Betanzos, Pedro de. Betanzos (La Coruña), f. s. xv – Chomes, Puntarenas (Costa Rica), f. s. xvi. Misionero franciscano (OFM).
Se le conoce como Pedro, llamado Betanzos por haber nacido en la ciudad de este nombre en la provincia de La Coruña. Tomó el hábito franciscano en el convento de su pueblo natal en 1519 y en 1522 residía en el convento de San Francisco de Compostela, como se deduce de dos documentos que existen en su archivo, donde aparece su firma autógrafa.
El padre Betanzos fue uno de los que más trabajaron en la evangelización de Costa Rica, de la que se considera el primer misionero franciscano en el interior del país. Dominó con bastante perfección las lenguas indígenas; predicó durante nueve años entre los indios de los valles. En más de una ocasión fue perseguido por indios paganos y estuvo en peligro de perder la vida. Durante algunos años estuvo en México y Guatemala, pero movido por celo “de estas gentes”, como lo afirmó él mismo en una carta al Rey, regresó a Costa Rica. Cooperó mucho con el conquistador y fundador de Cartago Juan Vázquez de Coronado. En esa labor le acompañaron fray Diego de Salinas y fray Melchor Salazar, a los cuales se unió fray Lorenzo de Bienvenida, y luego fray Martín de Bonilla. Betanzos llegó al país en 1550 y desde entonces desarrolló una labor admirable con algunas interrupciones.
Los historiadores primitivos aseguran que escribió varias obras para enseñanza de los indígenas, entre ellas Arte y Vocabulario y un catecismo, además de otras que se le atribuyen.
Minado por las calenturas y por su incesante trabajo, fray Pedro murió, a muy avanzada edad, en Chomes, a orillas del golfo de Nicoya (hoy distrito tercero de la provincia de Puntarenas). Días después fue trasladado su cadáver a la iglesia de San Francisco en Cartago y colocado en sepulcro en la capilla mayor, hoy inexistente.
Indiscutiblemente, la obra del padre Betanzos fue notoria y a raíz de su ejemplo empezó la actividad misionera en Costa Rica, con su secuela de logros y fracasos, a veces trágicos, como en el caso de la sublevación de Talamanca en 1709: Los indios creyeron que existía un plan para sacarlos de sus tierras, así que se sublevaron contra los misioneros y los soldados; mataron a fray Pablo de Rebullida, a fray Antonio Zamora, a diez soldados, una mujer y un niño y quemaron las catorce iglesias fundadas en sus tierras por los padres. Así quedó destruida la paciente y ruda labor de los misioneros. El principal caudillo de la revuelta, el cacique Pablo Presbere, fue juzgado y arcabuceado en Cartago en 1711. Así fue cómo, en ese ambiente de hostilidad, afrontado al principio por Betanzos, se desarrolló la obra misionera en Costa Rica, con la Orden franciscana a la cabeza y de la cual son figuras destacadas, entre muchas otras, fray Juan Pizarro, fray Antonio Margil de Jesús y fray Melchor López.
Bibl.: B. A. Thiel, Datos Cronológicos para la Historia de Costa Rica, San José, Imprenta Nacional, 1898; E. Prado, La Orden Franciscana en Costa Rica, Cartago, Imprenta El Heraldo, 1925; R. Blanco Segura, Historia Eclesiástica de Costa Rica, del descubrimiento a la erección de la diócesis (1502-1850), San José, Editorial Costa Rica, 1967.
Ricardo Blanco Segura