García Negueruela, Donato. Ábalos (La Rioja), 12.XII.1779 – Madrid, 18.XI.1855. Mineralogista, botánico y presbítero.
Donato García Negueruela nació en la riojana villa de Ábalos el 12 de diciembre de 1779 y fue bautizado por el párroco Manuel José Ruiz del Portal, el 15 de diciembre de 1779 en la parroquia San Esteban Protomartir de la villa de la que era natural. Hijo de Santiago García Tejerizo y María de Negueruela. Sus abuelos paternos fueron Manuel García, arquitecto, y María Tejerizo, naturales de Pozalmuro y Peñaranda (Soria). Sus abuelos maternos fueron Nicolás de Negueruela y Ana María Muñoz, vecinos de Santo Domingo de la Calzada. Fueron sus padrinos Nicolás Negueruela y Escolástica Jiménez.
Poco se conoce de los primeros años de vida de Donato García, si bien, en esta etapa, su familia residió en Ábalos (La Rioja) y su padre fue médico de la villa de San Asensio (La Rioja). Permanecieron por tierras riojanas hasta que, en 1785, establecieron la residencia familiar en Madrid, por acceder su padre, Santiago García, al puesto de médico de la Real Inclusa y de los Reales Hospitales. Si bien, los primeros datos que sitúan a Donato García en Madrid están vinculados a sus estudios en el Real Jardín Botánico.
En el año 1800 se encontraba estudiando cuarto curso de Teología. En estos momentos, ya era huérfano de madre. El 10 de mayo de 1800, la Condesa de Montijo y Baños le asignó uno de los Beneficios de Baños de Rioja (La Rioja). Nueve días después, su padre solicitaba al obispo de Calahorra, Francisco Mateo Aguiriano Gómez, y al arzobispo de Toledo, la ordenación de la Prima Tonsura y el resto de las órdenes menores y mayores, ofreciendo el Beneficio como muestra de gratitud. No obstante, continuó con dicha asignación el resto de su vida y, para lo cual tuvo un suplente que levantaba las cargas del beneficio. En 1817, este servidor era Evaristo Martínez de Ternero, que fue prior de la Orden de San Juan, en 1822, y en 1824, éste había cambiado y, era Juan Ruiz, franciscano exclaustrado, natural del mismo pueblo.
Entre 1801 y 1802, estudió Botánica, siguiendo los pasos de su padre, en el Real Jardín Botánico de Madrid y realizó colaboraciones con Mariano Lagasca y Simón de Rojas Clemente, centrando sus estudios, en esta etapa inicial, en la Criptogamia, de lo que resultó una publicación en los Anales de Historia Natural de 1802. Los exámenes correspondientes a Botánica los superó en 1803. Cursó la Oritognosia (Mineralogía) con Christian Herrgen, entre 1803 y 1804, en el Real Gabinete de Historia Natural. El ejercicio práctico que realizó para su selección trataba sobre el feldespato y sus variedades, lo que le valió el reconocimiento de los asistentes. Según explicaba el propio Herrgen, en el informe correspondiente a este curso de Oritognosia, destacaba a los discípulos Donato García y Andrés Alcón y se refiere a ellos, como dos jóvenes, que, premiados ya como botánicos, en los exámenes del Real Jardín Botánico, se dedicaron con mucha aplicación al curso de Mineralogía, distinguiéndose de los demás asistentes, por su ciego amor a las ciencias naturales. El profesor alemán les instó a fomentar su formación como naturalistas, pero sin carrera aún, en 1804.
Por Real Orden de 1806, Donato García fue nombrado profesor de Agricultura y Botánica con destino al Jardín de Aclimatación de Sanlúcar de Barrameda. Sin embargo, renunció al cargo, por acceder a la dirección del Jardín de Tenerife y, en prebenda, cesó de la Iglesia de Canarias, siendo, finalmente director del centro de Sanlúcar de Barrameda, Simón de Rojas Clemente.
Con la asunción de la dirección del Jardín Botánico de Tenerife fue nombrado catedrático de Botánica Aplicada y Agricultura Práctica. Durante esta comisión se dedicó a estudiar el clima, la calidad de los terrenos, los métodos de cultivo, los errores que cometen los agricultores, las prácticas que debían seguir, las plantas que más germinan, los animales que con más y mejores ventajas se multiplican, con el objetivo de formar un tratado de enseñanza en estas materias.
Gracias a la prensa histórica se puede conocer, sutilmente, su actividad como presbítero. Así, en 1807 celebraba la festividad de San José en la Iglesia de la Real Inclusa de la Corte o la solemnidad de los Dolores de Nuestra Señora, en las que participaba el Duque del Infantado.
En 1814, Donato García, publicó la obra póstuma de su padre Memoria en la que se prueba con razones, autoridades y experiencias que la tisis no es enfermedad contagiosa, anexionada con una noticia de los trabajos literarios del autor. Este mismo año, habiendo fallecido el ayudante del Gabinete de Historia Natural, propuso Herrgen a Donato García como su ayudante en la cátedra. El modesto alumno llegó, de este modo, a ser profesor adjunto y viceprofesor, el 28 de abril de 1815 y ayudante por oposición. Tras el fallecimiento de Christian Herrgen, el 20 de enero de 1816, le sucedió en el puesto. En 1818 fue nombrado profesor de Mineralogía y, en 1819, accedió a la dirección del Consejo de Administración del Real Gabinete de Historia Natural. Desde 1821 contó con Santiago Languidarte como ayudante del laboratorio de Mineralogía.
Durante el Trienio Liberal ocupó puestos de responsabilidad. También, fue juez de hecho, con arreglo a la ley de libertad de imprenta, el 12 de noviembre de 1820.
La sospecha de ser afrancesado y de ideas muy liberales, de las que se tienen noticias por sus alumnos, condicionó su carrera y la Junta de Purificaciones civiles comunicó que no debía ser renovado. Sin embargo, la Junta de Protección del Museo de Ciencias Naturales intercedió en su ayuda, reconociendo su valiosa labor. De manera que ocupó la plaza de catedrático de Mineralogía.
Desde 1821 fue miembro de la Real Sociedad Económica de Sanlúcar de Barrameda. También, fue académico de honor de la Real Academia de Artes Nobles de San Fernando, a propuesta de su viceprotector, Pedro Franco Dávila, por nombramiento el 29 de marzo de 1821. Socio de mérito, el 26 de mayo de 1821, de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, a propuesta de la clase de Artes, por desempeñar una comisión que se le confió. Además, perteneció a la Academia Médica Matritense, Academia de la Medicina de Murcia y fue socio la Academia Nacional (Real Decreto de 4 de diciembre de 1821).
El Reglamento General de Instrucción Pública (Real Decreto 29 de junio de 1821) delimitó las distintas cátedras, entre otras, una de mineralogía. Así, Donato García desarrolló su labor tanto en el Museo de Ciencias Naturales, a partir de las funciones propias del museo (adquisición, conservación, exposición, educación e investigación), como en la Universidad Central.
Indiscutiblemente, las influencias del profesor se aprecian entre sus alumnos. En la segunda década del siglo XIX se constata con el discípulo Blas Manuel Teruel de los Escuderos, cuyo manuscrito de las lecciones de Mineralogía recibidas por Donato García y correspondientes al curso de 1821, ha llegado hasta nuestros días. Asimismo, el profesor colaboró con su alumno José Musso y Valiente en la realización de una obra inédita de las Lecciones de Mineralogía, en castellano (c. 1825), documento inédito que el profesor corrigió.
Fue nombrado director de la mencionada Junta de Protección del Museo de Ciencias Naturales en 1824. En 1829 participó como juez en las oposiciones a los premios de Botánica General, celebradas en el Real Jardín Botánico.
Donato García fue uno de los fundadores de la Real Academia de Ciencias Naturales. Académico numerario de esta institución y académico de honor, el 20 de febrero de 1834. El profesor justificó su ausencia a las primeras sesiones por estar ocupado en un trabajo relativo a la “Geografía mineral de España”. Tomó posesión en la Real Academia de Ciencias Naturales el 24 de octubre de 1835.
En 1841 y 1842, junto con Pascual Asensio, formó parte de la comisión de examen de libros que servían de texto en los estudios públicos para las Ciencias Naturales. Un año más tarde, asesoraba a los arqueólogos con sus conocimientos en Mineralogía. Desarrolló otras comisiones que le fueron asignadas. Encargado de incentivar la aplicación de los alumnos de la Escuela de dibujo, adorno y disecado de animales de la Real Academia de Artes Nobles de San Fernando, participó en los trabajos relacionados con la traída de aguas a la capital y en la Carta Geológica de Madrid y del Reino.
En 1843, su discípulo Cisneros y Lanuza publicaba las lecciones de Mineralogía impartidas por el profesor. En el prólogo aseguraba que no se habían escrito apuntes más completos por otros discípulos y que aún no existía un tratado completo de Mineralogía. Por tanto, Cisneros y Lanuza desconocía el manuscrito de las lecciones de Mineralogía de c.1825.
El nombramiento de Donato García como catedrático en la Facultad de Filosofía se recoge en el Decreto de 8 de junio de 1843. Además, fue vocal de la Junta de centralización de los fondos propios de los establecimientos de la Instrucción Pública. No obstante, las reformas en la enseñanza de las ciencias suponen, con la llegada del Plan Pidal de 1845, un nuevo cambio en el desempeño de la docencia para el profesor. Así, en el mes de diciembre del citado año, presentó sus credenciales, si bien, adjuntó sólo, parcialmente, la documentación necesaria para conocimiento de la Comisión nombrada para formar el escalafón de catedráticos. En 1846, figura como profesor universitario de la cátedra de Mineralogía en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central.
En 1847, con la creación de la actual Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Donato García fue de los 18 científicos por designación real que, a su vez, eligieron a otros 18 que, en conjunto, conformaron los primeros 36 miembros de esta Institución. Este nombramiento se plasmó en la Real Orden, el 4 de marzo de 1847, coincidiendo la elección y toma de posesión con la fecha de la Real Orden. El presbítero presentó como credenciales la posesión de la Cátedra de Mineralogía de la Universidad Central. Ese mismo año, el 26 de junio de 1847, promocionó a catedrático de término de las asignaturas de Botánica y de Mineralogía en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central.
Por Orden de 14 de noviembre de 1850 fue sustituido en la cátedra de Mineralogía por Valeriano Ordóñez de Adrián, ayudante de las cátedras de Física y Química.
El profesor, el 7 de julio de 1853, solicitó su jubilación, atendiendo al mal estado de salud y a su avanzada edad, así como a los años de servicio prestados, de manera que se le declararía jubilado, por Real Orden de 11 de agosto de 1853, con la clasificación correspondiente, siendo notificado el hecho, el 19 de agosto de 1853.
Murió el 18 de noviembre de 1855, en Madrid, a la edad de setenta y seis años.
Obras De ~: con S. de R Clemente y M. Lagasca, “Introducción a la Criptogamia de España”, en Anales de Ciencias Naturales, t. V, n.º 14 (1802), págs. 135-215; [con J. Musso] “Lecciones de Mineralogía, explicadas por D.n Donato García, en el Gabinete de Historia Natural de Madrid en el curso que principió en 17 de diciembre de 1824” en Archivo General de Palacio, Infante Don Gabriel y sucesores, Anexo, legajo 4, c. 1825, (inéd.).
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María Rosario Alcalde Fuentes