Ureña, Pedro de. Nava del Rey (Valladolid), c. 1580 – La Espina (Valladolid), p. m. s. XVII. Monje cisterciense (OCist.), músico, matemático, astrólogo, reformador del canto gregoriano.
Este monje del Císter recibió el hábito en la Espina en 1595, no llegaría al grado de erudición que en su día llegó Dídimo, el ciego de Alejandría, quien dirigió la mismísima Escuela de Alejandría, pero es innegable que adquirió una cultura respetable que muchos con buena vista y muchos libros a su disposición, no llegaron a adquirir. El principal panegirista fue fray Juan Caramuel, monje del mismo monasterio y discípulo suyo en su juventud, luego elevado a distintas sedes de Europa. Sobre su maestro escribe esta frase lapidaria: “Coecus a nativitate, sed quod natura negavit visibus humanis, oculis ea pectoris hausit” (es decir, “siendo ciego de nacimiento, con todo, lo que la naturaleza le impidió ver con los ojos corporales, penetrábalo con los ojos del corazón”). Ciertamente, al no poder ver las cosas con los ojos corporales estaba más libre para verlas con los ojos del alma, y descubrir en ellas perfecciones que ningún otro veía en ellas.
Fue monje de coro y pasó por todos los grados normales de los demás monjes, y la maravilla mayor está en que cantaba el oficio y desempeñaba el oficio de semanero para entonar los salmos, antífonas y responsorios que le correspondía entonar como los demás monjes, y lo hacía con la misma seguridad que los que estaban dotados de visión normal. En una palabra, Caramuel añade el elogio siguiente: “comenzó a escribir música Fray Pedro de Ureña, varón ingeniosísimo y celebérrimo en nuestro tiempo, él mismo me enseño y tuvimos mucha amistad, por lo que le estoy muy agradecido”. Fue célebre en España y Europa el método que compuso reformando el canto gregoriano, dejando a un lado las notas de Guido de Areto, que eran el tormento de los estudiantes, supliéndolas por otra notación más sencilla que llegó a imponerse en los monasterios de la Congregación de Castilla por Orden del capítulo general. Dicha reforma sería extendida por Europa por Caramuel. Fray Pedro brilló como matemático y músico.
Obras de ~: De Astrología y De Astronomía, s. l., c. 1620; Arte de Canto llano, Madrid, 1649.
Bibl.: J. Caramuel, Mathesis Architectonica, Vegeven, 1678, fol. 132; N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, Madrid, Joaquín Ibarra, 1783 (trad. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, vol. II, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, pág. 249); R. Muñiz, Biblioteca Cisterciense española, Burgos, Joseph de Navas, 1793, págs. 351-353; E. Martín, Los bernardos españoles, Palencia, Gráficas Aguado, 1953, pág. 61.
Damián Yáñez Neira, OCSO