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Alonso de Cardona y Borja y Milá d'Aragó

Biografía

Cardona y Borja y Milá d’Aragó, Alonso de. Valencia, ú. t. s. XVI – 1659. Militar, virrey de Ma­llorca.

Señor de la villa y baronía de Castellnou, gobernó el reino de Mallorca durante dos trienios, entre 1633 y 1640. Procedía de una familia de servidores de la Monarquía. Su abuelo, Joan de Cardona y Reque­sens, lo hizo durante sesenta y cinco años. Había participado en la defensa de Malta contra los turcos en 1565, había contribuido a la defensa de Sicilia y en la campaña naval antiturca de 1571 y había sido virrey y capitán general de Navarra entre 1595 y 1610. Su pa­dre, Antoni de Cardona y Borja, había servido con el cardenal infante don Fernando. Alonso de Cardona y Borja fue nombrado virrey de Mallorca por Felipe IV el 30 de marzo de 1633, aunque en esta ocasión el Consejo de Aragón había recomendado al Rey para este cargo a Joan de Castellví. Éste había participado en la campaña de Argel y a partir de 1606 había es­tado en Flandes; además, desde 1622 había sido go­bernador de Menorca y desde 1629 lo era de Ibiza. Pero el rey, como en esta ocasión, no siempre siguió las recomendaciones del Consejo.

Cardona se trasladó a Mallorca el 30 de mayo de 1633. Fue el sucesor de José de Monphaon, tras va­rias interinidades. El 17 de diciembre de 1635 se le prorrogó en el cargo por un segundo trienio y go­bernó el archipiélago hasta agosto de 1640, más de siete años. Reclutó abundantes levas militares para luchar en los diferentes frentes que tenía entonces la Monarquía austrina y combatió el bandolerismo que entonces asolaba Mallorca. Esto le comportó nume­rosos enfrentamientos con otras autoridades como el obispo, el inquisidor y los comendadores de la Orden de San Juan de Malta. Fue excomulgado el 11 de ju­nio de 1634 por haber ordenado apresar al alguacil mayor de la Inquisición. El 2 de noviembre de este mismo año fue decretado un entredicho sobre todo el reino por haber ordenado detener a tres comen­dadores de la Orden de Malta que, espada en mano, habían forzado a unos alguaciles reales a liberar a un preso. Se ausentó en diversas ocasiones del reino: en 1634, al frente de dos mil hombres hacia Cataluña, en 1635 con otros dos mil para participar en la guerra contra Francia y en 1637 para impedir que aquéllos ocupasen la plaza de Leucata. En esta última ocasión se embarcó en Menorca con los navíos del almirante Díaz Pimienta. Le sustituyó interinamente el obispo, fray Juan de Santander, excepto en 1635, cuando, por estar indispuesto, ocupó el virreinato el regente de la Audiencia, Jacinto Vallonga.

La década de los treinta se caracterizó por las nu­merosas levas enviadas desde Mallorca a la Península. Nuevamente fue excomulgado en 1637 por tener preso a un comendador de la Orden de Malta. Entre fines de 1637 y comienzos de 1638 organizó el aloja­miento en las islas de Mallorca y Menorca de las tro­pas que llegaron desde Nápoles con la escuadra del al­mirante Oquendo. Las Baleares se constituyeron por primera vez en campamento de invierno de un cuerpo de ejército integrado por más de cuatro mil hombres en una difícil coyuntura económica. La mayor con­flictividad en este alojamiento vino suscitada por las disconformidades mostradas por el Gran y General Consell y la Inquisición. El temor a una revuelta po­pular quedó reflejado en las palabras del jurado mi­litar, que advirtió al virrey “el gran sentimiento que a toda la Ciudad causava el alojamiento de la gente y un mal exemplar que se referia a Cerdeña del año 1633 que haviendo ydo a inbernar cierto numero de Infanteria a la Ciudad de Caller le Impidieron la des­embarcaçion con armas”. En 1638 ordenó levantar otra nueva leva de mil quinientos hombres. Ante la negativa de los jurados a colaborar, comenzó a reclutarla personalmente de forma expeditiva, de tal ma­nera que, a fines de julio y comienzos de agosto, hubo alborotos entre una población reticente a más recluta­mientos y peligró el estallido de una revuelta popular en la isla. En agosto, el Gran y General Consell de­liberó sobre la condena anti privilegios del reino por parte del virrey de veinte mallorquines a galeras. Los jurados se atrevieron a solicitar al Rey su sustitución por otro virrey más pragmático en materia de defensa. No obstante, la Corona le mantuvo en el poder hasta el verano de 1640. Fue sustituido por Lope de Fran­cia y Gurrea.

Posteriormente, fue gentilhombre de Cámara de Fe­lipe IV y mayordomo y sumiller de corps de Juan José de Austria, así como miembro del Consejo de Gue­rra. Estuvo casado en segundas nupcias con Marga­rita d’Erill, que fue camarera mayor de la emperatriz de Austria, desde 1666 y viajó a la Corte de Viena. Uno de sus hijos, José Folch de Cardona, conde de Cardona y marqués de Castellnou, fue embajador del emperador Leopoldo, gentilhombre de Carlos II, co­mendador de Montesa y virrey del Perú, aunque se pospuso su nombramiento y se le dio el gobierno de Cádiz y una plaza en el Consejo de Guerra.

 

Bibl.: A. Campaner, Cronicón Mayoricense, Palma, Juan Co­lomar y Salas, 1881; J. M.ª Quadrado, Islas Baleares, Bar­celona, Daniel Cortezo y C.ª, 1888; C. Parpal y Marqués, “El Almirante D. Antonio de Oquendo en Menorca (1637-1638)”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, XXXIII (1898), págs. 477-490; J. Salvá, “La armada de Oquendo en Mallorca (1637-1638)”, en Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana, XXVIII (1942-1943), págs. 421-440; T. Aguiló, Vi­rreyes de Mallorca, Palma, Editorial Mallorquina de Francisco Pons, 1959; U. de Casanova Todolí, “Los alojamientos de soldados en el Reino de Mallorca a lo largo del siglo xvii”, en Mayurqa, 22, II (1989), págs. 733-744; J. Juan Vidal, El Sis­tema de Gobierno en el Reino de Mallorca (Siglos xv-xvii), Palma, El Tall, 1996; Els Virreis de Mallorca (s. xvi-xvii), Palma, El Tall, 2002.

 

Josep Juan Vidal