Cáceres, Alonso de. ¿Cáceres?, c. 1506 – Arequipa (Perú), c. 1561. Conquistador y fundador de la ciudad de Comayagua (Honduras).
No se tiene constancia de su nacimiento en Cáceres, aunque la mayor parte de los autores lo dan por seguro. Debió de nacer en torno a 1506, pasando a Tierra Firme en 1514 con la expedición de Pedrarias Dávila. Nada tiene que ver este personaje con otro homónimo, que fue encomendero en la villa de Lares de Guahaba (La Española) y que, posteriormente, pasó a Panamá como contador real.
En 1522 figuraba como encomendero en Tierra Firme. Sin embargo, le pareció poco el beneficio, por lo que decidió enrolarse con el gobernador García de Lerma en las entradas del Río Grande. Al final, su codicia provocó los recelos del gobernador, quien terminó por expropiarle sus bienes y desterrarlo de los confines de su gobernación de Santa Marta.
Tras su expulsión, marchó a la vecina gobernación de Cartagena de Indias. Allí, se hizo amigo del gobernador, Pedro de Heredia, con quien participó activamente en las entradas de Abreva y en el descubrimiento y sometimiento de la zona del río del Cenú. Nuevamente, tuvo un papel muy activo en su conquista, derrotando al belicoso cacique Yapel. Tras descubrir el río Cauca, se dirigió en compañía del hijo del gobernador a la zona del río Catarapá, donde fundaron la ciudad de Tolú en la actual Colombia.
Pese a sus éxitos bajo las órdenes de Pedro de Heredia, no olvidó su odio hacia su antiguo jefe. Por ello, allí fraguó su venganza contra García de Lerma al remitir al Rey una información en la que le acusaba de hacer entradas hasta el río Magdalena, que pertenecía a la demarcación de Cartagena, capturando esclavos, haciendo malos tratamientos a los indios y provocando el alzamiento del resto.
En Cartagena de Indias, Alonso de Cáceres consiguió amasar una nueva fortuna, gracias sobre todo al saqueo del cementerio indígena del Cenú. Todavía, a principios de 1537, seguía en Cartagena como regidor del cabildo, siendo además titular de la encomienda de Tameme. Pero, sus ansias de poder y de dinero eran tales que terminó nuevamente enfrentado con el gobernador, en esta ocasión con Pedro de Heredia.
Así, el 6 de marzo de 1539 éste presentó una probanza en la que lo incluía entre sus enemigos capitales.
Y ello, en respuesta a unos testimonios en su contra que él y otros conquistadores habían alegado en su juicio de residencia.
Desde finales de 1537, marchó a la gobernación de Honduras, en compañía del conquistador salmantino Francisco de Montejo. Convencido éste de las dotes bélicas de Alonso de Cáceres, le encomendó la pacificación del valle de Comayagua, donde fundó en ese mismo año el pueblo de Santa María. Al parecer, en recompensa por los eficaces servicios prestados se le otorgaron las encomiendas de los cacicazgos de Arquín, Inserquin y Tomatepec.
Pero tampoco estas prebendas fueron suficientes para asentar a este incansable conquistador. Pocos años después se encuentra luchando en otra lejana región.
Nada menos que en territorios del antiguo imperio Inca, luchando primero contra Almagro y, posteriormente, contra el insurrecto Gonzalo Pizarro. En recompensa por sus servicios, hacia 1541, recibió la encomienda de los indios Arones Yanaquihua, asentados en los pueblos de Granada, Antequera y Porto.
Ocho años después, concretamente en 1549, le fueron entregados en encomienda los indios del poblado de San Francisco de Pocsi que, en 1561, tributaban anualmente la nada despreciable cifra de tres mil seiscientos pesos de oro. Se sabe que en Arequipa (Perú) ostentó el cargo de corregidor, pero desde ese momento y en ese lugar se pierde su rastro histórico.
Bibl.: V. Navarro del Castillo, La epopeya de la raza extremeña en Indias, Granada, Gráficas Solinieve, 1978; M. C. Borrego Pla, Cartagena de Indias en el siglo xvi, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1983; C. Gómez Pérez, Pedro de Heredia y Cartagena de Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984; P. Hurtado, Los extremeños en América, Sevilla, Gráficas Mirte, 1992; J. de la Puente Brunke, Encomienda y encomenderos en el Perú, Sevilla, Diputación Provincial, 1992; E. Mira Caballos, “Justicia en la Conquista: un binomio difícil en pleno proceso de expansión”, en Cátedra Nova (Badajoz), n.º 21 (2005).
Esteban Mira Caballos
