Sancho de Guerra, María Josefa. Santa María Josefa del Corazón de Jesús. Vitoria (Álava), 7.IX.1842 – Bilbao (Vizcaya), 20.III.1912. Santa, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad.
Hija de Bernabé Sancho, ebanista, y Petra de Guerra, casados el 12 de julio de 1841, sus hermanas fueron María de la Purificación, que murió a los dos meses de nacer, y Macaria Ángela, la menor de las tres.
Con tres años María Josefa sufrió una caída y quedó con las piernas paralizadas. Los médicos pronosticaron que quedaría paralítica. Bernabé y Petra acudieron con la pequeña a San Miguel de Aralar. María Josefa salió curada del santuario navarro.
Su padre murió el 24 de marzo de 1850 y la familia empezó a atravesar malos momentos, por lo que María Josefa fue a vivir con su tía a Madrid desde 1857 hasta 1860. En 1860 regresó a Vitoria con la idea de hacerse religiosa.
El franciscano exclaustrado Mariano de Estarta le sugirió que entrara en las Concepcionistas Recoletas, que acababa de fundar en Aranjuez Patrocinio Quiroga de Capopardo y Palacios, la célebre monja de las llagas. En 1862 María Josefa se disponía a viajar a Madrid para ingresar en Aranjuez, pero le sobrevino una enfermedad grave y prolongada que la retuvo en Vitoria hasta 1863, año en que la persecución política cargaba sobre sor Patrocinio hasta el absurdo. Pero lo de María Josefa era mucho más que un alarde de piedad y se encarriló al cuidado de los enfermos, llamando a las puertas del Instituto de las Siervas de María, recientemente fundado por santa Soledad Torres Acosta.
Entró en él como postulante el 3 de diciembre de 1865. Vistió el hábito el día de Navidad y, estando todavía en el noviciado, en marzo de 1866, la madre Soledad la enviaba como directora al Colegio del Sagrado Corazón para niños huérfanos, que dejó en otoño para atender a los atacados por el cólera en Madrid. Junto con otras seis compañeras perseveraban en su voluntad de servir a los enfermos, de otra manera.
A los quince días de haberse retirado de las siervas de María, partieron para Bilbao el 23 de julio de 1871, llegando a la capital del Nervión el día 25, siendo acogidas por el abogado Vicente Martínez Bolívar, quien las estimuló a asistir a los enfermos de la población en sus propias casas, necesidad no cubierta entonces. El párroco de San Antón, Mariano José de Ibargüengoitia, las acogió.
Primero desde la calle Esperanza, n.º 8, después desde la Ronda, n.º 23, y, en fin, desde la calle Naja, María Josefa y sus compañeras ejercieron su ministerio de servicio domiciliario a los enfermos. Diego Mariano Alguacil y Rodríguez, primer obispo de Vitoria, las recibía oficialmente en su diócesis, pidiéndoles que redactaran unas reglas provisionales y las autorizó a recibir postulantes enseguida. La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) impedía crecer en paz al mismo obispo. Tras la liberación de Bilbao, el 9 de junio de 1874, el proceso de consolidación canónica del Instituto fundado por María Josefa fue rápido y despejado. Las propias contradicciones interiores de las primeras Siervas de Jesús se fueron superando gracias al trabajo de Ibargüengoitia que asumió el papel conciliar al que el obispo Alguacil le había destinado, el de director canónico del Instituto, primero temporal y luego definitivo, además de párroco de San Antón y después de la basílica de Santiago.
De 1875 a 1885 María Josefa fue maestra de novicias, y durante cuarenta y un años gobernó el Instituto como superiora general: desde 1871 hasta 1875 como cabeza unánimemente reconocida por sus cuatro compañeras y el obispo de Vitoria Alguacil. Y desde 1875 hasta 1912 como superiora general, elegida primero por el capítulo y mantenida luego en el cargo expresamente por el Vaticano, que ya el 31 de agosto de 1880 realizaba su primera aprobación pontificia del Instituto y la definitiva, seis años más tarde, el 8 de enero de 1886 con León XIII, siendo obispo de Vitoria Mariano Miguel y Gómez.
Las Siervas de Jesús de la Caridad se expandieron por dos líneas costeras de asentamientos sucesivos: la cantábrica, con una inflexión occidental sobre el Atlántico gallego; y la mediterránea oriental, con salto a Baleares. Y apoyándose en esas dos líneas marítimas, una penetración en el interior por tierras de las dos Castillas, con un avance, en flecha, sobre Andalucía: desde Bilbao hasta Castro-Urdiales (1875), Valladolid (1878), Burgos (1879), Vitoria (1880), León (1880), Gijón (1882), Oviedo (1883), Triano-Vizcaya (1883), Logroño (1884), Carranza (1885), Miranda (1885) y Villaviciosa (1885).
En 1912 sufrió una bronconeumonía, de la que falleció el 20 de marzo de 1912. El 1 de octubre del año 2000 era declarada santa por Juan Pablo II, en el maravilloso Año Jubilar de la Redención.
Bibl.: E. Nebreda, Una heroína de caridad: la Madre María del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad: su vida y su obra, La Coruña, Roel, 1951; Q. Aldea, “Sancho de Guerra, María del Corazón de Jesús”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1975, págs. 2173-2174; N. López Martínez, Amor y sacrificio. Santa María Josefa del Corazón de Jesús, Burgos, Monte Carmelo, 2000; J. L. Gutiérrez, Conmigo lo hicisteis. Santa María Josefa del Corazón de Jesús, Fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, Estrasburgo, 2003.
Francisco Rodríguez de Coro, SDB