García Ros, Baltasar. Valtierra (Navarra), s. m. s. xvii – Buenos Aires (Argentina), 18.I.1740. Gobernador del Paraguay y de Buenos Aires.
Inició su carrera militar como soldado de Infantería y pronto descolló. Por su brillante actuación en las batallas del Milanesado, Saboya y Delfinado, en Italia, mereció ascensos hasta la graduación de capitán.
Era sargento mayor cuando llegó a Buenos Aires en 1701, donde prestó servicios en el presidio.
En 1704 Pedro II de Portugal declaró la guerra a la Corona de Castilla y García Ros estuvo al mando de las fuerzas españolas y guaraníes que atacaron Sacramento y desalojaron a los portugueses. Según García Udaondo, García Ros obtuvo la reconquista de dicha plaza y este honroso antecedente motivó su designación como gobernador del Paraguay, cargo que asumió en abril de 1706. Al parecer, gobernó pacíficamente, defendió a los guaraníes cuando fueron atacados por “Charrúas y Yaraes”, tribus irreductibles, coaligadas con otras para atacar a indios cristianizados, asaltando reducciones jesuíticas.
El virrey de Perú y obispo de Quito, Diego Guevara, lo nombró gobernador interino de Buenos Aires, asumiendo éste el poder el 23 de mayo de 1715. Gobernó hasta julio de 1717. Durante sus gestiones se protegió la zona de Montevideo por instrucción de Felipe V, ya que el gobernador había señalado al Monarca sobre la necesidad de establecer vigilancia en la margen izquierda del Río de la Plata.
Cuando por el tratado de Utrecht, España debía entregar la Colonia del Sacramento a los portugueses, García Ros protestó sin resultados positivos. En 1723 fue enviado al Paraguay en un momento muy conflictivo, en plena revolución comunera. Obedeciendo las órdenes del virrey, se encaminó hacia Paraguay por Santafé. Al llegar a Corrientes, envió noticias de su llegada a José de Antequera y al Cabildo.
Era muy grande la aversión hacia el gobernador Diego de los Reyes en esta ciudad y en Cabildo Abierto del 13 de diciembre de 1723, decidieron pedir al virrey que no recibiera a Reyes de Balmaceda ni a García Ros. Enterado este último de dicha determinación, se sometió y decidió volver a Buenos Aires. Al llegar se encontró con nuevas órdenes del virrey, quien había recibido quejas de la gente de Corrientes contra Antequera por haber “extraído de ella preso a Reyes”. La orden del virrey fue que llegase Ros al Paraguay y apresara a Antequera para remitirlo a Lima y a los rebeldes escarmentarlos hasta lograr la pacificación de la provincia.
Fue comisionado una vez más García Ros al Paraguay para dar cumplimiento a nuevos despachos del virrey. Aquél entró por las Misiones, pasando por Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú y con dos mil quinientos indios se situó el 5 de agosto sobre el Tebicuary dando órdenes para cruzarlo la noche siguiente. Al mismo tiempo García Ros había mandado un escrito a Asunción amenazando al pueblo que si no lo recibían en paz, entraría a sangre y fuego entregando la ciudad a sus indios guaraníes. Los jesuitas fueron expulsados de Asunción llegando a su chacra de Tapýipery (San Lorenzo), de allí fueron a su estancia de Paraguarí y de allí a las Misiones. Entre tanto, Antequera se alistó con dos mil quinientos hombres para enfrentar a Ros.
Luego del enfrentamiento, Ros, completamente deshecho, se refugió en San Ignacio, abandonando muchos hombres en el campo de batalla. Antequera tuvo muy pocas bajas y siguió con setecientos hombres al ejército derrotado hasta Nuestra Señora de Fe, pero cuando supo que un nuevo ejército se estaba acercando, volvió a Asunción.
Bruno Mauricio de Zavala organizaba en las Misiones un ejército de seis mil hombres. Antequera no logró reunir suficiente número de combatientes y fue entonces cuando tomó la ruta a Córdoba para llegar a Charcas a rendir cuenta de todo lo ocurrido. Zavala entró en Asunción el 29 de abril de 1725, nombró gobernador a Martín de Barúa, puso en libertad a Reyes de Balmaceda y volvió nuevamente a Buenos Aires.
García Ros volvió a interinar el gobierno de Buenos Aires en 1737 y falleció el 18 de enero de 1740.
Bibl.: P. Lozano, Historia de la Compañía de Jesús de la Provincia del Paraguay, Madrid, 1754-1755; Historia de las Revoluciones de la Provincia del Paraguay (1721735), Buenos Aires, 1905; E. Udaondo, Diccionario Biográfico Colonial Argentino, Buenos Aires, Editorial Huarpes, 1945; J. F. Aguirre, Diario del Capitán de Fragata D. Juan Francisco Aguirre, Buenos Aires, Imprenta de la Biblioteca Nacional, 1950; E. Cardozo, El Paraguay Colonial, Buenos Aires, 1958; Historiografía Paraguay. I. Paraguay Indígena, Español y Jesuita, México, 1979; A. Astrain, Jesuitas, Guaraníes y Encomenderos, Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch”-Fundación Paracuaria, Missionsprokur S. J. Nürnberg Asunción, 1995; M. Durán Estrago, “Baltasar García Ros”, en Crónica Histórica Ilustrada del Paraguay, T. I, Paraguay Colonial, Buenos Aires, Distribuidora Quevedo de Ediciones, 1998.
Margarita Durán Estrago
