Basterra Ortiz, Ángel. Bilbao (Vizcaya), 4.IX.1870 – Loyola (Guipúzcoa), 7.II.1947. Jesuita (SI), superior.
Nació en Bilbao el 4 de noviembre de 1870. Pasó casi toda su vida activa de jesuita en la entonces llamada oficialmente “casa profesa” de Bilbao (1910- 1943), más conocida en la villa como “la residencia” y de hecho gozó de gran influjo en la sociedad bilbaína de la primera mitad del siglo xx. Fue responsable o director, a partir de su incorporación a la casa, de la congregación mariana de los más jóvenes. Esta institución había sido fundada en 1563 y ha sido considerada por algunos como una “tercera orden” de la Compañía de Jesús. Agrupaba no sólo a adolescentes y jóvenes, estudiantes muchos de ellos en los colegios de jesuitas, sino a gente adulta, incluso a sacerdotes.
Después de cuatro siglos de vigencia, fue sustituida en la segunda mitad del xx por las CVX o “comunidades de vida cristiana”. Basterra no conoció este cambio.
La congregación “menor” o de los “kostkas”, que tenía por modelo al joven novicio polaco san Estanislao de Kostka, era la de los adolescentes (de doce a quince años), que después pasaban a engrosar la de los “luises”, cuyo patrono era san Luis Gonzaga. Basterra educó espiritualmente a cuatro mil quinientos jóvenes, muchos de los cuales practicaron los ejercicios espirituales cerrados en las cincuenta y cuatro tandas que organizó. Trabajó incansablemente en la planificación y dirección de una serie de actividades pastorales y apostólicas: conferencias de san Vicente de Paúl, visitas a cárceles y hospitales, a los ancianos de las Hermanitas de los Pobres y, sobre todo, catequesis.
Sus congregantes, dirigidos por él, enseñaban a un promedio anual de seiscientos cincuenta niños. Dirigió las revistas Flores y Frutos y Luz en las Tinieblas, para la formación de catequistas, y Luz en las Trincheras, como lazo de unión con sus hijos espirituales que combatían en la Guerra Civil española (1936- 1939). A él se deben en buena parte las vocaciones de veintiocho sacerdotes y casi cien religiosos, de los que buena parte trabajaron en misiones. Su influencia en el ámbito pastoral y de caridad en Bilbao fue extraordinaria, aunque él solía decir al final de su vida: “Otro en mi lugar cuánto más hubiera hecho”.
No hay que confundirlo con su hermano mayor, Pedro, también jesuita, que ejerció al mismo tiempo de arquitecto y a quien se debe, entre otras cosas, que supervisara la construcción de la Universidad Gregoriana de Roma.
Bibl.: “Homenaje al R. P. Angel Basterra, S. J., que fue benemérito director de la Congregación. Bodas de Oro, 1896 —24 noviembre— 1946”, en Flores y Frutos (1946), págs. 103- 142.
Isidoro Pinedo Iparraguirre, SI