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Antonio Literes Carrión

Biografía

Literes Carrión, Antonio. Artá, Mallorca (Islas Baleares), 18.VI.1673 – Madrid, 18.I.1747. Compositor.

Nacido en la villa mallorquina de Artá, se trasladó siendo niño a Madrid, donde ingresó a partir de 1686 en el colegio de Niños Cantorcicos, dependiente de la Real Capilla de Madrid, probablemente gracias a la intervención de un artenense destacado: Juan Massanet Terrassa, capellán de altar de Su Majestad y músico de su Real Capilla. Cuando contaba con quince años de edad, ya ejercía como músico violón de dicho colegio y cinco años después, el 23 de septiembre de 1693, fue nombrado “músico violón” principal de la Real Capilla. Estuvo casado en dos ocasiones: en primeras nupcias con Manuela Sánchez de Aguiar, con la que tuvo tres hijos: Manuel (fallecido prematuramente), José Literes Sánchez, asimismo músico de la Real Capilla y de la orquesta de la duquesa de Osuna, y María de la Concepción; en segundas nupcias contrajo matrimonio con Luisa Benito Montalvo, de cuya unión nació Antonio Literes Montalvo (fallecido en 1768), que también estaría destinado a ejercer un importante papel en la música palaciega como compositor y organista de la Real Capilla.

Toda la trayectoria artística de Antonio Literes transcurrió al servicio de la Corte madrileña logrando un extraordinario prestigio musical merced a su producción religiosa y escénica. En su calidad de “violón principal de la Capilla Real”, aprobó en 1714 el libro de Santiago de Murcia Resumen de acompañar la parte con la guitarra, en el cual elogió lo armonioso, la variedad de tañidos y los ejemplos incluidos para acompañar al bajo. Con motivo de una petición de aumento salarial en 1720, el cardenal Mendoza reconoció sus méritos como compositor e intérprete al redactar un informe laudatorio: “Dice el Patriarca que cuanto expresa este músico es cierto, y su habilidad tan conocida en la composición y violón que no hace poco quien lo compite: que por estas circunstancias y su mérito ha representado a Vm. la razón de concederle algún aumento”. En 1720 puede afirmarse que el compositor mallorquín alcanzó el cénit de su carrera: aquel mismo año recibió un encargo de Lisboa para componer un oratorio con orquesta sobre la vida de san Vicente, con el fin de ser interpretado en la catedral el 22 de enero de ese año, así como un villancico para ser cantado en dicha catedral el día anterior a tan importante estreno.

Por su parte, el polígrafo gallego Benito Jerónimo Feijoo en su Teatro crítico Universal define a Literes como uno de los autores más destacados; así, por ejemplo, en el Discurso XIV del primer volumen de esta obra editada en 1726, a propósito de la capacidad de los músicos para conjugar el estilo antiguo con el nuevo, escribe Feijoo: “Algunos extranjeros hubo felices en esto, pero ninguno más que nuestro don Antonio de Literes, compositor de primer orden y acaso el único que ha sabido juntar toda la majestad y dulzura de la música antigua con el bullicio de la moderna; pero en el manejo de los puntos accidentales es peculiar, pues casi siempre que los introduce dan una energía a la música correspondiente al significado de la letra, que arrebata. Esto pide ciencia y numen, pero mucho más numen que ciencia”. En otro apartado de su libro, Feijoo vuelve a elogiar a Literes: “Con todo, no faltan en España algunos sabios compositores que no han cedido del todo a la moda, o juntamente con ella saben componer preciosos restos de la dulce y majestuosa Música Antigua. Entre quienes no puedo excusarme de hacer segunda vez memoria del suavísimo Literes, compositor verdaderamente de numen original, pues en todas sus obras resplandece un carácter de dulzura elevada, propia de su genio y que no abandona aun en los asuntos amatorios y profanos, de suerte que aun en las letras de amores y galanterías cómicas tiene un género de nobleza que sólo se entiende con la parte superior del alma y de tal modo despierta la ternura que deja dormida la lascivia”. La admiración de Feijoo por Literes llega al extremo de rogarle que se dedique única y exclusivamente al cultivo de la música religiosa: “Yo quisiera que este compositor trabajara sobre asuntos sagrados, porque el genio de su composición es más propio para fomentar afectos celestiales que para inspirar amores terrenos.

Si algunos echan de menos en él aquella desenvoltura bulliciosa que celebran en otros, por eso mismo me parece a mí mejor”. Asimismo se refiere a Literes Juan Francisco de Corominas, “primer violín de la Grande Universidad de Salamanca”, quien publicó en la capital castellana su Aposento anti-crítico (1726) en defensa de Sebastián Durón, el cual había sido criticado por Feijoo en la obra antes citada, lo que no le impidió suscribir un nítido y firme elogio de Literes, del cual afirmaba que era un “insigne músico, no tan único que repugne la compañía de un don Joseph de Torres, de un maestro San Juan, de un Nebra, de un Sequeira dulcísimo”.

Literes falleció en Madrid el 18 de enero de 1747.

Además de sus muebles, ropa y objetos de arte, legó “un violón de Cremona hecho de mano de Stradibarius, maltratado”, instrumento que fue tasado por el maestro violero de la reina, José Contreras, en 540 reales, así como una guitarra de su pertenencia, en 30 reales. Gracias a la documentación recogida por Solar Quintes se desprende una vida plena de trabajo con algunos sinsabores, como el fallecimiento de su primera esposa a causa de la tuberculosis, lo que le llevó a donar todo su mobiliario y ropero a los pobres que quisieran aprovecharlos. Pero al mismo tiempo su trayectoria humana y profesional se caracterizó por una serie de triunfos, como formar parte de la orquesta de la casa ducal de Osuna, donde con toda seguridad conoció al dramaturgo madrileño José de Cañizares (1676-1750), de cuya colaboración surgieron varias obras teatrales.

Por lo que se refiere a su obra musical, a raíz del incendio del Alcázar madrileño y consiguientemente del archivo musical palatino en 1734, Antonio Literes y José de Nebra fueron comisionados para reponer en lo posible los fondos musicales del archivo de música de la Corte mediante la composición de obras nuevas, lo cual es indicativo del prestigio que por entonces había alcanzado el compositor de Artá.

Literes compuso ocho Magnificat, catorce Salmos y las obras que recoge José García Marcellán en su Catálogo del archivo de música (Madrid, 1938): unas Vísperas para voces solas, para todas las festividades, y tres Misas de facistol a cuatro voces solas. Por otra parte, en el monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial se conserva un Miserere a ocho con violines de su autoría. Sobre su obra, Baltasar Saldoni escribió en su Diccionario que en ciertas ocasiones, “superó a Torres”, en alusión a José de Torres, que a la sazón ejercía el cargo de maestro de la Real Capilla.

Asimismo, Marcellán afirmó en su obra anteriormente citada lo siguiente: “Con razón se afirma que la música de facistol de este maestro puede considerarse como la más sobresaliente que se hizo de dicho género, y que se le puede colocar al lado de Palestrina, Scarlatti, Victoria y Guerrero”.

Pero ante todo, el prestigio de Literes se cimentó en la música teatral, convirtiéndose en digno sucesor de Sebastián Durón. Al igual que éste, colaboró con el libretista José de Cañizares en al menos cuatro zarzuelas, tal como ha puesto de manifiesto el musicólogo y profesor Antonio Martín Moreno: Con música y por amor; Acis y Galatea; Hasta lo insensible adora, y El estrago en la fineza: Júpiter y Semele. José Subirá localizó en 1927 en el archivo de la casa de Alba un Dúo de la Comedia intitulada Con Música y por Amor, de la cual sólo se conserva el “3. Papel”, tal como describió en su libro La música en la casa de Alba.

Acis y Galatea se cantó en el Coliseo del Buen Retiro el 19 de diciembre de 1708 con motivo del cumpleaños del rey Felipe V y fue representada por las compañías de José Garcés y Juan Bautista Chavarría, compañías de los teatros madrileños del Príncipe y de la Cruz. En el estreno tomaron parte Paula María de Rojas, Sabina Pascual, Teresa de Robles, María Teresa “la Dentona”, Paula de Olmedo, Carrasca, José Garcés, Beatriz Rodríguez, Juan Álvarez, los hermanos Cisneros y Juan de Cárdenas. José Cañizares obtuvo la temática del libro XIII de las Metamorfosis de Ovidio: se trata de un argumento que otros compositores barrocos habían empleado, como es el caso de Lully o Haendel. Para Martín Moreno, Acis y Galatea “es casi una ópera por la cantidad de música (recitativos, arietas, cuatros) que tiene” y por su nutrida orquesta.

Pero la obra no se limitó a ser escuchada en Madrid: en Valencia gozó de una gran aceptación llegando a veintidós representaciones y asimismo se representó en la Corte de Lisboa el 22 de octubre de 1711 para celebrar el cumpleaños del rey Juan V. La publicación por Felipe Pedrell del recitado “Confiado jilguerillo” y del aria “Si de rama en rama”, ha permitido que Acis y Galatea fuera conocida a nivel internacional.

En la Biblioteca Pública de Évora se han conservado las zarzuelas Hasta lo insensible adora y El estrago en la fineza: Júpiter y Semele: según Cotrelo esta última fue compuesta para la compañía de Juan Álvarez, teniendo lugar su estreno en el teatro de la Cruz el 9 de mayo de 1718; de tema mitológico, trata de los amores de la desdichada Semele con Zeus, y tuvo una cálida acogida permaneciendo en cartel durante dos semanas; posteriormente fue estrenada también en Barcelona en 1731. Por su parte, Hasta lo insensible adora se compone de dos actos y es citada por Cayetano A. de la Barrera en su Catálogo bibliográfico (Madrid, 1860).

Otra partitura de música escénica de Literes que se ha conservado es la zarzuela Júpiter y Danae, estructurada en tres jornadas y baile final, cuya orquesta está formada por violines, viola de arco y acompañamiento.

El libreto se debe a Tomás Añorbe y Corregel y los números de esta zarzuela ofrecen una gran variedad de formas: cuatros, tonadas, recitados, ariosos, estribillos, coplas y un “a ocho”, todas con acompañamiento instrumental.

La influencia italiana se percibe en la composición de su ópera Los Elementos. Opera armónica al estilo italiano a los años de la Exma. Sra. Duquesa de Medina de las Torres, mi Señora, siendo la segunda vez (tras La Guerra de los Gigantes, de Durón) que aparece en el título el término “ópera”. Los principales protagonistas de esta ópera son el aire, el agua, el fuego, la tierra, el tiempo y la aurora mientras que la orquesta está compuesta de violines, violón, “vigüelas” y acompañamiento.

Sus números están concebidos a cuatro, tres y dos voces: se trata de recitados, arietas, coplas y estribillos. Reestrenada en tiempos modernos en el marco del XXXIV Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el crítico Enrique Franco escribió en El País (22 de julio de 1985) lo siguiente: “El compositor mallorquín sigue de buen grado las corrientes italianas, lo que significa el triunfo de la melodía a través de una invención muy personalizada, virtuosista y llena de garbo”.

A 1711 se remonta la zarzuela Antes difunta que ajena, cuya partitura no ha sido localizada y con libreto anónimo. Asimismo compuso Celos no guardan respeto (1723), con texto de Antonio de Zamora, y música igualmente perdida. Mary Neal Hamilton, en su libro Music in Eighteenth Century Spain (1937), atribuye a Literes la ópera armónica al estilo italiano en dos jornadas Dido y Eneas. Danièle Becker por su parte cita a Literes como autor de la comedia armónica en dos jornadas Júpiter y Joo, escrita por el conde de Clavija en 1699 como “fiesta de zarzuela por el cargo real”, donde intervienen trece cantantes, cuatro hombres y nueve mujeres; ofrece una loa preliminar y un final de fiesta consistente en una reposición burlesca del primer acto de Celos aun del aire matan, ópera de Hidalgo y Calderón, pero contemplada como algo anticuado.

En 1737 diez de sus “cantadas humanas” fueron elegidas junto a trece de otros compositores para una colección cortesana. Entre ellas, destaca la cantada de Reyes Ah del rústico pastor (1710), con acompañamiento instrumental de violines, oboes y bajo continuo, obra que fue estudiada y publicada en la revista Tesoro Sacro musical por Antonio Martín Moreno, quien descubrió que era idéntica a la de Josep Pradas Ah del célebre confín (1724), sin que se sepa si se trata de un plagio del músico castellonense o bien de un error de Vicente Ripollés, quien la publicó con autoría de Pradas. En opinión de Martín Moreno “demuestra un perfecto conocimiento del estilo italiano vigente en toda Europa”. Dicho italianismo se patentiza de nuevo en el Oratorio que se cantó con varios instrumentos, en 22 de enero, fiesta del glorioso, invicto mártir S. Vicente, patrón de ambas Lisboas, fechado en el año 1720; mientras que el tiple asume el papel del Amor, el segundo tiple canta la Lusitania, el contralto el Cuto y el tenor la Envidia Infernal, todo ello enmarcado en una sucesión de recitados y arias, coros a ocho voces, endechas y seguidillas.

 

Obras de ~: Música teatral: Zarzuelas: Júpiter y Joo, 1699; Júpiter y Dánae, 1700; Acis y Galatea, 1708; Antes difunta que ajena; El estrago en la fineza: Júpiter y Semele, 1718; Celos no guardan respeto, 1723; Con música y por amor; Hasta lo insensible adora. Óperas: Dido y Eneas; Los elementos.

Música religiosa en latín: Himnos: 10 Himnos (Archivo del Palacio Real de Madrid). Magnificat: 8 Magnificat (Archivo del Palacio Real de Madrid). Misas: 3 Misas de facistol (Archivo del Palacio Real de Madrid). Salmos: Miserere (monasterio de El Escorial); 14 Salmos de todas vísperas (Archivo del Palacio Real de Madrid).

Música religiosa en castellano: Oratorios: Oratorio que se cantó con varios instrumentos, en 22 de enero, fiesta del glorioso, invicto mártir S. Vicente, patrón de ambas Lisboas, 1720. Cantadas: Ah del rústico pastor, cantada de reyes (monasterio de El Escorial); Aliento humano desvelo, cantada al Santísimo (catedral de Salamanca); 5 Cantadas al Sacramento (catedral de Guatemala). Solos: El pan de los cielos, al Santísimo (catedral de Segovia).

Música vocal profana: Cantadas: Estaba Fili hermosa, Cantada humana (catedral de Valencia). Solos: Venid moradores, solo humano (catedral de Segovia).

Ediciones: “Ah del rústico pastor. Cantada de Reyes, edición de A. Martín Moreno”, en Tesoro Sacro musical (1978); Acis y Galatea, ed. de Luis Antonio González Marín, Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2002.

 

Bibl.: B. J. Feijoo, Teatro crítico universal, Madrid, 1726- 1734; M. Soriano Fuertes, Historia de la música española desde la venida de los fenicios hasta el año de 1850, vol. IV, Barcelona, Editorial Narciso Ramírez, 1860; B. Saldoni, Diccionario biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles, vol. IV, Madrid, Imprenta de Pérez Dubrull, 1868-1881; J. Subirá, La música en la casa de Alba, Madrid, Publicación de la Casa de Alba, 1927; E. Cotarelo y Mori, Historia de la zarzuela, Madrid, Tipografía de Olózaga, 1934; J. García Marcellán, Catálogo del archivo de música del Palacio Nacional, Madrid, Patrimonio Nacional, 1938; N. A. Solar Quintés, “Antonio Literes Canión y sus hijos. Nuevos documentos para su biografía”, en Anuario Musical, V (1950); J. Subirá, Historia de la música española e hispanoamericana, Barcelona, Salvat, 1953; A. Martín Moreno, “El compositor mallorquín Antonio Literes (1673-1747)”, en Tesoro Sacro musical, 648 (1978); A. Gili, “Mallorquins a la Capella Reial de Carlos II”, en Madrigal, VII (1978); A. Martín Moreno, Historia de la música española. 4. Siglo XVIII, Madrid, Alianza, 1983; A. Lázaro, “Apuntes desde Acis y Galatea”, en I Encuentro de Música Antigua, Madrid, 1989; A. Ruiz Tarazona, “Antonio Literes (1673-1747) en el Madrid teatral de su tiempo”, en I Encuentro de Música Antigua de Madrid, Madrid, 1989; L. K. Stein, Songs of Mortals, Dialogues of the Gods: Music and Theatre in Seventeenth- Century Spain, Oxford, 1993; A. E. Lemmon, “Antonio Literes and José de Nebra: Foundation of the Italian Presence in the Archivo Musical of the Guatemala City Cathedral”, en Rivista ltaliana di Musicologia (1994), págs. 265-72; A. Bombi, “Los elementos. Estilo, género y funciones”, en Scherzo, 117 (1997), págs. 122-125; J. J. Carreras, “La cantata de cámara española a principios del siglo XVIII: el manuscrito M 2618 de la Biblioteca Nacional de Madrid y sus concordancias”, en VV. AA., Música y literatura en la península Ibérica: 1600-1750, Valladolid, V Centenario del Tratado de Tordesillas, 1997, págs. 65- 126; P. L. Rodríguez, “La difícil carrera de un músico en la corte”, y J. M. Leza Cruz, “De los teatros y sus músicas”, en Scherzo, 117 (1997), págs. 108-113 y págs. 118-121, respect.; J. J. Carreras, “From Literes to Nebra: Spanish Dramatic Music between Tradition and Modernity” y “Spanish Cantatas in the Mackworth Collection at Cardiff ”, en VV. AA., Music in Eighteenth Century Spain, Cambridge, University, 1998, págs. 1081-1122; A. Ruiz Tarazona, “Literes Carrión, Antonio”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VI, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2000; L. K. Stein, “Literes, Antonio”, en VV. AA., The New Grove Dictionary of Music and Musicians, London, Macmillan Press, 2001 (2.ª ed.); A. Pizà, Antoni Literes: introducció a la seva obra, Palma de Mallorca, Edicions Documenta Balear, 2002; R. Kleinertz, Grundzüge des spanischen Musiktheaters im 18. Jahrhundert, Kassel-Berlín, Edition Reichenberger, 2003; R. Kleinertz, “Music Theatre in Spain”, en The Cambridge Historiy of 18th Century Music, ed. Simon Keefe, Cambridge, University Press, 2009; A. Bombi, “Antonio Literes (1673-1747)”, en Revista de la Fundación Juan March, n.º 406 (noviembre de 2011), págs. 2-7.

 

Paulino Capdepón Verdú