Bermejillo Ibarra, Pío. Balmaseda (Vizcaya), 11.VII.1820, ant. – Madrid, 1883. Indiano y benefactor.
Nació en la localidad vizcaína de Balmaseda en el seno de una familia humilde. Emigró a México, al igual que otros parientes, dentro de una típica cadena migratoria. En América reunió una importante fortuna gracias a la explotación de yacimientos de plata.
Contrajo matrimonio con Ignacia Martínez-Negrete Alba, con quien tuvo siete hijos. De regreso a España, se instaló en Madrid, donde gozó de una posición preeminente. El ascenso social alcanzado por este linaje queda ratificado por el hecho de que los dos hijos mayores de la pareja recibieron títulos nobiliarios, ya que a Luis Bermejillo Martínez-Negrete se le concedió la merced de marqués de Mohenardo, mientras que Francisco Javier Bermejillo Martínez-Negrete recibió el marquesado de Bermejillo del Rey. Su residencia en la capital de España no fue obstáculo para que mantuvieran el contacto con la localidad natal del patriarca, donde vivían algunos parientes.
En sus últimas voluntades, Pío Bermejillo Ibarra legó ciento veinticinco mil pesetas con objeto de que se realizaran obras de beneficencia en su tierra natal. Una de sus hijas, Ángela Bermejillo, que fue su albacea testamentaria, decidió invertirlas en la construcción de una escuela pública. Este edificio fue erigido en un solar de propiedad municipal, que previamente había estado ocupado por un inmueble destinado a latinidad. Las obras de edificación de este centro escolar, proyectado por el arquitecto Severiano Sainz de la Lastra, concluyeron en 1888. Seguidamente la corporación municipal balmasedana encargó la realización de un retrato póstumo del benefactor para que, a modo de homenaje, colgara de las paredes del salón principal de la obra en cuestión. Este lienzo, que hoy forma parte de los fondos del Museo de Historia de Balmaseda, fue pintado por Francisco Díaz Carreño, quien lo firmó en Madrid en 1889. Además, en 1892, los ediles decidieron bautizar una de las calles del centro de la villa con el nombre del indiano.
Los restos mortales de Pío Bermejillo Ibarra reposan en el panteón familiar de la sacramental de San Isidro de Madrid, proyectado por el arquitecto Isaac Rodríguez Avrial un año después de la muerte del bienhechor.
Su condición de benefactor de Balmaseda fue seguida y perpetuada por algunos de sus hijos, ya que, al menos dos de ellos, Pío y Luis Bermejillo Martínez- Negrete, legaron a esta villa diversas sumas para distintos fines de carácter público.
Bibl.: J. M. U rrutia Llano, La Casa de Urrutia de Avellaneda y familias enlazadas españolas y americanas, Bilbao, Ellacuría, 1968, págs. 606-610; C. Saguar Quer, Arquitectura funeraria madrileña del siglo xix, Madrid, Universidad Complutense, 1989, pág. 663; J. Gómez Prieto, “Emigrantes, indianos y fundadores”, en Balmaseda. Una historia local, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1991, págs. 57-72; M. Paliza Monduate, “El sepulcro de Pío Bermejillo. Una obra perdida de Agustín Querol”, en Goya, n.º 315 (2006), págs. 345-354.
Maite Paliza Monduate