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J. Christian Herrgen

Biografía

Herrgen, J. Christian. Mainz (Alemania), 23.III.1765 – Madrid, I.1816. Geólogo, mineralogista, geognosta.

Natural de Maguncia (actual Mainz), Christian Herrgen aprendió la profesión de geólogo en la escuela minera de Freiberg, gobernada por el reputado Abraham Gottlob Werner, cuyo sistema mineralógico adoptó, difundió y desarrolló. El año 1791, estaba instalado en la madrileña calle del Turco (hoy, Marqués de Cubas), trabajaba en el laboratorio químico dependiente del Ministerio de Hacienda que dirigía François Chavaneau, y residía en una vivienda aneja perteneciente al erario. Alojamiento y 500 ducados anuales eran la contrapartida. Transcurridos cinco años, en 1796, propuesto por el director de la institución, José Clavijo y Fajardo, ocupó la plaza vacante de colector de mineralogía del Real Gabinete de Historia Natural. Fue el aldabonazo a una exitosa carrera culminada en la Escuela de Mineralogía tras la remodelación acaecida el año 1798. Le sobraban méritos, pero su amistad con Clavijo fue decisiva. En su segunda época la Escuela se transformó en Real Estudio de Mineralogía, mantuvo su espacio en la sede del Turco y Herrgen era el profesor responsable; el sueldo era de 24.000 reales anuales. Con él, la institución amplió su horizonte pedagógico y unió a sus intereses la condición de gabinete y de biblioteca mineralógica. Los libros constituyeron el principal activo del centro y fueron el basamento para la educación de los futuros profesionales. Herrgen predicó con el ejemplo, tradujo al español el tratado de geología escrito por Widenmann y redactó un manual sobre litología para uso y disfrute de los alumnos. Durante la invasión napoleónica, el Estudio fue desahuciado transportándose libros, colecciones e instrumentos a las dependencias del Gabinete de Historia Natural. Una vez retiradas las tropas, en diciembre de 1814, Christian Herrgen reanudó las clases. Su intención era reorganizar “un establecimiento que he podido salvar de la furia de los franceses a costa mía y de la ruina de mi familia”. Meses más tarde, el 29 de marzo de 1815, se sancionaba el Plan para unificar la enseñanza pública de las Ciencias Naturales. El Gabinete, el Jardín Botánico, el Laboratorio Químico y el Estudio Mineralógico, más tarde también el Observatorio Astronómico, compusieron el Real Museo de Ciencias Naturales. Herrgen ocupó la cátedra de Mineralogía, pero por poco tiempo, pues falleció en los primeros días del nuevo año de 1816. Dejaba pendiente de cobro los últimos sueldos y tres huérfanos, para cuyo sustento se aprobó una pensión anual de 8.000 reales.

Escribió Barreiro en su historia del Museo de Ciencias Naturales que el científico alemán tuvo el mérito de formar cualificados mineralogistas, y no le falta razón. Lo prueban sus alumnos Martín de Párraga, Ramón Espiñeira, José Gil, Ramón Gil de la Quadra y Donato García, su sucesor. La labor pedagógica de Herrgen estuvo dirigida a conformar la Escuela de Mineralogía como un centro docente moderno, lo cual significaba elaborar en español “un cuerpo sistemático de doctrina” base de la enseñanza impartida. La traducción de La oritognosia de Widenmann y su Descripción geognóstica de las rocas tuvieron este efecto; completaron la tarea las traducciones y los artículos publicados desde 1799 en los Anales de Historia Natural, revista de la que fue redactor fundador. El cometido es encomiable, pues subsanó parcialmente la laguna cognoscitiva que sobre la materia existía en lengua española, contexto donde sólo cabría reseñar la primera parte, publicada en México en 1795, de los Elementos de origtognosia, escrito por Andrés Manuel del Río; la segunda no se editó hasta 1805. Consecuentemente, el material didáctico elaborado por Christian Herrgen abasteció la enseñanza de la Mineralogía en España durante varias décadas. En sus lecciones y con sus investigaciones, difundió el modelo de mineralogía descriptiva desarrollado en la escuela de Freiberg, más próximo al esquema de caracteres externos propuesto por los mineralogistas franceses para clasificar las especies minerales que al análisis químico aplicado por la escuela sueca, por ejemplo. Herrgen era partidario de conocer los minerales priorizando los “caracteres exteriores”, sin desdeñar la cualidad química y, siguiendo a Werner, dividió la Mineralogía en dos grandes ramas: Orictognosia y Geognosia, que corresponden a la Mineralogía Descriptiva en un sentido amplio y al estudio de las rocas referidas a la estructura y la composición del globo terrestre, respectivamente. Y enseñó la disciplina según un método comparado, cuya finalidad era establecer concisa y claramente los caracteres que distinguen cada especie mineral. “Me atribuyo esta idea como propia, porque hasta ahora no la he visto ejecutada en obra alguna de las publicadas por los discípulos de la escuela de Freiberg”, afirmaba (Anales, n.º 16, t. VI [1803], pág. I); presunto liderazgo desdeñado por Manuel del Río, escolar también de la famosa escuela alemana, considerando el método comparado una práctica habitual en las lecciones impartidas por Werner (vol. II, pág. 113). Ciertamente, la disputa era interesada y no desmerece los méritos de Christian Herrgen en su papel de renovador de la enseñanza mineralógica en España, ni en su cometido investigador como artífice de una mineralogía nacional orientada a conformar la geografía mineralógica de España y de sus posesiones en América.

 

Obras de ~: J. F. W. Widenmann, La Orictognosia, trad. de ~, Madrid, Imprenta Real, 1797-1798, 2 vols.; “Descripción del titanio de Horcajuelo” y “Descripción de la manganesa de Toledo”, en Anales de Historia Natural (AHN), n.º 1 (1799), págs. 17-30 y págs. 30- 32, respect.; “Diferentes combinaciones del carbono en el reino mineral”, en AHN, n.º 2, t. I (1799), págs. 116-120; “Materiales para la geografía mineralógica de España, y de sus posesiones en América”, en AHN, n.º 1, t. I (1799), págs. 5-16, n.º 3, t. I (1800), págs. 246- 256, n.º 7, t. III (1801), págs. 101-111; “Aragonito” y “Esparraguina de Jumilla en Murcia”, en AHN, n.º 3, t. I (1800), págs. 257-259 y págs. 260-263, respect.; “Descripción del xergon del reino de Santa Fe”, en AHN, n.º 4, t. II (1800), págs. 74-80; “Descripción origtosnóstica del apatito térreo de Logrosan en Extremadura”, en AHN, n.º 5, t. II (1800), págs. 168-171; “Sobre los progresos y la utilidad del estudio mineralógico, escrita en alemán por el barón de Shütz en 1797, traducida libremente y acompañada de notas por D. Christiano Herrgen”, en AHN, n.º 9, t. III (1801), págs. 209- 230; “Descripción del anthraconito”, en AHN, n.º 12, t. IV (1801), págs. 298-302; Descripción geognóstica de las rocas que componen la parte sólida del globo terrestre extractada de varias obras alemanas de la escuela de Werner y aumentada con observaciones hechas en la península, Madrid, Imprenta Real, 1802; “Discurso leído por D. Christiano Herrgen, profesor del Real Estudio de Mineralogía establecido en Madrid, en la abertura de sus lecciones mineralógicas en 1.º de febrero de 1802”, en AHN, n.º 13, t. V (1802), págs. 3-18; “Advertencia al tratado de la Tablas”, en AHN, n.º 16, t. VI (1803), págs. I-VI; “Memoria sobre el desprendimiento del calórico, considerado como fenómeno geognóstico, por F. A. Humbolt, traducida por D. Christiano Herrgen”, en AHN, n.º 17, t. VI (1803), págs. 246-258.

 

Bibl.: A. M. del Río, Elementos de orictognosia, México, 1795-1805, 2 vols. (ed. facs. Madrid, Universidad Complutense, 1985); E. Maffei y R. Rúa Figueroa, Apuntes para una biblioteca de libros, folletos y artículos, impresos y manuscritos relativos al conocimiento y explotación de las riquezas minerales y las ciencias auxiliares, Madrid, 1871, 2 vols. (biografía en el vol. I, págs. 351-354; ed. facs. La minería hispana e iberoamericana, contribución a su investigación histórica, vols. II y III, León, Departamento de Publicaciones de la cátedra de San Isidro, 1979); J. C. Poggendorff, Biographisch-literarisches handwörterbuch zur geschichte der exacten wissenschaften enthaltend nachweisungen uber lebensverhaltnisse und leistungen von mathematikern, astronomen, t. III, Leipzig, Johann Ambrosius Barth, 1898, pág. 621; A. J. Barreiro, El Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, Instituto de Ciencias Naturales José de Acosta, 1944 (reed., Madrid, Doce Calles, 1992); J. L. Amorós, “Notas sobre la historia de la cristalografía y mineralogía: V. La mineralogía española en 1800. La Orictognosia de Andrés del Río”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (geología), 62 (1964), págs. 199-220; “The introduction of Werner’s Mineralogical ideas in Spain and in the Spanish Colonies of America”, en Freiberger Formschungshefte (1967), págs. 231-236; J. Vernet, Historia de la Ciencia Española, Madrid, Instituto de España, 1975; A. Rumeu de Armas, “La Real Escuela de Mineralogía de Madrid (1789-1808)”, en Hispania, t. 39, n.º 142 (1979), págs. 301-335; E. Portela, “Herrgen, Cristiano”, en J. M.ª López Piñero, Th. F. Glick, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, vol. I, Barcelona, Península, 1983, págs. 454-455; D. Parra y F. Pelayo López, “Christian Herrgen y la institucionalización de la mineralogía en Madrid”, en Asclepio, vol. 48, fasc. 1 (1996), págs. 163-181; S. Ordóñez, “Los textos de mineralogía en España a finales del siglo XVIII. Segundo centenario de la traducción de la Orictognosia de Widenmann por C. Herrgen (1797)”, en Boletín Geológico y Minero, vol. 10, n.º 1 (1999), págs. 103- 108; A. Montero, La paleontología y sus colecciones desde el Real Gabinete de Historia Natural al Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2003.

 

Andrés Galera