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Pedro Sarrionandia Linaza

Biografía

Sarrionandia Linaza, Pedro. Garay (Vizcaya), 21.X.1865 – Amorabieta (Vizcaya), 5.VIII.1913. Franciscano (OFM), misionero en Marruecos y berberista.

Muy joven, a los dieciséis años, vistió el hábito franciscano en el Colegio de Misiones de Santiago de Compostela, y, recién creado el Colegio también de Misiones en Chipiona (Cádiz), fue enviado allí en 1882 para continuar su formación religioso-eclesiástica y ser ordenado sacerdote tres años después. Pasó luego otros tres años en el mismo colegio como profesor, antes de ser enviado a la misión franciscana de Marruecos, donde de inmediato se puso al estudio del árabe en la Escuela fundada con esta finalidad por el P. Lerchundi en la ciudad de Tetuán. Debió de dedicar poco tiempo al estudio del árabe, pues, por consejo, primero, del mismo Lerchundi, y, muerto éste, ante la demanda y el apoyo prometido por el ministro de Estado señor Moret, pasó a entregarse por entero al aprendizaje de la lengua bereber, que sólo en contacto directo con el pueblo podía realizarse, dado que, aun siendo la lengua aborigen de gran parte de la población de las regiones occidentales del África del Norte, carece de signos gráficos propios. La especialidad lingüística de Sarrionandia terminó, pues, por ser el bereber rifeño, marroquí. En 1904 pudo ya publicar una gramática del bereber rifeño, con grafía latina, siendo la primera y única de este género en español. El método lingüístico empleado por él fue pronto discutido por el también berberista francés, en Argelia, René Basset, lo que dio lugar a una interesante polémica por escrito entre ambos.

Antes ya de salir a la luz su gramática, Sarrionandia estaba entregado a una intensa investigación filológica sobre la misma lengua bereber, apoyado económicamente por el Estado español, que le sufragaba los gastos de estancia en medio de las cabilas del noreste —el Rif— y en el sur —Sus— de Marruecos. Y así, entre 1901 y 1911, pudo reunir un amplio fichero sobre la terminología del lenguaje bereber y sus correspondencias en español, como base de un proyectado diccionario que, en el momento imprevisto de su muerte por accidente, dejó inconcluso, pasando a ser custodiado en el archivo central de la Misión franciscana de Marruecos, en Tánger.

Años más tarde, hacia 1940, otro joven franciscano, Esteban Ibáñez, inició el estudio del bereber a través de la gramática de Sarrionandia. Y el entonces superior de la Misión le confió el fichero que de éste se guardaba, con la intención de que, al mismo tiempo que se aprovechaba de él para aprender el bereber, ordenara todo aquel material para su futura publicación, encomienda que Ibáñez aceptó, como él mismo manifestaba en Mauritania, la revista de la misión franciscana, en Tánger, al escribir: “Uno de sus grandes sueños [de Sarrionandia] era la publicación de un Diccionario Español Rifeño, que fuera el complemento de su gramática. A tal fin recogió gran copia de fichas lingüísticas..., material excelente y abundante que, compulsado, ordenado y ampliado, será base y fundamento del Diccionario Rifeño que esperamos dar en breve a la imprenta”. Su proyecto, en realidad, lo llevó a efecto, pues, en 1944, Ibáñez sacó a luz el Diccionario Español-Rifeño, pero sólo con su nombre, usurpando por lo tanto la autoría a Sarrionandia. Otro tanto repitió en 1949 con la publicación del Diccionario Rifeño-Español. Semejante fraude fue recriminado por Francisco Aldegunde, arzobispo de Tánger, quien, al reclamar de Esteban Ibáñez la devolución del fichero original de Sarrionandia, y al no conseguirlo, dio a conocer públicamente, con ocasión del centenario de la restauración de la Misión franciscana en Marruecos, la usurpación hecha por aquél. Ante estos hechos, es de justicia reconocer que el autor de ambos diccionarios, el español-rifeño y el rifeño-español, no fue otro que P. Sarrionandia, y que deberían ser presentados bajo su nombre, si bien Esteban Ibáñez, por haber ordenado y puesto a punto para la imprenta el material filológico que Sarrionandía había acumulado, deba constar también como colaborador en la obra.

 

Obras de ~: Gramática de la lengua rifeña, Tánger, Imprenta Hispano-Arábiga de la Misión Católica, 1905 (2.ª ed., Tánger, Tipografía Hispano-Arábiga de la Misión Católica, 1925); Contestación del P. Pedro H. Sarrionandia a Mr. René Basset, Tánger, Imprenta Hispano-Arábiga de la Misión Católica, 1907; Al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública. Noticia sobre la lengua que se habla en el Rif, lengua aborigen de todo el Norte de Africa, Tetuán, 1907; [con solo el nombre de fray E. Ibáñez], Diccionario Español-Rifeño, pról. de R. Menéndez Pidal, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 1944; [con solo el nombre de fray E. Ibáñez], Diccionario Rifeño-Español, pról. de J. Casares, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1949.

Bibl.: E. Ibáñez, “El padre Sarrionandia y su labor filológica acerca del dialecto rifeño”, en Mauritania (Tánger), 167 (1942), págs. 23; M. Pazos, Escritores misioneros franciscano-españoles de Marruecos (1859-1957), Tánger, Tipografía Hispano-Arábiga de la Misión Católica, 1958; F. Aldegunde, Misión Franciscana de Marruecos. Cien años de acción (1860-1959), Tánger, Tipografía Hispano-Arábiga de la Misión Católica, 1961, págs. 123 y ss.; I. Berazaluce, “Unicuique suum”, en Verdad y Vida (Madrid), XX (1962), págs. 475-477; R. Lourido Díaz, “El estudio de la lengua árabe entre los franciscanos de Marruecos. De la restauración de la Misión hasta hoy: 1860-200”, en Archivo Ibero-Americano (Madrid), 244-245 (2003), págs. 167-234.

 

Ramón Lourido Díaz

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