Muniesa Belenguer, José María. Used (Zaragoza), 18.XI.1895 – Zaragoza, 7.X.1936. Directivo de fútbol y doctor en Medicina.
Sus dos pasiones fueron el fútbol y la medicina. Profesor de Medicina en la Universidad de Zaragoza, jamás jugó al fútbol, pero su huella fue haciéndose presente en la organización de equipos y en la dirección de los mismos, así como su difusión en los centros de enseñanza.
Afiliado a la Asociación Aragonesa de Cultura Física fue desde ésta desde donde saltó al mundo futbolístico.
Integrado en el club zaragozano Iberia Sport Club, llegó a ser su presidente desde septiembre de 1928 hasta el mes de agosto de 1930; su labor fue reconocida en 1931, fecha en la que fue nombrado presidente de honor. Cuando en 1932 los dos grandes clubes de Zaragoza se unieron para formar el actual Real Zaragoza fue uno de los firmantes del acta de fusión.
Fue presidente de la Federación Aragonesa en cuatro ocasiones: 1923 a 1925; 1927 a 1928; 1931 a 1932 y 1933 a 1934. Personaje de notable inteligencia y poseedor de un notable don de palabra, fue uno de los más activos participantes en las asambleas de la Federación Española, bien como presidente de la Federación Aragonesa, bien como delegado de la misma nombrado expresamente para temas importantes. Así, activó lo que se llamó “El Bloque”, reunión de las federaciones modestas para hacer frente, con los votos, a las de Madrid, Vascongadas y Cataluña, que eran quienes tenían el poder en el fútbol de la época; abogó por la separación del fútbol profesional del amateur, a la manera inglesa, evitando la mezcla de clubes de diferente catalogación en un mismo torneo; capitaneó la liga “maximalista”, frente a la elitista Unión Española de Clubs; cuando la pretendida reorganización de las divisiones en 1933, que originó la famosa lucha de “ponencistas y antiponencistas”, formó en el primer grupo con los señores Cabot y Hernández Coronado en la elaboración de la ponencia inicial.
La huella de su paso por el fútbol aragonés es una de las más importantes de la historia de éste. Simultáneamente a su actividad futbolística, cultivó con enorme éxito su profesión de médico. Inauguró el primer laboratorio de análisis clínicos en Zaragoza, de cuya Facultad de Medicina fue profesor auxiliar.
Iniciada la Guerra de 1936, tuvo que huir del pueblo donde estaba veraneando para evitar ser fusilado por los anarquistas que dominaban aquella zona de Aragón, pero, paradójicamente, al llegar a Zaragoza se encontró, en unión de su hermano, con una infinidad de denuncias que no se llegó a discernir si eran odios políticos o futbolísticos, ya que los años de la década de 1930 del fútbol aragonés transcurrieron en medio de una violencia fuera de toda medida. Pese a los esfuerzos que hicieron sus amigos para rescatarle, fue condenado a muerte y fusilado, en unión de su hermano Augusto Muniesa, concejal por una coalición republicano-socialista, que llegó a ser alcalde interino de Zaragoza entre el 24 de marzo y el 5 de mayo de 1933. Años después, en 1943, fue rehabilitada su memoria por el Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas con un fallo absolutorio y reparación a su familia de cuantos perjuicios había sufrido.
Fuentes y bibl.: Archivo del Centro de Investigación de la Historia y Estadística del Fútbol Español.
F. Martialay, Implantación del profesionalismo y nacimiento de la Liga, Madrid, Real Federación Española de Fútbol, 1996; “Ponencistas y antiponencistas”, en Cuadernos de Fútbol (Madrid, Real Federación Española de Fútbol), 2 (1999); F. Martialay, B. de Salazar y P. L. Ferrer, Historia de la Federación Aragonesa de Fútbol, Zaragoza, 2000 (inéd.); P. Ciria, El sueño de ser grandes: historia social del nacimiento del fútbol en Zaragoza, 1903-1936, tesis doctoral, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2012 (inéd.).
Félix Martialay