Ayuda

Andrés del Pozo

Biografía

Pozo, Andrés del. Constancio. ?, s. m. s. XVI – p. m. s. XVII. Poeta.

Aunque la figura de Andrés del Pozo ha merecido escaso tratamiento en la historiografía literaria, es indiscutible el lugar de relieve que ocupa su poesía en el corpus poético antequerano-granadino del Siglo de Oro. Apenas se dispone de datos concretos sobre su biografía y en torno al apellido Pozo se teje un entramado de nombres, lugares, títulos académicos, participación en acontecimientos culturales de la época que, probablemente, vayan referidos a más de una persona sin que, aún hoy y con los datos de que se dispone, se pueda esbozar el perfil biográfico de este poeta apellidado Pozo. Bajo el nombre de Andrés del Pozo se aglutinan distintas referencias, sobre dos supuestos viajes a Roma —aquél en el que coincidió con el abad de Rute y el que confirma su participación en las honras por la muerte de la reina Margarita en Roma—, sobre el hecho de que fuera cura de La Ventosa (Cuenca) y años después canónigo en Granada, sobre su afinidad al grupo de la Spongia y, por último, sobre las alusiones a un poeta apellidado Pozo por parte de Cervantes y Lope en sus catálogos poéticos a lo largo de una cronología bastante dilatada.

Aunque algunos críticos han aceptado datos tan dispares para conformar la biografía de Pozo, ciertamente, resulta difícil que una sola personalidad pueda aglutinar en su vida referencias tan inconexas.

Los dos únicos datos cuya veracidad es incuestionable se refieren a la inclusión del licenciado Pozo por parte de Pedro Velarde de Ribera en la nómina de los componentes de la Academia granadina, organizada en torno a Pedro de Granada y Venegas en la década final del siglo XVI, así como la presencia de cuatro composiciones de Pozo en la Poética silva. Ambos hechos lo señalan como uno de los representantes más notables del grupo granadino. Se conservan varios testimonios poéticos que dan fe de su amistad con dos integrantes del grupo de poetas reunidos en la Academia granadina: Juan de Arjona y Agustín de Tejada Páez. Arjona le dedicó a Pozo unas liras recogidas en la Poética silva que dan muestra de la amistad entre ambos literatos y, por otra parte, Dámaso Alonso propone la identificación del nombre poético de Constancio —seudónimo bajo el que aparece Pozo en la composición de Arjona— con el dedicatorio del mismo nombre presente en la composición de Agustín de Tejada Páez incluida en las Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa, “Caro Constancio, a cuya sacra frente”.

Pozo aparece representado en la Poética silva con cuatro composiciones: la Silva al elemento del agua “El que primero fabricó en el mundo”; la Oda al Tiempo “Yo, aquel que mi pena y gloria”; la Oda a la noche “Después de tantos años”; y la redondilla, presentada a la justa A quien dijese más en menos versos de Nuestra Señora “Esposa y madre sois vos”. El segundo núcleo relevante de la producción poética de Andrés del Pozo del que se tiene constancia lo constituyen las catorce composiciones —muchas de ellas explicación de jeroglíficos— con las que intervino en las Poesías diversas compuestas en diferentes lenguas, en las honras que hizo en Roma la Nación de los Españoles a la Majestad Católica de la Reyna D.ª Margarita de Austria (Roma, 1612). Estas composiciones son: “Águila Imperial que desplegaste”, “Ciudad Hierusalén, dichosa y pura”, “De la más noble del mundo”, “Dónde vas tan remontada”, “El Reyno de los cielos semejante”, “En vano esconder procuras”, “La muerte de un pedernal”, “Por alabanza sublime”, “Quando Dios diere sueño a sus amados”, “¿Qué sella este vistosos mármol?”, “Rige Dios con verga dura”, “Viendo el Antártico Polo”, “Ya tiernos polluelos mío y Yaze a los ojos mal inteligentes”. A tenor de estas poesías de circunstancias que compuso con motivo de los funerales de la reina Margarita en Roma, se podría afirmar que Pozo se hallaba en la ciudad del Tíber en torno a este año de 1612. Su relación con Italia queda ratificada, además, por dos hechos: el soneto laudatorio de Pozo colocado en los preliminares de la traducción que Jáuregui llevó a cabo de la Aminta de Torquato Tasso publicada en Roma, y el comentario de Mira de Amescua en un documento de 1617 en el que alude a la gran estima de que gozaba este poeta tanto en España como en Italia. Además del cultivo de la poesía de academia y de la poesía ocasional o de circunstancia, se constata una escueta noticia proporcionada por Mira de Amescua acerca de un escrito de carácter histórico del doctor Pozo. Se refiere a “un elogio que el Doctor Andrés del Pozo, varón insigne en letras humanas, hizo al Arzobispo Don Fernando de Talavera en la ciudad de Granada, donde fue Prelado”.

En definitiva, son muchos los puntos que quedan todavía por aclarar en torno a la figura de Andrés del Pozo en cuya semblanza biográfica se confunden datos de diversa procedencia. No obstante, las escasas referencias que se conservan y su caudal poético lo revelan como uno de los poetas más interesantes del grupo granadino de la Poética silva, cuya personalidad y obra poética ya mereció la atención pormenorizada del eminente estudioso Dámaso Alonso.

 

Obras de ~: [cuatro composiciones], en Poética silva, s. l., c. 1603 (Poética silva: un manuscrito granadino del Siglo de Oro, ed. de I. Osuna, Universidad de Córdoba-Sevilla, 2000, 2 vols.).

 

Bibl.: D. Alonso, “Notas sobre Andrés del Pozo”, en VV. AA., Miscelánea de estudios dedicados al profesor Antonio Marín Ocete, t. I, Granada, Universidad, 1974, págs. 9-25; J. Lara Garrido, “Los poetas de la Academia granadina (El grupo de la Poética silva)”, en Del Siglo de oro (métodos y reelecciones), Madrid, Universidad Europea-CEES Ediciones, 1997, págs. 231-249; J. M. Morata Pérez, “En torno al granadino Andrés del Pozo y algunos textos inéditos de la Poética Silva”, en Canente, 1 (2001), págs. 13-80; I. Osuna, Poesía y academia en Granada, en torno a 1600: La Poética silva, Sevilla, Universidad de Granada-Universidad de Sevilla, 2003, págs. 19-58.

 

María Dolores Martos Pérez