Robles Dégano, Felipe. San Esteban del Valle (Ávila), 13.IX.1863 – Ávila, 18.IV.1939. Capellán, filósofo.
Fueron sus padres Sinforoso Robles Villacastín y Petra Dégano Sánchez. Estaba emparentado con San Pedro Bautista, protomártir del Japón, como lo demuestran algunos documentos. Hizo sus estudios sacerdotales en el Seminario de Ávila, con las máximas calificaciones y el 12 de abril de 1887 celebró la primera misa en su pueblo natal. Este mismo año, comenzó a desempeñar el cargo de profesor de Ética, Matemáticas, Latín, Geografía y Retórica, en el Seminario y el de Capellán de Conventos de Santa Ana, de la capital abulense. En septiembre de 1890, obtuvo el título de licenciado en Sagrada Teología por la Universidad de Salamanca. Un curso, de septiembre de
Renunció a este cargo, para hacerse jesuita, ingresando en el noviciado de Carrión de los Condes (Palencia) el mismo 1891. Tras diez años, dejó la Compañía el 19 de septiembre de 1901. Durante este tiempo estudió Filosofía, sobre todo, y fue profesor de Humanidades. Ejerció su ministerio sacerdotal con gran provecho, especialmente dirigiendo Ejercicios Espirituales en diversos lugares de España.
Volvió a Ávila, su diócesis de origen, viviendo entre San Esteban y Madrid hasta 1919, fecha en que fue nombrado ecónomo de Navarrevisca, donde permaneció por espacio de dos años. En septiembre de 1921 fue nombrado capellán de la Casa de Misericordia y profesor de Metafísica y Matemáticas del Seminario. Durante cuatro años (1922-1925) fue ecónomo de
Robles Dégano dedicó la mayor parte de su obra escrita a temas relacionados con el lenguaje. Gómez Matías escribe: “abruma pensar cómo en aquel hombre pequeño de estatura, de cuerpo diminuto (el minimum de materia orgánica) en aquella cabeza de marcada calvicie anidara un entendimiento tan luminoso y sutil. Dominaba todas las ciencias. Cuando leía lo digería, asimilaba y retenía en su felicísima memoria, verdadera biblioteca ambulante”.
Menéndez Pelayo, en la carta-prólogo a la Ortología clásica, afirma, entre otras cosas: “sería preciso escribir un libro tan nutritivo y voluminoso como el de usted para apreciar cada una de sus conclusiones: pero creo que desde luego puede afirmarse que gracias a esta obra, capital en la materia, dejará de ser un laberinto la teoría de la recta pronunciación de nuestra lengua, y de las leyes de nuestro ritmo, como todavía lo era, a pesar de los beneméritos y muchas veces afortunados esfuerzos de Sicilia. Bello y los tratadistas que les han sucedido”. Por Real Orden del 8 de junio de 1906, la Ortología clásica fue declarada útil para servir de texto en las escuelas normales. En el informe que, para este fin, fue solicitado a la Real Academia Española se lee que esta obra “es el trabajo más completo, más fundamental y demostrativo que hasta ahora se ha hecho sobre la pronunciación de la lengua castellana”.
Gómez Matías, preocupado y molesto por el desconocimiento y olvido de Robles Dégano, dejó dicho: “da enojo que sus ingeniosas obras no se reimpriman para su propaganda y su divulgación. Los pocos ejemplares que de ellas hayan quedado dormirán en el olvido, archivados en estantes y bibliotecas, de cuyos estudios tal vez alguien se aproveche para hacerlos aparecer, dándoles forma personal, como propios suyos…”. Mariano Taberna se lamenta de lo mismo: “este es un hombre, inmerecidamente olvidado, silenciado y plagiado en sus escritos, gran sabio y sacerdote humilde, gramático insigne, metafísico de altos vuelos, incomparable filósofo del lenguaje, ortólogo y humanista indiscutible, periodista, músico, preceptista…”.
Obras de ~: Compendio de Ortología clásica, Ávila, 1905; “Real Academia de la Lengua”, en Gaceta de Madrid, 28 de abril de 1906.
Bibl.: Almanaque Parroquial, Arenas de San Pedro, año 1956, pág. 85; M. Taberna Martín, Glorias de Ávila, Ávila, Caja Central de Ahorros y Préstamos de Ávila, 1974, pág. 101; M.ª L. Calero, “La teoría verbal de F. Robles Dégano”, en Alfinge: Revista de Filología, 2 (1984), págs. 47-62; J. Herrero Esteban, Aproximación a Robles Dégano, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1987; F. López Hernández, Personajes Abulenses, vol. I, Ávila, Obra social Caja de Ávila, 2004, págs. 396-398.
Francisco López Hernández