Ayuda

Nuño Freire de Andrade

Biografía

Freire de Andrade, Nuño. O Mao. Señor de Pontedeume y Ferrol. Galicia, s. m. s. xiv – 1431. Noble.

Hijo de Pedro Fernández de Andrade y Mencía de Neda, señores de la segunda casa de la familia Andrade, San Saturnino, cuyo centro era el castillo de Andrade y que presumían de su braveza en las disputas regionales, especialmente en el pleito que sostenían con el monasterio de Sobrado en 1398 y años siguientes. En 1407, Nuño era ya titular de la Casa de Andrade. Heredaba ante todo los pleitos de su padre que fueron decididos en su contra el 3 de marzo de 1405 y en favor de Juan López de Villouzás. Tenía peso para negociar con las iglesias y conseguir de ellas tratos ventajosos. Así lo hace, en primer lugar, con la de Santiago, en la que gana el favor del arzobispo Lope de Mendoza, y con la iglesia de Mondoñedo, de la que recibe, el 22 de noviembre de 1407, en arriendo los cotos de San Martín de Porto, al lado de Pontedeume pero bajo la jurisdicción de Betanzos, San Mamed de Oleiros, en el arciprestazgo de Montenegro, Santa María de Labrada, Fanoy y Montouto.

No vaciló ante el gran desafío que le presentaba el poderoso monasterio de Sobrado respecto a la granja de Noguerosa. Los Andrade la estaban convirtiendo en su brazo económico y militar con la edificación del puerto de Prioiro, desde el cual podrían controlar la inquieta villa de Ferrol. Sobrado se alarmó al ver las obras que los Andrade estaban realizando y en 1410 expresó en forma pública su protesta por este atropello. El abad fray Alfonso Eanes se presentó en el paraje y declaró “que protestava que os taes edifiçios e lavores asy feytos non façessen nen pasasse perjuyzio ao dito moesteyro nen a el en seu nornrne nen o fazedor ou fazedores dello nen outra persona nen personas non podessen por elo a ello aver posisson nen sennorio nen propiedade”.

Nuño Freire de Andrade tenía fama de amedrentar y domeñar a sus vasallos. Mas pronto encontrará la respuesta. Primero los irritados ferrolanos que buscaban desesperadamente el retorno al realengo. Luego todos los vasallos, conjurados en Hermandad, conforme a lo dispuesto por las Cortes de Segovia de 1386. Desde 1400 la Hermandad se fue implantando en las poblaciones, con gran satisfacción del arzobispo Mendoza, que se apresuró a establecerla en la Tierra de Santiago. Nuño pudo comprobar muy pronto que en sus mismos dominios, sus émulos se atrevían a reclamarle, respaldados por el alcalde local de la Hermandad, como acontecía el 6 de marzo de 1405 con Juan López de Villouzás en los citados cotos de Muniferral y Feás. Sin embargo, no consta que la Hermandad lo hubiese descabalgado de su despotismo, ni siquiera que lo inquietase mucho, en cuanto la institución se estaba haciendo revolucionaria en Galicia. De hecho en los años veinte tuvo ánimos para participar en la política castellana y entre sus aventuras políticas relatan las crónicas la fastuosa acogida en 1428 al infante don Enrique de Aragón, durante su visita a Santiago, y su participación en la guerra de Juan II contra Aragón en 1429, mostrándose con ello fautor de los infantes de Aragón y enemigo de Álvaro de Luna.

No obstante, a finales de los años veinte se puso en armonía con don Álvaro y fue invitado a participar en la caballeresca campaña contra Granada de 1431. Pero es entonces cuando se descubre ante la Corte y la nobleza castellana la situación insostenible de Nuño Freire: el levantamiento generalizado de vasallos a son de Hermandad, que encendió la guerra popular en Galicia contra el señorío y que amenazó incluso a los poderosos, como el arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza. En el señorío de los Andrade las reacciones fueron particularmente violentas y peligrosas por la gran cantidad de hombres de armas que lograron aunar, de forma que Juan II se vio obligado a intervenir en la contienda, encargando al obispo de Mondoñedo, Álvaro de Isorna, y al arzobispo de Santiago, Lope de Mendoza, y finalmente también al corregidor de Galicia, Gómez García de Hoyos, la conciliación y luego el sofocamiento de la revuelta, tema que llena un capítulo de la Crónica de Juan II.

Entre las poblaciones rebeldes más decididas contra Nuño Freire, estaban Pontedeume y Ferrol. Los irmandiños tenían cercado el castillo y el palacio de los Andrade, donde residían en el momento la mujer y los hijos de Nuño, y sólo lo abandonaron cuando el arzobispo Mendoza y el corregidor Gómez García de Hoyos se unieron a Nuño para desbaratar a los sitiadores.

En La Coruña y El Ferrol, Ruy Xordo era el caudillo de una revuelta que pretendía el retorno a la condición realenga. Era un vástago de los Mariñas que por entonces comenzaban a prevalecer en el Regimiento de La Coruña y mostraban una enemistad cordial hacia los Andrade. A su imitación, los ferrolanos seguirán adelante con su pretensión, una vez desaparecido su mayor enemigo.

Nuño Freire murió en los momentos más oscuros de la Primera Guerra Hermandina, en 1431.

 

Bibl.: V. de Aponte, Recuento de las casas antiguas del Reino de Galicia, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1986 (ed. crit.), págs. 132-149; J. García Oro, Don Fernando de Andrade, Conde de Villalba (1477-1540). Estudio histórico y Colección documental, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1994, pág. 17.

 

José García Oro, OFM