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Juan de Grado

Biografía

Grado, Juan de. ?, m. s. xv – Zamora, 22.X.1507. Canónigo de la catedral de Zamora y abad del monasterio de Valparaíso (Zamora).

Ningún otro clérigo medieval zamorano ha legado los testimonios documentales y artísticos como el canónigo Juan de Grado. Según su biógrafo, Asterio Miguel del Brío, su familia procedía de las aldeas del concejo de Grado, en el Principado de Asturias, y a mediados del siglo xv se instalaron en Salamanca, donde residieron su padre y hermanas. A través de su testamento se conoce a tres hermanas: Inés Suárez, viuda; Catalina de Grado, esposa del bachiller Andrés Sánchez de Pedrosillo, y la mayor, sin identificar su nombre, casada con Pedro A. de Paz, vecino de Salamanca.

Entre sus sobrinos, uno de ellos fue monje en el monasterio de Valparaíso, y otro, posiblemente clérigo también, se encontraba en Roma en el momento de su fallecimiento. Tuvo una hija de nombre Francisca, casada con Alonso de Solís, vecino de la ciudad salmantina, que murió joven y sin descendencia y fue enterrada en el convento de San Agustín de la ciudad.

Una vez muerta su hija, el doctor inició un pleito (1499-1500) contra su yerno, quien tenía los bienes de la dote en usufructo por donación de su esposa.

El título de bachiller ya lo había obtenido en 1467, y prosiguió sus estudios en Roma, según dice en su testamento. En su biblioteca se hallaban libros de derecho canónico, como las Decretales y Clementinas, Extravagantes y Bulas, y de Derecho civil, como el Digesto viejo y nuevo, el Código, el Foro de las Leyes de Castilla glosado; así como libros litúrgicos, un Misal según la Orden Romana, un Sacramental; devocionales, Libro de las horas de Nuestra Señora y de la Cruz y del Espíritu Santo, y, por último, hay que destacar tres Breviaros impresos.

Para reconstruir su vida pública se comenzará por su etapa de abad del monasterio cisterciense de Valparaíso.

En sus años de relación con la abadía, se asiste a un proceso de reforma de la Orden que tuvo como objetivos la restitución del voto de pobreza, observando una vida comunitaria, y la carencia de bienes propios. El medio para alcanzar estos fines fue arrancar el control de los monasterios de los abadiatos perpetuos o de los abades comendatarios, nombrados por el Pontífice, invitándoles a la renuncia, y sustituirlos por el sistema de abades trienales. El apoyo dado a la Reforma por los Reyes Católicos se explica, según Pérez Embid (1986: 673), como un medio de las monarquías de minar uno de los pilares de fuerza del estamento nobiliario al perpetuarse en el control de los monasterios, dominios y rentas.

Según el abadologio del monasterio, el doctor Grado rigió el cenobio, como abad comendatario, entre 1480 y 1485. En esos años, el monasterio sufrió la división entre los que se oponían a la reforma de la Orden, encabezados por el doctor Grado, contra los que la apoyaban, dirigidos por fray Pedro de León. El 28 de febrero de 1485, los Reyes Católicos, por medio de una provisión real, emplazaron a su presencia al abad Pedro de León ante la acusación del doctor de haberle desposeído de la posesión y administración de la abadía, llamándole intruso al no obedecer ejecutorias a favor del demandante. En ese mismo año, intervino Inocencio VIII ordenando a los obispos y arzobispos que no se interpusieran en el proceso que se encontraba resolviéndose en Roma. Dos años más tarde, en noviembre de 1487, los mismos Monarcas ordenaron al corregidor de Toro prender al doctor por haber usurpado la abadía a fray Pedro de León, su legítimo poseedor, y, en 1488, ordenaron al juez ejecutor secuestrar el pan que poseía en la iglesia de Fresno de Sayago y le condenaron a 19.300 maravedís en costas. En ese mismo año el abad fray Pablo sufrió la violencia física de don Juan al ponerle las manos encima.

Por tal suceso fue condenado a excomunión y absuelto posteriormente.

Terminado su período “monacal”, inició un proyecto de constitución de un patrimonio territorial importante, que se puede reconstruir por títulos jurídicos de propiedad conservados entre los años 1489 y 1507. Sus propiedades se localizan geográficamente en Fresno de Sayago (Zamora), villa de señorío episcopal, con la dehesa de Paredes de Navasluengas y de Viloria, así como la dehesa de los Maniles en Mogatar (Zamora). Entre la tipología de propiedades rústicas se encuentran tierras de pan para llevar, prados, herreñales, huertos, casas, pajares, palomares. También poseía unas casas en la ciudad de Zamora, donde residía, ubicadas junto a la puerta de Santa Ana.

El canónigo falleció el viernes 22 de octubre de 1507 y había otorgado testamento el 30 de septiembre del mismo año. Estableció su entierro en la catedral, donde fundó una capellanía y ordenó construir una capilla y un sepulcro. Entre sus beneficiarios, además de la familia, dirigió sus mandas a todas las iglesias donde él tenía rentas y beneficios: la catedral de Zamora, la iglesia de Guijuelo (Salamanca), la iglesia de San Miguel Arcángel, en Fresno de Sayago, y sus anejos —San Juan de Piñuel y Santa María Magdalena de Figueruela—. Se debe destacar su aportación sustancial a la construcción de sus fábricas, en las que dejó su huella a través de sus escudos.

En su testamento informaba que en la capilla de San Juan de la catedral, situada a los pies de la nave de la Epístola, ya había edificado su sepultura. Su obra de arquitectura data de la segunda mitad del siglo xiii, mandada edificar por el obispo Suero para lugar de su enterramiento. El doctor Grado dotó su capellanía con dos capellanes perpetuos y mozo de coro, obligándoles a la celebración litúrgica diaria.

El gran sepulcro es una de las obras más representativas del gótico tardío hispano. El conjunto es una estructura rectangular delimitada lateralmente por dos contrafuertes en pináculo, entre los cuales se abre un arcosolio de medio punto. Está esculpido en alabastro (frente superior, cama y figura yacente). El programa iconográfico guarda toda la coherencia de la personalidad de un clérigo.

 

Bibl.: G. Ramos de Castro, La catedral de Zamora, Zamora, Fundación Ramos de Castro, 1982; J. Pérez Embid, El Císter en Castilla y León. Monacato y dominios rurales (s. xii-xv), Salamanca, Junta de Castilla y León, 1986; A. M. del Brío Mateos y C. del Brío Carretero, El canónigo doctor Juan de Grado. Biografía de un clérigo medieval, Madrid, 1987; J. Yarza Luaces, “La portada de la colegiata de Toro y el sepulcro del doctor Grado, dos obras significativas del gótico zamorano”, en Studia Zamorensia (Anejos 1). Arte Medieval en Zamora (1988), págs. 117-152; J. C. de Lera Maíllo et al., Colección diplomática del imperial monasterio de Santa María de Valparaíso (1143-1499), Zamora, Diputación, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 1998; J. C. de Lera Maíllo, Catálogo de los documentos medievales de la catedral de Zamora, Zamora, Diputación, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 1999; C. J. Ara Gil, “Capilla de San Juan Evangelista o Capilla del Dr. Grado”, en Remembranza, Zamora, Fundación las Edades del Hombre, 2001, págs. 474-478.

 

José Carlos de Lera Maíllo