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Cipriano Aguilar

Biografía

Aguilar, Cipriano. Lima (Perú), c. 1770 – ¿Lima? (Perú), 1845 post. Religioso agustino (OSA), músico, maestro de capilla, compositor.

Se sabe documentalmente (C. Raygan, 1956- 1957) que hizo su entrada en la Orden agustina el 22 de mayo de 1788, posiblemente con dieciocho años de edad, en el convento de San Agustín de su ciudad natal. Probablemente su formación musical la recibiría del maestro José de Artieda (maestro de capilla del convento de los agustinos de Lima) o con Gabriel de Sotomayor, ambos experimentados y con más años que él. Ejerció el cargo de maestro de capilla del convento de su Orden en Lima entre los años finales del siglo xviii y los primeros del siglo xix (años 1789 a 1813, con seguridad). También fue, simultáneamente, director de una academia de música que tenía a su cargo el convento agustino limeño. Y respecto a sus alumnos, los más destacados fueron José Ignacio Cadenas (que nació en 1826, fue su alumno en 1845, último dato cierto que se posee en la vida de Aguilar) y José Bernardo Alcedo (o Alzedo), quien hizo conocer su obra en la catedral de Santiago de Chile, donde se conservan algunas de las pocas obras que de él se conocen.

Acomodaticio con la independencia, como tantos religiosos pragmáticos, participó, sin éxito, en el concurso del General José de San Martín para elegir un himno nacional.

Este músico de capilla también hizo incursiones en la música profana. Así, por ejemplo, hay datos concretos de que el 14 de noviembre de 1836 se estrenó en Lima su Sinfonía a toda orquesta (en realidad, una obertura), en la revalorizada Academia de Música, bajo la dirección de Manuel Rodríguez.

Los datos últimos que se poseen de él, como ya se ha dicho, corresponden al año 1845; con setenta y cinco años es presumible que falleciera no mucho después, y probable es que su muerte ocurriera en Lima, de donde hasta entonces no se había movido.

El estilo de su música es clasicista, muy del siglo xviii europeo. El hispanista musicólogo R. Stevenson compara su Vigilia a cuatro y a ocho voces con el estilo de J. Haydn. Su obra conservada es muy corta, para lo que presumiblemente debió componer; por eso dice J. C. Estenssoro que por ahora solamente ha de pensarse en C. Aguilar más que como compositor como un maestro músico de prestigio y dinamizador de la vida musical en la culta Lima, tanto en el período del final de la colonia como en el primer período republicano, que le tocó vivir.

 

Obras de ~: Música sacra: Misa, a tres voces; Regem cui, oficio de difuntos, a ocho voces, órgano e instrumentos; Vigilia, a cuatro y a ocho voces, con violines, flautas, trompas, órgano y bajo contínuo; Qué fervor podrá ser suficiente, villancico a tres voces e instrumentos; A Jesucristo adoremos, motete, a dos voces e instrumentos.

Música profana: Trío, para violín, flauta y bajo continuo; Sinfonía a toda orquesta (obertura); Marcha nacional, canción patriótica.

 

Bibl.: G. Furlong, Músicos argentinos durante la dominación hispana, Buenos Aires, Ed. Huarpes, 1945, pág. 29; R. Barbacci, “Apuntes para un Diccionario Biográfico musical peruano”, en Fénix, Lima, n.º 6 (1949), pág. 415; C. Raygan, “Guía Musical del Perú”, Fénix, Lima, XII, (1956-1957), pág. 15; R. Stevenson, Renaissance and Baroque Musical Sources in the Americas, Washington, General Secretariat, Organization of American States, 1970, págs. 315-316; S. Claro, Catálogo del archivo musical de la catedral de Santiago de Chile, Santiago, Universidad de Chile, 1974; J. C. Estenssoro, “Aguilar, Cipriano”, en Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. I, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, págs. 109-110.

 

Fernando Rodríguez de la Torre