Huérfano a muy corta edad, Camps contó con el apoyo de su tío que le animó a cursar, a partir de 1885, sus primeras clases de Dibujo en el Ateneu Igualadí de su ciudad natal. En 1889 se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde coincidió con Nonell, Mir, Sunyer y Torres García. En 1892 ganó una beca de la Diputación de Barcelona para ampliar sus estudios artísticos en París, adonde se trasladó con su amigo y futuro escenógrafo Salvador Alarma. Allí frecuentó las clases de los pintores Bouguereau y Férrier, así como la academia Julien, regentada por Benjamin Constant y Jean-Paul Laurens.

A partir de 1893 realizó por encargo una serie de retratos al carbón de los presidentes del Ateneu Igualadí, a los que siguieron otros muchos de personajes anónimos o relevantes, como el que hizo de su ilustre conciudadano, el escultor Josep Campeny. Camps no abandonó nunca el género del retrato, que abordó desde distintas técnicas y con su esposa como modelo recurrente. En 1896 participó en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona y en su IV edición (1898) fue premiado por el cuadro El coro de Santa María, un tema de interior de iglesia con monaguillos que trató en otras obras suyas de estos años (La sacristía del Roser, 1895). En agosto de 1899 expuso en la barcelonesa Sala Parés paisajes e interiores que destacaron por la luz y el color. [...]