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Felipe Vázquez de Varela

Biografía

Vázquez de Varela, Felipe. Agustín. San Cristóbal de Novalúa (Lugo), 11.V.1722 – Solsona (Lérida), 1794. Monje cisterciense (OCist.), abad, liturgista, reformador general, obispo de Solsona.

Nació en San Cristóbal de Novalúa, municipio de Monterroso, en tierras de los señores de Ulloa, Lugo, el 11 de mayo de 1722. De familia humilde de labradores aparceros, entró a los catorce años como postulante, novicio después, y monje en el monasterio cisterciense gallego de Monfero el 11 de abril de 1737, donde cambió su nombre por el de Agustín. Realizados todos sus estudios, alcanzó el grado de maestro en Teología, aunque su especialidad fue la liturgia.

Fue, sucesivamente, abad de San Pedro de Gumiel, Palazuelos y Santa Ana de Madrid, y electo para el de San Martín de Castañeda, monasterios todos de la Congregación cisterciense de Castilla, reformador general de ésta en 1775, tres veces definidor general de la misma, nombrado por Carlos III abad de Poblet (1786-1793), y electo obispo de Solsona en 1792, hasta su muerte en 1794. Allí recibió sepultura.

Tanto Costa y Bafarull, el benemérito cronista de Solsona, como el padre Damián Yáñez de Oseira se deshacen en elogios hablando de él. Aunque no puede negarse su piedad y erudición, el hecho de ser un abad impuesto, no genera lógicamente simpatías en la comunidad de Poblet, que hasta entonces había elegido siempre libremente a sus abades, sin ingerencia real alguna, pese a ser monasterio real y albergar las tumbas de casi todos los soberanos (ocho) de la Corona de Aragón, desde Alfonso I (II de Aragón), el Trobador, hasta Juan II y Juana Enríquez, padres del Rey Católico.

En su discutible Continuación de la historia del padre Finestres (1955), Guitert le acusa de haber impuesto en la casa el castellano, con la excusa de no entender el catalán (verdad es que en el libro de Vesticions i professions, que comienza en 1690, los primeros asientos en castellano son de su tiempo en 1787), y de ser además “quisquilloso y amigo de querellas”. Más moderado, Altisent (1974) le concede las cualidades de una mente ordenadora, aunque de carácter más bien seco, fue de gran eficacia en el campo material —saneó, señaladamente, la economía del monasterio—, no tanto en el de las personas, donde le falló cierta elasticidad y apertura de espíritu. Fue el abad, dice “que en el avispero que era entonces Poblet con esos rasgos temperamentales, y con plenos poderes, difícilmente podía dar paz al monasterio”.

Lógicamente, eso generaría pronto choques y enfrentamientos personales, y es triste que se sirviera, con una reacción poco inteligente, con falta de autoridad y una cierta cobardía, de la obtención de una Real Cédula de Carlos IV el 23 de agosto de 1789, para extrañar del monasterio, significativamente fuera de Cataluña, a cuatro monjes “rebeldes”, tres de los cuales serán más tarde abades de Poblet, los padres José Sabater (1797-1800) a Veruelsa (Aragón); Antonio Mas (1801-1804) a La Oliva (Navarra) y Joaquín Casanovas (1804-1808) a Leyre (Navarra); mientras el cuarto era en cambio un pobre hombre, que acabará secularizado, Rafael Queraltó, desterrado en Navarra, asimismo, al monasterio de Iranzu.

Tal como notificó a la consternada e indignada comunidad (no sin causa, ciertamente) el notario de Espluga de Francolí, José Cabeza y Poca, el abad podía servirse para ello, si era necesario, de la ayuda de la Real Audiencia y del capitán general. Y el mismo espíritu respira la carta del conde de Valdellano que sigue el 27 de agosto, que le significa que podía obrar con toda tranquilidad, como en efecto hizo: “si para tranquilidad de ese monasterio estimase V[uestra] S[eñoría] conveniente separar de él y distribuir en otros, distantes en desierto”.

En lo positivo, soluciona, de momento al menos (aunque dará problemas hasta 1829), el inacabable pleito con la villa de Menàrguens del señorío pobletano y liquida el considerable endeudamiento, realmente preocupante, de la casa, que ascendía a 13.428 libras, 6 sueldos y 1 dinero. Fue un administrador eficiente, pues grande también fueron los gastos. Sobre todo en obras, hasta un total de 40.419 libras, 4 sueldos y 2 dineros, entre la sacristía nueva (se le debe la decoración suntuaria, como dice el arquitecto Portales, que describe la inscripción mural que había en el friso del entablamento de la cúpula) y el palacio nuevo del abad (que completaría, según Altisent, hacia 1786), más aún la plantación de vides, olivos y avellanos, 11.000 libras gastadas en el priorato pobletano de Sant Vicent de l’Horta, o de la Roqueta, en las afueras entonces de Valencia, aparte del dinero gastado en otros pleitos menores. Con todo, la caja cerraba con un superávit de 39.054 libras, 6 sueldos y 3 dineros, sin contar las cosechas ya almacenadas, o por recoger.

Sin embargo, el suyo fue siempre un “gobierno de ocupación”: tuvo siempre como secretario a un monje gallego venido con él, fray Matías Mariño, y gallego será, asimismo, el prior presidente que dejará en Poblet al ser nombrado para el obispado de Solsona, el padre Anselmo Troncoso.

Destacó, no obstante, el abad Vázquez de Varela, también intelectualmente, y se le deben tres obras de desigual importancia: la Oración [...], un sermón pronunciado en las exequias de la reina Amalia de Sajonia; la famosa Ilustración Apologética al Breviario [...]; y la muy útil edición de los Estatutos de la Congregación de la Corona de Aragón, establecidos en el capítulo provincial de Rueda de Ebro de 1626 (1790).

 

Obras de ~: Oración en las solemnes Exequias que consagró a la dulce memoria de la serenísima señora y muy augusta Princesa Doña María Amelia de Saxonia, dignísima Esposa de nuestro Rey y Señor Don Carlos III. Monarca Católico de las Españas y las Indias, la muy Noble y muy Leal Ciudad de Alcalá de Henares en la Santa Magistral Iglesia de San Justo y Pastor [...], día 10 de Febrero de 1761, Alcalá, 1761; Ilustración Apologética al Breviario, Misal y Ritual Cisterciense de la Congregación de S. Bernardo en los Reynos de Castilla: donde se manifiesta el origen, institución, autòridad y antiguedad venerable de sus Usos, Costumbres, Rubricas, Ceremonias y Oficios: Obra util para los que desean instruirse del antiguo Rito Monastico, y primitiva disciplina de la Iglesia en los Divinos Oficios, Madrid, 1783; Diffinitiones Congregationis Cisterciensis Coronae Aragonum editae, seu reformatae anno Dni. 1626. In Capitulo Provinciali apud Monasterium B. Mariae de Rota celebrato. Nunc denuo in lucem editae ad usum Regii Monasterii B. Mariae de Populeto de mandato Perillustris ac Rmi. D.D. Augustini Vazquez Varela, Valladolid, 1790.

 

Bibl.: J. Guitert y Fontseré, Continuación de la historia del padre Finestres, vol. VI, Barcelona, Editorial Orbis, 1955; A. Altisent, Història de Poblet, Poblet, Abadía, 1974; Institutum Historicum Societatis Iesu, “Vazquez Varela, Agustín”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Instituto Enrique Flórez, 1975, pág. 2.719.

 

Alejandro Masoliver, OCist.

 

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