Tristany i Pujol, Melitón. Ludovico de los Sagrados Corazones. Ardévol (Lérida), 17.XII.1867 – Ávila, 20.XI.1920. Carmelita descalzo (OCD), teólogo, predicador.
Cuando tenía seis años murió su padre. Se hizo cargo de él una tía suya, hermana de su padre, llamada Margarita, que vivía en Tarragona. El niño comenzó a frecuentar la escuela primaria del célebre maestro Isidro Dols. “Prácticamente venía a ser su escuela como una sucursal del Seminario Pontificio, pues se contaron por varias docenas los alumnos que de sus clases salieron para abrazar la carrera eclesiástica” (L. de San José, 1935). De los siete a los once años estuvo en la escuela de Isidro Dols, a los once entró en el Seminario de Tarragona. De 1878 a 1881- 1882 estudió Latín y Humanidades y de 1882 a 1884 siguió dos cursos de Filosofía. Dejó el Seminario e ingresó en el noviciado del Carmen descalzo en el llamado Desierto de Las Palmas (Castellón). Profesó en abril de 1885. De 1885 a 1890 sigue su carrera eclesiástica en Valencia, terminándola en Segovia, donde, con dispensa de edad, se ordenó de sacerdote el 22 de septiembre de 1890.
A sus veintitrés años comenzaba su vida de sacerdote y también de profesor enseñando Matemáticas en Valencia y poco después Sagrada Escritura. Hechas sus primeras armas en la predicación de la palabra de Dios, vio que aquello era lo suyo. Se ha podido escribir con toda verdad: “Las gentes no se cansaban de oírle; y cuanto más le oían, más ganas tenían de escucharle de nuevo”. Todas las iglesias de Valencia “se lo disputaban, desde la catedral hasta la más humilde capilla de monjas” (L. de San José, 1935). Gran promotor de la devoción a la Virgen del Monte Carmelo, fundó la Real Asociación de Señoras Esclavas de Nuestra Señora del Carmen. Le dio reglamentos propios y consiguió que la reina de España, María Cristina, aceptase la presidencia. Ofreció al Señor y a la Virgen del Carmen el sacrificio de salir de Valencia, como se lo concedieron los superiores tras petición suya, y así lo hizo en la última quincena de agosto de 1899. Elegido definidor provincial, pasó a Burriana (Castellón), siendo allí superior hasta julio de 1901, donde brilló su oratoria como anteriormente en Valencia.
Queriendo los superiores abrir alguna casa en México, lo enviaron allá y, después de no pocos percances de todo tipo, fundó en Silao, en el estado de Guanajato. Concluida aquella encomienda fundacional, volvió a Burriana. Pero ya en diciembre de 1902 le vuelven a enviar como fundador a América meridional. Del Perú pasó a Bolivia y allí logró abrir una casa de la Orden en La Paz. Pasados casi tres años (1903-1906), parte en Bolivia, parte en Perú, pasó a México y allí tuvo una serie de conferencias en la Catedral de Durango. Representante de los conventos de América, asistió al capítulo provincial celebrado en mayo de 1906 en el Desierto de Las Palmas. Fue elegido subprior del convento de Tarragona. Más adelante, al restablecerse la antigua provincia de Cataluña, se le nombra primer definidor de la misma, en 1909, prior de Tarragona, y de 1912 a 1915, prior de Barcelona. Seguía derrochando actividad en el ministerio de la predicación. Se ha podido compilar una lista de sus predicaciones en los últimos ocho meses de su vida y resulta asombroso comprobar las novenas, triduos, septenarios, sermones sueltos que pudo predicar de enero a agosto de 1919. La última novena que predicó fue la de la Virgen de la Coronada, en Villafranca de los Barros (Badajoz).
El 8 de septiembre predicó allí el último sermón de su vida. Había cogido un catarro maligno en Sevilla y no pudo curarse de él. Llegado a Barcelona enfermo, se le diagnosticó la terrible enfermedad de entonces: tuberculosis. Por orden de sus superiores pasó tres semanas en el sanatorio de San Rafael, en el Guadarrama. Pasó cincuenta días en la Hospedería de las carmelitas descalzas de El Escorial, y finalmente fue trasladado a Ávila, al convento de La Santa, donde fue atendido con la más exquisita caridad fraterna. Allí murió el 20 de noviembre de 1920, a las 10 de la mañana. “No había bien cumplido todavía los 53 años de edad; 36 los había pasado en el Carmelo Reformado, 28 de ellos en casi continua predicación por España y América” (L. de San José, 1935).
Entre las enormes manifestaciones de dolor que se publicaron en la prensa de entonces basta recordar lo que apareció en El Pensamiento Español, de Madrid: “Y no se oirá más en los púlpitos de España, y, singularmente, en Madrid, Barcelona y Sevilla, aquel torrente avasallador de verdadera elocuencia, que movía y electrizaba a las multitudes a su antojo, de la misma manera que mueve y agita el viento las espigas en los sembrados”.
Obras de ~: “Devoción al Niño Jesús de Praga”, en Monte Carmelo (MC), vol. 2 (1901), págs. 40-41; El Niño Jesús de Praga, Mi consuelo [...] Mi Amor. Devocionario para uso de las almas devotas del Divino Niño, bajo la advocación de Praga, Barcelona, Herederos de Juan Gili, 1907 (6.ª ed., Tarragona, Imp. de José Pijoán, 1922); “Oración fúnebre por las víctimas de la campaña del Rif ”, en MC, vol. 11 (1910), págs. 281- 285 y 321-327; Quince minutos a los pies de la Virgen del Carmen. Visita a la Virgen del Carmen, su novena y oraciones para ganar el jubileo carmelitano, con varias instrucciones sobre el santo Escapulario y la Cofradía del Carmen, Barcelona, Casulleras, 1917; “Homilías dominicales” (Valencia, Cuaresma de 1897), “Sermón de profesión religiosa” (Valencia, 8 de septiembre de 1896), “Sermón de circunstancias” (Valencia, con motivo de la erección de la Asociación de Esclavas de Nuestra Señora del Carmen), “Sermón de Santa Teresa” (Burriana, 8 de agosto de 1906), “Sermón de despedida a los misioneros” (Lima, 1915), “Oración fúnebre” (pronunciada el 15 de julio en la traslación de los restos de san Enrique de Ossó, fundador de la Compañía de Santa Teresa), “¿Qué es la espada según la providencia y la civilización cristiana?” (oración fúnebre, parroquia del Buen Pastor de San Sebastián, 9 de marzo de 1910), “Sermón de San Raimundo de Peñafort” (24 de enero de 1915), en L. de San José, El P. Ludovico de los Sagrados Corazones Tristany, carmelita descalzo. Notas biográficas y algunos discursos, Barcelona, Editorial Litúrgica Española, 1935, págs. 263-353, 354-366, 367-376, 377-390, 391-408, 409- 446, 446-469 y 470-491, respect.
Bibl.: L. de San José, “El P. Ludovico juzgado por los extraños”, en El P. Ludovico de los Sagrados Corazones Tristany, carmelita descalzo [...], op. cit., cap. XIV, págs. 234-260; S. de Santa Teresa, Historia del Carmen Descalzo en España, Portugal y América, t. XIII, Burgos, El Monte Carmelo, 1946, págs. 637-652; A. de la V. del Carmen, “Ludovico de los Sagrados Corazones”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1355.
José Vicente Rodríguez, OCD