Martínez Santa Cruz, Gregorio Melitón. Pradoluengo (Burgos), 10.III.1815 – 10.X.1885. Arcipreste, deán, teólogo, conciliarista, senador, arzobispo de Manila.
Nació en el seno de una familia acomodada. Su padre, Manuel Martínez Lerma, además de escribano, mantuvo intereses en la industria textil de Pradoluengo, y en otros negocios. Su inventario en 1867 superaba la cantidad de 417.000 reales. Su madre, María Cipriana, procedía de los Santa Cruz Cerrajería, familia de abolengo de la localidad vizcaína de Orozco. Ello posibilitó la carrera eclesiástica de Gregorio Melitón, quien sintió la vocación sacerdotal a muy temprana edad. En 1840 su padre escrituró un protocolo de cesión y renuncia de bienes, asegurando que “desde sus tiernos años” aspiró a ser sacerdote, y que fue ayudado económicamente por su familia.
Para entonces ya era catedrático del seminario conciliar de San Jerónimo de Burgos.
En 1855 Gregorio era dignidad de arcipreste de la catedral de Palencia, y posteriormente deán de la catedral de Pamplona. Por Real Decreto de 31 de julio de 1861, fue nombrado arzobispo de Manila. El 9 de agosto de ese año no aceptó el nombramiento, manifestando su gratitud a la reina Isabel II, pero reconociéndose inferior en merecimientos para acceder al cargo. Tras requerirle nuevamente para el puesto, alabando su humildad cristiana, abnegación y patriotismo para que aceptase, lo hizo sin más excusas el 22 de agosto. Contaba con cuarenta y seis años y era licenciado en Filosofía, Teología y Jurisprudencia.
Para su traslado a Manila, solicitó del Estado la ayuda de 8.000 duros, para gastos de viaje y acompañamiento de provisor, secretario, capellán y dos pajes.
En la legislatura 1864-1865 fue elegido senador, no llegando a jurar el cargo, y en 1869 participó en el Concilio Vaticano I.
Las visitas del arzobispo a su pueblo natal suponían acontecimientos relevantes para el municipio y su comarca.
El 6 de septiembre de 1869, aprovechando su viaje a Roma, acudió a Pradoluengo, donde fue recibido de forma entusiasta. El 10 de octubre de ese mismo año administró la confirmación a mil novecientas seis personas, de más de cincuenta localidades de la comarca de La Rioja burgalesa y del entorno.
En Filipinas se preocupó por las condiciones sociales de sus naturales. En la insurgencia independentista de 1872, se enfrentó al gobernador Izquierdo, entre otros asuntos por el asesinato a garrote vil de los clérigos Burgos, Zamora y Gómez. En 1875, solicitó su traslado a la Península, fundándose en el mal estado de su salud, ya que no soportaba el clima de las Filipinas y había sufrido disentería. Se le concedió permiso y fijó su residencia en Pradoluengo. En agosto de ese mismo año renunció a su cargo. Hasta entonces los emolumentos pagados por el Estado eran de 9.000 duros anuales. Tras su dimisión, en atención a la alta jerarquía, y los grandes servicios prestados a la Iglesia y al Estado, este sueldo se redujo a la tercera parte.
En Pradoluengo se convirtió en uno de los referentes del grupo burgués de la localidad, reunido en torno a la llamada popularmente Acera de los Ricos, donde construyó su palacete de 966 metros cuadrados, dedicándose a obras piadosas y de caridad. En julio de 1885 hizo testamento y murió pocos meses después. El Ayuntamiento de su pueblo, en agradecimiento ante las numerosas limosnas otorgadas a los pobres, en especial a aquellos que mantenían algún lazo de parentesco con él, cambió el nombre de la calle de Santa María, donde vivió y falleció, por la de Arzobispo de Manila.
Bibl.: J. J. Martín García, Trabajo rural-Trabajo industrial: Belorado y Pradoluengo (1833-1936), Burgos, Imprenta Monte Carmelo, 2000; La Rioja Burgalesa en los albores del siglo XX. La comarca Demanda-Oca-Tirón según la “Geografía Médica del Partido de Belorado del año 1904, Burgos, 2002; El desarrollo de la industria textil lanera en Pradoluengo (1720-1939), Burgos, 2005.
Juan José Martín García