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Francisco Guerau

Biografía

Guerau, Francisco. Palma de Mallorca (Islas Baleares), 25.VIII.1649 – Madrid, 25.X.1722. Músico, compositor y tratadista.

Proveniente de una familia del artesanado balear relacionado con el gremio de la lana, Guerau fue bautizado en la iglesia de San Nicolás. A los diez años de edad, el 1 de octubre de 1659, fue recibido en el Colegio de Niños Cantorcicos de la Real Capilla y, apenas diez años después, el 20 de julio de 1669, dejó el colegio y entró a formar parte de la Real Capilla como cantor contralto. Dado que se sabe documentalmente que su voz había mudado en 1666, se puede deducir que como contralto era falsetista.

Diez años más tarde, le concedieron los 100 ducados de vellón anuales en forma de renta colativa necesarios para poderse ordenar, que habían de sumarse a otras rentas que acumuló en el transcurso de su carrera y que le muestran como un individuo valioso de la capilla de música. El 31 de mayo de 1685, se fecha un interesante memorial del músico: “Francisco Guerau, presbítero, mallorquín, músico de la Capilla Real de Su Majestad dice que por cuanto Su Majestad que Dios le guarde fue servido de hacer merced a D. Gabriel Seguí de doscientos ducados de pensión sobre el obispado de Mallorca: y por haberse el dicho ausentado sin sacar los despachos necesarios, suplica a Su Majestad que en caso de hacer provisión de dichos doscientos ducados en otro sujeto, se sirva de tenerle presente para honrarle con dicha merced atendiendo a sus pocos medios y achaques de falta de respiración y haber veintiséis años que sirve en la dicha Real Capilla con mucha puntualidad, en que recibirá singular favor de la piedad y grandeza de Su Majestad”. No parece que Guerau consiguiera esta nueva renta. El día 1 de febrero de 1693, entró al servicio de la Real Cámara y, al año siguiente, publicó su libro para guitarra Poema harmónico al que debe la fama de que goza hoy en día.

El año de 1694, se puede considerar como el de su triunfo profesional, ya que, además de la publicación referida, es nombrado maestro de Música del Colegio de Niños Cantorcicos, sucediendo en este cargo a José de Torres y a Antonio Literes. En un informe, fechado el 2 de junio de 1694, el Patriarca presentó al Rey a Guerau como el individuo más idóneo para cubrir la plaza vacante: “Doy cuenta a Su Majestad que el Colegio de Niños Cantorcicos se halla sin Maestro de Música por haberlo dejado D. José de Torres y tomado estado Antonio Literes, a quien se puso en el ínterin que se proveyese en persona hábil y siendo el principal instituto de aquella Real Casa la instrucción en los preceptos de la música y especialmente la melodía que es en lo que más sirven los niños todo el tiempo que les dura la voz de tiples; he mirado con todo cuidado qué sujeto sería más a propósito, y teniendo entera satisfacción de las prendas de virtud y suficiencia para este ministerio que concurren en D. Francisco Guerau, músico contralto de la Real Capilla, lo propongo a Su Majestad para el Magisterio de Música de dicho Real Colegio en que cumplirá exactamente con este encargo y la educación y crianza de los niños por ser de natural blando y muy prudente, y considerando que semejante oficio como tarea incesante requiere persona desembarazada y con sola esta obligación, me parece preciso representar a Su Majestad que D. Francisco Guerau ha de ser relevado de la asistencia en el todo de la Real Capilla, y que se le haga presente con el goce entero de las distribuciones. Y así mismo no ha de concurrir a las fiestas fuera y, en lugar de 40 ducados que he entendido ganaba en ellas, le podrá Su Majestad, siendo servido, mandar socorrerle en cada un año con doscientos ducados por vía de ayuda de costa el tiempo que tuviere esta ocupación pagándoselos corrientes para que se servirá Su Majestad mandar al Condestable lo entienda así y dé la orden al Grefier que, con esto y tres reales que se le dan cada día se incluyen en los gastos ordinarios de la Casa y el cuarto, tendrá la misma conveniencia y no es de los que más acomodados están pues sólo goza dos plazas, dos distribuciones y 100 ducados de aumento que, según la regulación que debe hacerse, no excede 5.258 reales de vellón”. El día 5 de junio se acepta la presentación del patriarca y Guerau es nombrado maestro de Música del Colegio de Niños Cantorcicos en las condiciones solicitadas en el memorial, siendo, de este modo, relevado de su asistencia a la capilla, con lo que eludiría desde entonces sus achaques debidos probablemente a un proceso asmático. Sin embargo, este nombramiento, lejos de significar el momento de madurez del ilustre guitarrista, significaría el comienzo de la decadencia al verse completamente involucrado en una dinámica de crisis que determinó, en primer término, que su salario no fuera pagado correctamente y, en segundo lugar, que su ministerio fuera amortizado en mayo de 1701 a consecuencia de la durísima reforma que realizó Felipe V en su Real Capilla y que, en lo tocante a Guerau, suprimió la plaza independiente de maestro de Música de los Infantes de Coro y la agregó —como ocurría en capillas catedralicias de rango medio y bajo— al cargo de maestro de Capilla.

Sería Sebastián Durón el primer maestro de Capilla que debería a su vez encargarse de la enseñanza de los infantes de coro, mientras Guerau desaparece de la documentación palaciega, aunque, por otros documentos como los tres testamentos que redactó sucesivamente en 1684, 1708 y 1716, se sabe que seguía siendo “clérigo presbítero, músico cantor de la Real Capilla de Su Magestad”. Éste es un capítulo muy oscuro de su biografía y sujeto a todo género de conjeturas que se deben relacionar con la Guerra de Sucesión (1701-1714); lo que se conoce documentalmente es que Guerau desaparece de la actividad de la capilla y se le deja de pagar, pero no se le despide. Así, la Casa Real acumuló unas deudas con el músico que llegaron a la estimable cantidad de 1.118.070 maravedís, que no saldó hasta 1717.

Guerau no se jubiló de su cargo en la Real Capilla hasta el 1 de mayo de 1722 y pocos meses después falleció en Madrid.

El principal mérito artístico de Guerau es haber dado a la imprenta el último gran libro para guitarra barroca publicado en España en el siglo xvii. Con su esmerada formación musical, Guerau estaba en disposición de componer todo tipo de música y, de hecho, a él se le atribuyen algunos tonos humanos de Libro de la Vida de los Señores Lógicos Desde minimistas asta Lógicos, Dispuesta por Dn Nicolás Aragón y Dn Estanislao Navarro (Sutro Library, San Francisco, ms. SMMS M1) y pudo ser igualmente autor de otros tonos conservados manuscritos en la Biblioteca Nacional. Sin embargo, Guerau ha pasado a la historia por el Poema harmónico que dio a luz en Madrid el año de 1694. Publicado veinte años después de la primera edición de la Instrucción de música de Gaspar Sanz y veinte años antes que el Resumen de acompañar de Santiago de Murcia, el Poema harmónico se sitúa así en el centro de la aportación española a la literatura para guitarra barroca, entre el apogeo representado por la obra de Sanz y la contribución postrera significada por Santiago de Murcia.

En este momento central, la obra de Guerau señala un punto de inflexión de la evolución de la música guitarrística por significar el desarrollo extremo de la tendencia hacia la omisión del rasgueo así como por su originalidad y un virtuosismo en el tratamiento instrumental que destacará incluso Santiago de Murcia en estos términos: “Tampoco me detengo en explicar las gracias, que ay en executar, las quales son la sal de lo que se tañe (aunque van figuradas) persuadido, à que no avrà Aficionado, que no aya visto el Libro tan singular, que diò à la estampa Don Francisco Garaù (de Tañidos de España, y Passacalles primorosos) en el qual pone al principio toda la explicacion, con notable luz, y conocimiento para el que quisiere manejar este Instrumento; con todas las feligranas; que pueden caber en la ultima destreza” (Resumen de Acompañar). La “singularidad” más tangible de Guerau y a la que se debe de referir Santiago de Murcia es el hecho de ofrecer un libro para guitarra, con el repertorio típico de los libros destinados a este instrumento (pasacalles, jácaras, marizápalos, españoletas, folías, canarios, marionas, villanos...) en un estilo totalmente punteado con omisión completa del recurso de rasgueo característico. A diferencia de los repertorios de danzas italiano y francés caracterizados sobre todo por formas binarias, el repertorio de Guerau se organiza en series de variaciones (“diferencias”) sobre los aires de jácara, españoleta, pavana, folías, marizápalos, gallarda, villano y mariona.

No se trata de una obra didáctica como en principio fueron la Instrucción de Gaspar Sanz y las Reglas de Santiago de Murcia (“No fue mi intento poner rudimentos en este Libro para principiantes, porque a la verdad, lo que en él se contiene, mas es para quien tiene la mano suelta, y habilitada, que no para los que carecen de exercicio”), pero en las “Advertencias a los principiantes”, después de la explicación más elemental de la cifra y de los diferentes signos utilizados en la notación, aparece una serie de indicaciones teóricas —a las que se remitía Santiago de Murcia en el párrafo arriba citado— sobre la colocación de las manos en la guitarra, la digitación y la ornamentación, que son del mayor interés a la hora de afrontar la ejecución de la música contenida en su libro. Según Guerau: “Estas condiciones, y otras que yo ignoraré, pide la Guitarra al que desea tocarla con algún primor: y aunque todas son necesarias para el buen orden, lo que más hermosea y causa más harmonía, es la continuación del Trino, Mordente, Extratrino, y harpeado; que aunque en la verdad, si la música es buena, y la tocas a compás, y el instrumento esta templado, sonará bien; no obstante, usando destos afectos, que son alma de la Musica, verás la diferencia que va de uno a otro.

Mas el que no pudiere tañer con la continuación del Trino, Mordente, y Harpeado, no se desconsuele, ni ofusque por esso; toque los numeros sin los afectos dichos, que esto no es hacer ley inviolable, sino solo advertirle lo mejor al que deseare executarlo”.

La obra de Guerau es excepcional por la calidad de su música, por su característica original de ser para guitarra completamente punteada y por las noticias de interés que aporta para la interpretación del repertorio barroco.

Un hermano de Francisco Guerau, llamado Gabriel, fue también músico de la Real Capilla y compositor, con alguna obra conservada en el manuscrito de tonos Mús. 3660 de la Biblioteca de Cataluña.

Por ello, los tonos manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, atribuidos sólo a “Guerau” —Qué lleva el Sr. Esqueva, para tres voces y bajo con letra de Luis de Góngora; Alerta que de los montes, para una voz y bajo con letra de Juan Vélez de Guevara, y O nunca, tirano amor, para una voz y bajo con letra de Diego Nájera y Cegrí— podrían atribuirse tanto a él como a su hermano. El manuscrito B2392 de la Hispanic Society of America de Nueva York conserva sólo los textos de Nájera y Cegrí, O nunca tirano amor y Un corazón desdichado, cuya música, en ambos casos, se atribuye a “Grao”, muy probablemente Guerau.

 

Obras de ~: Poema harmonico compuesto por varias cifras por el temple de la guitarra española dedicado a la Sacra Catholica y Real Magestad del Rey Nuestro Señor Don Carlos Segundo que Dios guarde por su menor capellan y mas afecto vasallo el licenciado Don Francisco Guerau presbitero musico de su Real Capilla y Camara, Madrid, Imprenta Manuel Ruiz de Murga, 1694 [ed. facs. en B. Jeffery, Francisco Guerau Poema harmonico (Madrid, 1694), Londres, Tecla Editions, 1977; transcr. moderna y est. en T. Schmitt, Francisco Guerau: “Poema harmonico compuesto de varias cifras por el temple de la guitarra española (Madrid, 1694). Reproducción del ejemplar M 887 con permiso de la Biblioteca de Cataluña (Barcelona)”, Madrid, Alpuerto, 2000].

 

Bibl.: R. Strizich, “Ornamentation in Spanish Baroque Guitar Music”, en Journal of the Lute Society of America, V (1972), pág. 18; J. M. Stevenson, A transcription of Poema Harmonico for Baroque Guitar (tesis de master), San José State University, 1974; J. Tyler, The Early Guitar. A History and Handbook, Oxford, University Press, 1980; G. Arriaga, “Francisco y Gabriel Guerau, músicos mallorquines”, en Revista de Musicología (RM), VII/2 (1984), págs. 253-300; G. Arriaga, “El acompañamiento en la guitarra barroca española. Breve reflexión histórica”, en Musica Antiqua (Córdoba), 3, agosto-septiembre (1986); L. Jambou, “Documentos relativos a los músicos de la segunda mitad del siglo xvii de las Capillas Reales y Villa y Corte de Madrid, sacados de su Archivo de Protocolos”, en RM, XII/2 (1989), págs. 469-514; G. Arriaga, “Técnica de la guitarra barroca”, en E. Rioja (ed.), La Guitarra en la Historia (3), Córdoba, La Posada, 1992; T. Schmitt, “Sobre la ornamentación en el repertorio para guitarra barroca en España (1600-1750)”, en RM, XV/1 (1992), págs. 107-137; “Francisco Guerau y el estilo español”, en Cuadernos de Arte, XXVI (1995), págs. 113- 119; J. Monno, “Francisco Gueraus Poema Harmonico”, en Guitarre und Laute, XVII/4 (1995), págs. 11-15; J. L. Barrio Moya, “Algunas noticias sobre el mallorquín D. Francisco Garau, músico cantor en la Capilla Real de Madrid durante los reinados de Carlos II y Felipe V”, en Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana, LII (1996), págs. 303-314; T. Schmitt, “El problema del estilo español en la música instrumental española”, en R. Kleiertz (ed.), Teatro y música en España (siglo xviii), Kassel-Berlín, Reichenberger, 1996; A. Pizà, Francesc Guerau i el seu temps, Palma de Mallorca, Institut d’Estudis Baleárics, Conselleria de Cultura, Educació i Esports, 2000.

 

Javier Suárez-Pajares