trastámara. Expresaba muy gráficamente la memoria de estos benefactores: “Hubiere monges en este real monasterio que, desabrochándose los pechos, verán las imágenes de estos señores en sus corazones tiernamente agradecidos”. Se especificaba que la generosidad de Valdivieso no posibilitó la construcción de toda la nave mayor y la de San Marcos —es decir, la del Evangelio— sino desde sendos altares hasta el coro, lo que viene a coincidir con la reja actual.
La obra del prelado leonés se contrató por la cantidad prefijada, aunque la cantidad no se entregó de una sola vez sino en etapas sucesivas. Cuando se produjo su fallecimiento en 1500, el enterramiento se convirtió en una obra maestra del gótico flamígero, realizada por Juan de Arandia y que habría de ubicarse en el mencionado lado del Evangelio de su capilla mayor, según los deseos del patrono. Provisionalmente, su cuerpo fue enterrado en la iglesia primitiva del monasterio. Cuando se produjo el traslado al lugar dispuesto por este mecenas, la reina Isabel lo impidió por carta fechada en Granada el 27 de marzo de 1501, considerando que aquel espacio era de exclusiva protección de las personas reales y, por lo tanto, perteneciente al Patronato Real. Cuando en 1504 murió la Soberana en Medina del Campo, se ubicaron los restos del obispo Valdivieso en el lugar que le correspondía, aunque duró poco la medida. A la muerte de la reina María de Hungría, hermana del que había sido emperador Carlos, en la villa vallisoletana de Cigales en 1558, se decidió que su enterramiento se dispusiera en este espacio de la capilla mayor del Monasterio benedictino. La tumba del obispo leonés se trasladó a la capilla de San Marcos. Hoy se dispone su estatua yacente, vestido de pontifical, ataviado con báculo y mitra, dentro de un arco en el ábside de la mencionada capilla de la nave del Evangelio, en el mencionado espacio dedicado a sus familiares. Sin embargo, el sepulcro fue desmantelado con la exclaustración y sus restos fueron trasladados al entonces Museo Arqueológico de Valladolid.
Bibl.: Fr. Benito Otero, Apuntaciones y noticias varias del archivo (en Archivo Histórico Nacional (AHN), lib. 16774, fols. 40r.-v.); El resumen y dictamen de las quatro capellanías de los Excmo. Señores Dn. Sancho de Rojas, Dn. Fernando de Zúñiga, del Ilmo. Señor Alonso de Valdivieso y D. Antonio Zavallos (en AHN, Clero, leg. 7705); Libro de cuentas del monasterio de San Benito de Valladolid, años 1499-1505 (en AHN, Clero, leg. 16760); Cuenta de la hacienda del señor Obispo de León, año 1500 (en AHN, Clero, leg. 16763); M.ª A. Varona García, La Chancillería de Valladolid en el reinado de los Reyes Católicos, Valladolid, Universidad, 1981; L. Rodríguez Martínez, Historia del monasterio de San Benito de Valladolid, Valladolid, Ateneo, 1981; M.ª de la S. Martín Postigo, Los Presidentes de la Real Chancillería de Valladolid, Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1982, pág. 32.
Javier Burrieza Sánchez