González Manso, Pedro. Cadidanos (Obispado de Calahorra), s. m. s. xv – 29.XI.1538. Consejero de Inquisición, obispo de Guadix, Tuy, Badajoz y Osma.
Nació en Cadidanos que pertenecía al obispado de Calahorra, en la segunda mitad del siglo xv, y fue educado por su tío Juan Manso, abad del real convento de Oña. En 1493 ingresó en el colegio de Santa Cruz de Valladolid para estudiar Cánones, gracias a una beca que le concedió su fundador, el cardenal Pedro González de Mendoza. Después de obtener el título de doctor, ocupó la cátedra de Decretales en la Universidad de Valladolid, de la que fue rector en 1499. En 1500 entró a servir en la Inquisición gracias a una solicitud hecha por Fernando el Católico a la Universidad.
En 1505 fue subdelegado en Juan Manso el cargo de inquisidor general, pero la orden se revocó al año siguiente. En 14 de febrero de 1506 fue nombrado juez de apelaciones junto al doctor Cubillas y fue provisto inquisidor del Tribunal de Valladolid. Después de un período en el que no pudo participar en los asuntos del Santo Oficio, Cisneros volvió a reintegrarle en el Consejo de Inquisición, permitiéndole acudir a la Congregación celebrada en Valladolid el 8 de agosto de 1508. Al mismo tiempo, le subdelegó como inquisidor general, y en 1512 le fue encomendada la visita del Tribunal inquisitorial de Jaén, que finalmente llevó a cabo Fernando de Montoya. En septiembre de 1520 Adriano de Utrecht de nuevo subdelegó el cargo de inquisidor general en González Manso y en Fernando de Mazuecos.
Durante la revuelta comunera estuvo en Valladolid en compañía de Pedro Mártir de Anglería. Junto a García de Loaysa y Pedro Laso, instó al obispo Antonio de Acuña para que se separara de la Junta y fuera a Toledo para vigilar a María Pacheco. En julio de 1521 abandonó Valladolid al ser requerido por Adriano de Utrecht, y acompañó a Loaysa a Vitoria para visitar al nuevo Pontífice electo. En 1523 ocupó de forma interina la presidencia del Consejo de Inquisición hasta que Alonso de Manrique fue nombrado inquisidor general.
Fue abad de Santa Marta, deán de la iglesia de Granada y obispo de Guadix desde agosto de 1523. En mayo de 1524 fue nombrado presidente del Consejo de Inquisición por el nuevo inquisidor general, Alonso de Manrique, y en octubre de ese año, obispo de Tuy.
Fue propuesto como candidato para ocupar diversos cargos, hasta alcanzar en 1525 la presidencia de la Chancillería de Valladolid, que ocupó hasta 1535, cuando fue reemplazado por Fernando de Valdés.
En 1525 fue también promovido al Obispado de Badajoz, diócesis que gobernó a través de un provisor, Sancho Pérez de la Cueva, pues sus obligaciones le impedían cumplir con la residencia. Durante su mandato se realizaron varias visitas de la diócesis, una en 1529 y otra en 1531, y ordenó imprimir un misal y un breviario nuevos.
En junio de 1532 fue nombrado obispo de Osma, donde intentó introducir una mayor disciplina en el Cabildo catedralicio y reformar algunas costumbres, En julio de 1536 convocó un sínodo en el que se revisaron los capítulos dados en 1511 por el anterior obispo, Alonso Enríquez. La reacción del Cabildo, que logró la secularización del Obispado mediante una bula del papa Julio II, llevó finalmente a González Manso a establecer una concordia para adaptar las leyes y estatutos a los dictámenes de la reforma.
La enfermedad le impidió participar en las Cortes convocadas en Toledo en 1538. Falleció a finales de ese mismo año, y fue enterrado en el sepulcro que ordenó construir en la capilla de San Íñigo del monasterio de Oña. Contribuyó con donaciones a la erección de la colegiata de la catedral de Soria y a la reconstrucción del Palacio Episcopal.
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Alejandro López Álvarez
