Morreale de Castro, Gabriella. Milán (Italia), 7.IV.1930 – Madrid, 4.XII.2017. Científica, profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Química experta en bioquímica de la endocrinología y la nutrición, ha desarrollado la mayor parte de su carrera científica en el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols de Madrid, perteneciente al CSIC. Desarrolló también actividad docente entre 1942 y 1948 en la Universidad.
Hija de Eugenio Morreale, siciliano, y Emilia de Castro, milanesa, tiene dos hermanas mayores. Confiesa sin ambages que su vocación científica se debe a la actividad de los mismos, al ambiente familiar. Tanto su abuelo como su bisabuelo maternos (italianos) fueron profesores universitarios. Su madre, fue la responsable de la clasificación y conservación de serpientes boa salvadas de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en Milán. Su infancia la vivió en Viena y Baltimore (Maryland, Estados Unidos), donde su padre fue destinado como cónsul italiano. Allí acudió al Colegio de monjas Notre Dame. Se confiesa católica practicante.
A los once años fueron repatriados a Europa por peligro inminente de guerra. El nuevo destino como cónsul italiano fue Málaga donde fue inscrita en el Colegio Alemán, después en el instituto y finalizó el bachillerato en el Colegio del Monte de Málaga. Se trasladó a Granada, para poder iniciar una carrera universitaria.
Se nacionalizó española en 1953 tras su matrimonio con el también científico y profesor de investigación del CSIC Francisco Escobar del Rey, nacido en Villaviciosa de Córdoba. Su hijo es Héctor Escobar Morreale, actualmente dedicado, en el Hospital Ramón y Cajal, a tareas de investigador, actividad que compagina con la de profesor en la Universidad de Alcalá de Henares. La doctora Morreale cursó estudios elementales en Viena (Austria) y Baltimore (Estados Unidos), y los de bachillerato en Málaga, obteniendo Premio Extraordinario en el examen de Reválida de Estado (Universidad de Granada, 1947).
Con permiso del Rectorado completó los cincos años de estudios en cuatro, obteniendo matrícula de honor en trece de las diecisiete asignaturas, tras lo cual se hizo licenciada en Ciencias (Sección de Químicas) (Universidad de Granada, 1951) con Premio Extraordinario.
Se le concedió una beca del CSIC para trabajar en Fisiopatología de la Nutrición (1951), con el profesor E. Ortiz de Landázuri. Continuó su actividad siendo becada por el Rectorado de la Universidad de Granada (1953) para realizar el doctorado. Ejerció como jefe de Sección de Fisiopatología de la Nutrición del CSIC, también en Granada (1954-1957) y finalmente y con la máxima calificación, obtuvo el título de doctor en Ciencias por la misma Universidad en 1955, otorgándosele otro doctorado en 2001, el de doctor en Medicina, honoris causa, por la Universidad de Alcalá.
Habiendo leído las tesis doctorales en Granada, primer año en que esto fue posible sin tener que hacerlo en Madrid, el matrimonio de científicos, convencido de que para poder realizar investigación de cierta calidad necesitaban ampliar su formación, se trasladaron a Madrid y, orientados por el profesor doctor José María Albareda, secretario general del CSIC, disfrutaron de unas becas en el Hospital Académico de la Universidad de Leiden (Holanda), donde trabajaron con el profesor Andrés Querido, en el Departamento de Endocrinología y Nutrición los años 1955-1956. Allí fue nombrada “Hoofdassistant” (jefe de Laboratorio), cargo que desempeñó durante 1957- 1958. A pesar de haber podido quedarse allí, el propio profesor Querido les instó a que su obligación moral era volver a España e intentar promover aquí investigación biomédica de calidad. De vuelta en Madrid y nuevamente gracias a Albareda, se alojaron en la Residencia del CSIC, donde escribieron sus primeras publicaciones. En 1957 la doctora Morreale ganó por oposición la plaza de colaborador científico del CSIC, incorporándose a su vuelta a España al emblemático Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) del CSIC, en 1958. Precisamente por esta época y nuevamente con la generosa intervención de Albareda, consiguieron la ayuda de Jesús García Orcoyen, que les facilitó los medios para desarrollar un método para valorar yodo en orinas y aguas, y para realizar un estudio en la Comunidad de Madrid, que reveló una alta incidencia de bocio y deficiencia de yodo en cada una de las seis zonas en que se había subdividido. Este tipo de estudios los siguió desarrollando a lo largo de su carrera científica. En 1962 ganó por concurso el ascenso a investigador científico del CSIC, y durante el período 1963-1975 desempeñó el cargo de jefe de la Sección de Estudios Tiroideos del Instituto G. Marañón del CSIC, ubicado en el CIB. También por concurso alcanzó en 1970 la máxima categoría científica del CSIC, la de profesor de Investigación.
Poco después ocupó el cargo de científico invitado (“Invited senior scientist”) en la Universidad de Leiden (Holanda) para reorganizar el Laboratorio de Investigación del Departamento de Endocrinología y Nutrición (1975), y en el mismo año se trasladó con su grupo de investigación a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, por convenio entre dicha Facultad y el CSIC, donde alcanzó el puesto de director del Instituto de Endocrinología y Metabolismo G. Marañón, cargo que ocupó de 1975 a 1980, después del cual fue nombrada vice-director del nuevo Instituto de Investigaciones Biomédicas, durante el período 1984-1990, simultaneando las funciones con el cargo de jefe de la Unidad Estructural de Investigación de Endocrinología Experimental del mismo instituto, en la que se integraron once científicos de la plantilla del CSIC y de la Universidad Autónoma de Madrid, con numerosos becarios posty pre-doctorales, hasta 1990. Ese mismo año ostentó el cargo en funciones de director del instituto, tras lo cual renunció expresamente a cualquier candidatura de tipo directivo, para poder dedicar íntegramente a la investigación propia el tiempo que le quedaba de producción activa. En 1995 se le aplicó la jubilación (obligatoria) al cumplir los sesenta y cinco años, pero siguió investigando como doctor vinculado ad honorem al CSIC, nombramiento equivalente al de profesor de Investigación en activo a todos los efectos de la labor investigadora. Desde mayo de 1997 hasta cumplir setenta años estuvo contratada por el CSIC.
A partir de entonces siguió como doctor vinculado ad honorem del CSIC, percibiendo únicamente su pensión de jubilación. Su productiva carrera consiguió siete sexenios de Investigación por la Agencia Nacional de Evaluación de la actividad investigadora.
En cuanto a su actividad docente, ha sido profesor ayudante de clases prácticas de Química Analítica (Facultad de Ciencias, Universidad de Granada, 1951), profesor ayudante de clases prácticas de Biología (Facultad de Ciencias, Universidad de Granada, 1952- 1955), y profesor ayudante de clases prácticas de Patología Médica, (Facultad de Medicina, Universidad de Granada, 1956-1957). Además ha organizado con frecuencia cursos de doctorado, de tres créditos, relacionados con temas de Endocrinología, y desde 1974 ha tenido la consideración de profesor ad honorem con categoría equivalente a catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
Entre los premios más relevantes recibidos están Premio Francisco Franco de la División de Ciencias del CSIC, 1968 (compartido con F. Escobar del Rey); Premio Nacional de Investigación en Medicina, de la Presidencia de Gobierno, 1977 (compartido con F. Escobar del Rey); Premio Reina Sofía de Investigación para la Prevención de la Subnormalidad, 1983 (compartido con F. Escobar del Rey y A. Ruiz-Marcos); Premio de Investigación de la European Thyroid Association (1985); Ordine del Merito della Repubblica Italiana (l987); Premio Severo Ochoa de Investigación Biomédica, Fundación Ferrer, 1989 (compartido con F. Escobar del Rey); Primer Premio de Investigación en Endocrinología y Nutrición, Sociedad Española de Endocrinología, 1991 (compartido con F. Escobar del Rey); Pitt-Rivers Lecture Award, concedido por la British Societies of Endocrinology ( 1994); académico de honor de la Real Academia de Medicina (1994-); la Fundación Ramón Areces organizó un symposium internacional sobre Hormonas tiroideas, en su homenaje y en el del doctor F. Escobar del Rey (1995); Premio Nacional de Biología José Gómez-Acebo, VII Premios Nacionales Cultura Viva (compartido con F. Escobar del Rey), 1996; Premio Nacional de Investigación Médica Gregorio Marañón (1997); Premio Rey Jaime I de Medicina Clínica (1998); doctorado en Medicina, honoris causa, por la Universidad de Alcalá (2001); Premio Serge Lissitzy de la Asociación Europea de Tiroides (2009).
Falleció en Madrid el 4 de diciembre de 2017.
Obras de ~: con J. R. Mora Lara y F. Escobar del Rey, “Sobre la dosificación de sodio en suero”, en Laboratorio, 9 (1951), págs. 1-10; con F. Escobar del Rey et al., “Bases científicas que aconsejan el uso de la sal yodada en la profilaxis del bocio endémico”, en Revista Clínica Española, 54 (1953), págs. 285-289; con F. Escobar del Rey, “Studies on the peripheral disappearance of thyroid hormones-ii-the effect of swimming for two hours on the 131-i distribution in thyroidectomized l-thyroxine maintained rats after the injection of 131-i labeled l-thyroxine”, en Acta Endocrinológica, 23 (1956), págs. 393-399; con F. Escobar del Rey, “The effect of thiouracil, methylthiouracil and propylthiouracil on the metabolism of thyroid hormones in thyroidectomized lthyroxine maintained rats”, en VV. AA., Advances in thyroid research, London, Pergamon Press, 1960, págs. 80-87; con F. Escobar del Rey et al., “Increase of the rate of release of thyroidal 131-i and of circulating thyrotropic activity at early stages of propylthiouracil treatment in the rat”, en Nature, 191 (1961), págs. 1171-1174; con S. Ares, “Alteraciones tiroideas en el recién nacido”, en VV. AA., Tiroides, Madrid, Mc Graw Hill, 2007, cap. 7; M. J. Obregón y F. Escobar del Rey, “Iodine deficiency and brain development in the first half of pregnancy”, en Public Health Nutrition, 10 (2007), págs. 1554- 1570; con J. Sánchez-Vera et al., “Inadequate iodine nutrition of pregnant women from Extremadura (spain)”, en European Journal of Endocrinology, 159 (2008), págs. 439-445; con M. J. Obregón, “Consecuencias de la deprivación de iodo y hormonas tiroideas en el desarrollo cerebral”, en A. M. Pascual- Leone y J. M. Medina (eds.), Desarrollo perinatal: origen de las patologías adultas, Madrid, Instituto de España, Real Academia Nacional de Farmacia, 2008, págs. 107-130; con M. Rivas et al., “The dream protein is associated with thyroid enlargement and nodular development”, en Molecular Endocrinology, 23 (2009), págs. 862-870; con M. J. Costeira et al., “Parameters of thyroid function throughout and after pregnancy in an iodine-deficient population”, en Thyroid, 20 (2010), págs. 995-1001; con C. Grijota-Martínez et al., “Lack of action of exogenously administered t3 on the fetal rat brain despite expression of the monocarboxylate transporter 8”, en Endocrinology, 152 (2011), págs. 1713-1721.
Fuentes y bibl.: Información aportada en entrevista con Gabriella Morreale, marzo de 2012.
Redacción, “Morreale y Escobar, premio Severo Ochoa por sus trabajos sobre el yodo y la subnormalidad”, en El País, 1 de marzo de 1990.
Alfonso V. Carrascosa Santiago