Ezquerra del Bayo, Joaquín. El Ferrol (La Coruña), 11.IX.1793 – Tudela (Navarra), 14.VIII.1859. Ingeniero de Minas y geólogo.
Fueron sus padres José Ezquerra y Guirior, capitán de navío nativo de Tudela, y Ana María del Bayo y Crame, de origen zamorano. A muy temprana edad, y como recompensa a la heroica muerte de su padre en la batalla de Algeciras (unida España a las fuerzas napoleónicas contra Inglaterra, en 1801), fue nombrado caballero paje de Carlos IV, y estudió Matemáticas, Física y Ciencias Naturales en el Real Colegio de Pajes hasta los dieciséis años. De 1810 a 1814 residió en Francia, adonde emigró con el secretario de José I. A su regreso a España, después de la restauración de Fernando VII en el trono, la penosa situación económica familiar le obligó a solicitar a la Corona una pensión, que le fue concedida en 1817; asistió desde entonces a clases de dibujo en la Academia de Nobles Artes de San Fernando y de pintura con Vicente López. En 1821 ingresó a la Escuela de Caminos y Canales, en la que al cabo de un año obtuvo el grado de auxiliar, desarrollando diversos trabajos científicos.
En 1823, tras la intervención de la Santa Alianza y el retorno del absolutismo, sobrevino una época de duras consecuencias para el progreso científico: se cerraron centros académicos, entre ellos la Escuela de Ingenieros de Caminos, y se desató la persecución contra intelectuales y científicos liberales. En tales circunstancias, Ezquerra fue privado de su pensión y desterrado por un año; se refugió nuevamente en Francia. Durante su segunda estancia en ese país se perfeccionó como dibujante, y retornó a España para continuar sus estudios de ingeniería y de pintura.
De 1826 a 1827 dirigió las fábricas de cristales de Aranjuez, comenzando al poco tiempo su relación con la actividad minera, al ser comisionado en 1828 por la Dirección General de Minas (creada en 1825 por iniciativa de F. de Elhuyar) para formar los planos de las minas de Riotinto, considerados como el primer trabajo científico sobre dicho establecimiento estatal.
En 1829 se desempeñó como ingeniero jefe bajo las órdenes de Francisco Barra, interviniendo en el proyecto de llevada de aguas a Madrid desde los ríos Lozoya y Guadalix; en ese mismo año fue designado miembro de la Comisión encargada de estudiar el transporte de carbón asturiano hacia los puertos de embarque. Junto con Felipe Bauzá y Rafael Amar de la Torre estudió en la Academia de Minas de Freiberg (Sajonia) desde 1830 a 1835. Durante esta etapa se dio a conocer en el medio científico alemán gracias a la publicación de varias memorias en revistas especializadas, lo que le valió su admisión como miembro de la Sociedad de Naturalistas de Breslau (Silesia), en 1833.
Completada su formación como ingeniero de Minas, ingresó a este cuerpo facultativo (organizado en 1833) con el grado de ingeniero segundo, siendo poco después nombrado profesor de Laboreo y Mecánica Aplicada de la Escuela de Minas de Madrid, creada por Real Orden de 23 de abril de 1835 e inaugurada en enero de 1836. Paralelamente a sus clases, por encargo de la Dirección de Minas emprendió el reconocimiento geognóstico de la región de Castilla la Vieja, a fin de determinar los terrenos aptos para la perforación de pozos artesianos.
En 1839 fue ascendido a ingeniero primero, fecha en la que también pasó a desempeñar la cátedra de Física en el Conservatorio de Artes (institución antecesora de la Escuela de Ingeniería Industrial). Por esos años se conocieron sus trabajos sobre el terreno terciario del Duero, estudio que antes de ser publicado fue requerido para consulta por parte de sus colegas, como se halla documentado en la correspondencia epistolar entre Guillermo Schulz y Lorenzo Gómez Pardo (Legado Gómez Pardo). Una de las obras más destacadas de Ezquerra fue Laboreo de Minas (que incluye nociones de Geognosia, una descripción de los principales criaderos de España y numerosos dibujos de su propia autoría), publicada en 1839 tras sortear no pocos obstáculos de índole económica —según consta en la relación epistolar mantenida con el ingeniero de Minas Lorenzo Gómez Pardo—. La buena acogida de aquel libro mereció una segunda edición (1851), que tuvo un gran impacto desde el punto de vista técnico-científico y docente, llegando a ser el tratado “más utilizado en el siglo xix en España” (Ayala Carcedo, 1993: 12). Debido a sus amplios conocimientos, en 1843 Ezquerra fue comisionado por la Dirección de Minas para supervisar las condiciones técnicas del laboreo en Sierra Almagrera (Almería), derivándose de ello la aplicación de un conjunto de medidas tendentes a una explotación racional de las minas en aquella zona, escenario de una auténtica “fiebre minera” a raíz del hallazgo del plomo argentífero en el Barranco Jaroso, en 1839.
En abril de 1844 fue designado inspector general del Cuerpo de Minas, concluyendo en esta fecha su labor docente en la Escuela Especial de Madrid, para dedicarse de lleno a sus nuevas funciones, cumpliendo además otros importantes cometidos, como la visita a las minas del norte de Europa (Suecia, Noruega, Bélgica) en 1851. Continuando con sus estudios en el campo de la minería y geología, elaboró un completo análisis de la industria minera española en sus facetas técnicas, económicas y científicas (1844) y, en especial, la traducción de los Elementos de Geología de Charles Lyell (1847), de gran relevancia en lo que respecta a la difusión de la teoría del actualismo en los cambios geológicos, en oposición a la tesis catastrofista.
Los aportes realizados a la Geología por Ezquerra y otros ingenieros como Guillermo Schulz, Casiano de Prado, Amalio Mestre y R. Amar de la Torre, sentaron un precedente importante para la constitución de la Comisión del Mapa Geológico de España en 1849.
Desde 1837 Ezquerra del Bayo fue socio honorario de la Academia de Ciencias Naturales de Madrid, predecesora de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1847), de la que fue uno de sus miembros fundadores. Perteneció también a la Sociedad Económica del Gran Ducado de Baden, a la Sociedad Geológica de París y de Londres y a la Sociedad Económica de Tudela, siendo, por otra parte, el representante de esta última en la Sociedad Matritense.
Fue condecorado con la Real y Distinguida Orden de Carlos III y designado gentilhombre de Cámara con ejercicio.
Una vida laboriosa y sometida a “los azares consiguientes a las turbulencias del siglo”, en palabras de R. Amar de la Torre (1859), acabaron por quebrantar su salud. Murió de disentería en la casa familiar de Tudela.
Obras de ~: “Apuntes geognósticos y mineros sobre una parte del Mediodía de España”, en Anales de Minas, t. I (1838), pág. 322; Elementos de laboreo de minas precedidos de algunas nociones sobre geognosia y la descripción de varios criaderos de minerales, Madrid, Imprenta de D. Salvador Albert, 1839; “Datos sobre la estadística minera de España en 1839”, en Anales de Minas, t. II (1841), pág. 281; Datos y cifras sobre la industria minera con una descripción característica de los minerales útiles cuyo beneficio puede ser objeto de las empresas, Madrid, Imprenta de A. Yenes, 1844; “Geología. Nieves perpetuas y bloques erráticos”, en Boletín Oficial de Minas (1844), pág. 19; Exposición al Señor Ministro de la Gobernación sobre el arreglo definitivo de las medidas longitudinales y de peso en España, Madrid, Imprenta de José de Rebolledo y Cía., 1845; “Sobre los antiguos diques de la cuenca terciaria del Duero”, en Anales de Minas, t. III (1845), pág. 317; “Informe sobre las minas de Farena y descripción geognóstica de aquel terreno”, en Anales de Minas, t. IV (1846), pág. 178; Viaje científico y pintoresco por Alemania, t. I, Madrid, Imprenta de A. Yenes, 1847; C. Lyell, Elementos de geología, trad. de ~, Madrid, Imprenta de D. A. Yenes, 1847; Sobre el estado actual y marcha progresiva de las minas del Barranco Jaroso en Sierra Almagrera, Madrid, Vda. de Antonio Yenes, 1850; Plantas fósiles, s. l., c. 1850 (inéd.); Geognostische Übersichts-Karte von Spanien [erläutert von Gustav Leonhard], Stuttgart, E. Schweizerbart, 1851; “Comisión de Ingenieros de Minas por el Norte de Europa”, en Boletín Oficial del Ministerio de Fomento, t. II (1852), págs. 170-175; Memorias sobre las minas nacionales de Río Tinto, Madrid, Vda. de A. Yenes, 1852; Ensayo de una descripción general de la estructura geológica del terreno de España en la península [Madrid], Real Academia de Ciencias, 1855.
Fuentes y bibl.: Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Relación de académicos desde el año 1847 hasta el 2003; Biblioteca Histórica de la Escuela de Minas de Madrid, Cartas de J. Ezquerra del Bayo y de G. Schulz a Lorenzo Gómez Pardo (1837-1839 y 1835-1841, respect.), Legado Gómez Pardo.
R. Amar de la Torre, Biografía del Ilmo. Sr. D. Joaquín Ezquerra del Bayo, Inspector General de Minas, Madrid, Imprenta Vda. de A. Yenes, 1859; E. Cobertera Laguna, Revolución industrial y minera en la primera mitad del siglo xix en España, la aportación de J. Ezquerra del Bayo, Tarragona, Universitas Tarraconensis, 1982-1983; J. M. López de Azcona, Mineros destacados del siglo xix: Joaquín Ezquerra del Bayo, Madrid, Consejo Superior de Ingenieros de Minas, 1984; F. J. Ayala Carcedo, “Bicentenario de Joaquín Ezquerra del Bayo (1793- 1859), eminente ingeniero de minas-geólogo”, en Boletín Geológico y Minero, vol. 104, n.º 2 (marzo-abril de 1993), págs. 99-107; F. Pelayo, “Creacionismo y evolucionismo en el siglo xix: las repercusiones del Darwinismo en la comunidad científica española”, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, n.º 13 (1996), págs. 263-284.
Beatriz Vitar Mukdsi