Usoz y Lecumberiz, Marcos. Valtierra (Navarra), f. s. XVII – ?, s. m. s. XVIII. Platero.
Vecino de Zaragoza entre 1705 y 1730, emparentado con varios plateros, ha sido documentado como vecino de la villa de Ágreda (Soria), entre 1736 y 1755. En Zaragoza, realizó el examen de platero el quince de marzo de 1705, realizando “dos bujías ochavadas y gallonadas”, siendo avalado por los plateros Lamberto Garro y José Palacios. Con la hija de este último -María Josefa Palacios- había contraído matrimonio en febrero de este mismo año. Más tarde, en 1715, desempeña el oficio de luminero y en 1724 el de prohombre. El veintidós de enero de 1730 avala a Lorenzo Lamarca -marido de su hija Rosa- en el examen de platero. En 1737 ya está trabajando en tierras sorianas y en el momento en el que se realiza el catastro del Marqués de la Ensenada, figura como viudo y perteneciente al estado general, añadiendo que tiene a su servicio "un oficial del mismo oficio, mayor de dieciocho años". Su hijo Clemente fue uno de los plateros más importantes en Ágreda durante el siglo XVIII y su hija, María Francisca estuvo casada con el también platero agredano Miguel Quibus. En 1736, es nombrado tutor de su nieta Lorenza Lamarca -hija del platero zaragozano Lorenzo Lamarca y de Rosa Usoz- y da poder al platero Juan Palacios y a Eusebio Barrios, vecinos de Zaragoza, para administrar todos sus bienes que ésta posea “en el Reino de Aragón”. En 1752, Marcos Usoz, por esta misma condición, da poder a dos comisionados en Zaragoza para que tomen cuentas al platero Juan Arque que había sido encargado de administrar la “casa y demás bienes” que su nieta poseía en esta ciudad. Firmó testamento el veintiuno de mayo de 1755. Pide sepultura en la iglesia de San Juan, donde está enterrada su mujer, Josefa Palacios. En su declaración, anota la existencia de varias deudas, entre otras, debe a su hijo Clemente novecientos reales, a Bartolomé Vidaurreta, administrador de la aduana, setenta y cinco, a Joaquín de Soracoiz, diez y ocho ducados “de renta de la casa en que vivo” y al monasterio de bernardos de Veruela (Zaragoza), doce onzas de plata. Asegura no tener más bienes “que los ynstrumentos y herramientas de mi oficio de platero y los muebles y omenages de dentro de mi casa” y señala que de ellos se saquen los que sean propios de Manuel Montero, difunto marido de su hija María Francisca y se le entreguen como heredera. Los instrumentos de la platería restantes quedarán en mano de Miguel Quibus, con la condición de que se encargue de devolver los novecientos reales que le está debiendo a su hijo Clemente. La primera noticia localizada en tierras sorianas relativa a su actividad como platero data, como ya se ha señalado, de 1737, momento en el que arregla el incensario, hace una cuchara y una naveta “y otras cosas” de la parroquia de Nuestra Señora de Magaña. En la parroquia de Nuestra Señora de La Peña, recibió ciento veintisiete reales en 1751 por componer la cruz y dorar un cáliz. Es posible que una anotación realizada en este mismo asiento se refiera a él: “dos onzas de plata y cinco mencales de plata que pagué al platero por las mismas que puso en el copón nuevo que se hizo y ciento veinte reales de hechuras del dicho copón…”. Más tarde, en 1755, trabajó para la de San Miguel. En esta ocasión recibe el pago por arreglar la cruz procesional y ponerle noventa y dos onzas de bronce, además, compuso “la manzana de bronze de la cruz antigua y puso en ella unas piezas para que entrare la cruz nueva para las funciones ordinarias”. Es posible que la marca que aparece en un cáliz de Vinuesa, con lectura M/SOZ (con la Z invertida), sea la suya.
Obras de ~: Cáliz, Vinuesa (Soria), 1737-1755.
Bibl.: J. F. Esteban Lorente, La platería zaragozana en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981; J. Herrero Gómez, Platería Soriana, 1600-1800, Soria, Diputación Provincial de Soria, 2000; Orfebrería Soriana. Siglos XVII y XVIII. Arciprestazgos de Tierras Altas y Pinares, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2001; La platería en Ágreda, Soria, Diputación Provincial de Soria, 2008.
Javier Herrero Gómez
