Peralta Cabeza de Vaca, Diego de. Segovia, c. 1510 – Arequipa (Perú), 1581. Conquistador del Perú.
Hijo de Íñigo de Peralta Lizola, procurador en Cortes por Segovia, y de Beatriz de Baena Cabeza de Vaca. Casado con María de Robles Solier, hija del capitán Isidoro de Robles Pacheco, conquistador del Perú y vecino de Lima, y de María de Solier Dávalos y Valenzuela; con dieciocho hijos, y una ilustre y larga descendencia en Perú. Pasó a la conquista de Perú, donde ya se hallaba en 1534. Dos años más tarde participó como capitán en la defensa de la ciudad de Cuzco, sitiada por Manco Inca, y después acompañó a los capitanes Gonzalo Pizarro y Rodrigo Ordóñez de Oropesa en las entradas que hicieron hasta los Andes.
También intervino en la conquista de las provincias de Candesuyo, Huánuco y Conchuco. Durante la guerra civil fue uno de los que prendieron a Diego de Almagro el Mozo, marchó en busca del licenciado Vaca de Castro y peleó junto al estandarte real en la gran batalla de Chupas, de cuya ocasión salió muy malherido. En 1544 fue de los primeros que prestaron obediencia al virrey Blasco Núñez Vela, por lo que Gonzalo Pizarro le quitó la encomienda de indios que gozaba. En Cuzco alzó la bandera del Emperador, uniéndose en 1546 a Diego Centeno y a otros capitanes en la batalla de Añaquito, donde murió el virrey Núñez Vela. Entonces reconoció de los primeros al gobernador Pedro de Lagasca, yendo a Andaguaylas, desde donde acompañó al estandarte real, del que no se separó hasta el 9 de abril de 1548.
Tomó parte muy activa en la batalla campal de Xaxaguana, en la que Gonzalo Pizarro fue derrotado y cogido prisionero. Cuando Sebastián de Castilla y sus secuaces se alzaron en Charcas, Peralta era alcalde ordinario de la ciudad de La Paz, que defendió contra los rebeldes. También mantuvo fiel a la autoridad real la ciudad de Arequipa, cuando se alzó Francisco Hernández de Girón, evitando que uno de sus secuaces se apoderase de los buques surtos en el puerto de Chule, y no dejando las armas hasta que el rebelde estuvo derrotado y preso. Como premio de tantos buenos servicios, el gobernador Lagasca le concedió la encomienda de indios de Capachica, en la jurisdicción de La Paz, de cuyo Cabildo fue alcalde en los años de 1549 a 1557. En 1557 se estableció definitivamente en la ciudad de Arequipa, donde también había recibido tierras; fue alcalde de esa ciudad en 1572, y allí murió pocos años más tarde, dejando una regular fortuna formada por tierras en Husacachi y en el valle de Arequipa, tierras y un ingenio en el valle de Tambo, casas y solares en La Paz y en Arequipa, la encomienda de indios de Capachica, trescientas yeguas y veintiocho esclavos.
Bibl.: G. M. de Vergara Martín, Noticias acerca de algunos naturales de la provincia de Segovia que se distinguieron en América, Madrid, Imprenta de los Hijos de Gómez Fuentenebro, 1920; S. Martínez, Fundadores de Arequipa, Arequipa, Tipografía la Luz, 1936, págs. 267-272; P. Boyd-Bowman, Índice geo-biográfico de cuarenta mil pobladores españoles de América en el siglo XVI, t. I, Bogotá, 1964, y t. II, México 1968, n.º 8013; F. Fuentenebro Zamarro, Segovianos en el Descubrimiento de América, Madrid, 1991, págs. 197-199; J. A. del Busto Duthurburu, “Los orígenes de la Casa de Peralta en el Perú”, en Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas, 22 (1999).
Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, Vizconde de Ayala