Ayuda

Santiago Soler y Pla

Biografía

Soler y Pla, Santiago. Barcelona, 12.III.1839 – 1.VII.1888. Político y abogado.

Era hijo de Jaime Soler y Gelada, abogado, y de Guadalupe Pla y Ortega. A los quince años, el movimiento revolucionario que daría paso al Bienio Progresista (1854-1856) causó en él un gran impacto, inclinándole hacia las opciones políticas democráticas.

En este período, inició sus primeras colaboraciones en la prensa de Barcelona, especialmente en El Constitucional, periódico de signo democrático.

Siguiendo la trayectoria profesional familiar, realizó estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona, licenciándose en 1862. Ingresó en el Colegio de Abogados de Barcelona y abrió un bufete.

En 1863 casó con Julia Torrents y Brescó, enlace que estuvo envuelto de una cierta expectación, al ser la familia de la novia de una posición económica muy superior a la suya, tener ella sólo quince años de edad y estar bajo la tutela materna, ya que el padre había muerto anteriormente.

En los años sesenta, fue iniciando progresivamente una actuación política, vinculándose al Partido Demócrata y entrando en 1864 en el comité de Barcelona.

En el verano de 1867, participó en el movimiento revolucionario impulsado desde el exilio por progresistas y demócratas. El fracaso de esta intentona y la posterior actuación policial le indujeron a exiliarse. Tras cuatro meses en París y comprobando que no existía una causa abierta contra él, decidió volver a Barcelona.

Tuvo participación en el movimiento revolucionario de septiembre de 1868, siendo miembro de la Junta Revolucionaria de Barcelona. Decretada la disolución de las juntas provinciales por la de Madrid, formó parte de la comisión que se desplazó a esta ciudad para pedir explicaciones al Gobierno.

Fraccionado el antiguo Partido Demócrata entre monárquicos y republicanos, se alineó con éstos en el Partido Republicano Democrático Federal. Su aspecto en estas fechas era un tanto feroz, con una gruesa barba negra, terminada en dos puntas afiladas, mirando cada una en dirección opuesta.

En las elecciones municipales de diciembre de 1868, obtuvo el cargo de concejal del Ayuntamiento de Barcelona, empatando a votos con Francisco Suñer y Capdevila en la sesión de nombramiento de alcalde. Por sorteo, el cargo recayó en éste mientras que Soler fue alcalde segundo (1 de enero de 1869). En las elecciones generales de enero de 1869 para las Cortes constituyentes (1869-1871), ambos fueron elegidos diputados.

Suñer cedió entonces la alcaldía a Soler en febrero (3 de febrero de 1869), pero al ejercer éste al mismo tiempo el cargo de diputado, no tomó posesión efectiva hasta junio (11 de junio de 1869). En septiembre, encontrándose ausente de la ciudad, tuvo lugar un levantamiento republicano, tras el cual el ayuntamiento fue disuelto por el capitán general (26 de septiembre de 1869).

En las Cortes constituyentes fue un orador poco activo. No repitió elección en las siguientes Cortes, las de 1871-1872, pero a continuación encadenó tres elecciones consecutivas por el distrito quinto de Barcelona: en las Cortes de 1872 (segundas); las de 1872- 1873, con la abdicación de Amadeo I, la proclamación de la República y la formación de la Asamblea Nacional; y las Cortes constituyentes republicanas de 1873- 1874. Formó parte de varias comisiones y en 1873 fue secretario de la Mesa del Congreso. En la sesión conjunta del Congreso de los diputados y del Senado de 11 de febrero de 1873, fue uno de los diputados que votó favorablemente la proclamación de la República.

Instaurada ésta, fue uno de los autores del proyecto de Constitución de la República Federal.

Fue ministro de Estado (del 19 de julio de 1873 al 8 de septiembre de 1873) en el Gobierno presidido por Nicolás Salmerón, y de Ultramar (del 8 de septiembre de 1873 al 3 de enero de 1874) en el presidido por Emilio Castelar. Como miembro de estos gabinetes, fue uno de los protagonistas de su progresivo giro a la derecha y de sus esfuerzos para afrontar los grandes conflictos abiertos en aquellos momentos: las guerras carlista, colonial y cantonal, las conspiraciones monárquicas, el emergente movimiento obrero, el fraccionamiento del propio republicanismo y el escaso reconocimiento internacional de la República.

Además de su actuación dentro de los gabinetes en un período de alta excepcionalidad política, Soler tuvo algunas actuaciones específicas en las carteras que desempeñó. En la de Estado, destaca la creación de la Escuela Española de Bellas Artes en Roma. En la de Ultramar, reorganizó el Ministerio y retiró algunos de los poderes excepcionales del gobernador general de Cuba. En consonancia con su formación jurídica, aprobó el reglamento de organización judicial en Ultramar, planteó la Ley orgánica y el reglamento del Notariado en Cuba y Puerto Rico y creó una nueva comisión para la elaboración de una reforma del Código Penal y de la legislación de enjuiciamiento criminal en Ultramar.

Tuvo también una actuación insólita en la cartera de Ultramar, como fue desplazarse en persona a Cuba. Los objetivos de este viaje, que en principio le había de llevar también a Puerto Rico, eran analizar sobre el terreno la insurrección cubana, sus causas y posibles actuaciones de pacificación; la situación de la hacienda insular, gravemente afectada por la guerra, para elaborar un plan completo de saneamiento; y la abolición de la esclavitud, ya aprobada por las Cortes para Puerto Rico pero aún vigente en Cuba, valorando sus consecuencias en la economía de grandes plantaciones agrarias.

Su viaje estuvo marcado por un grave incidente diplomático con el Gobierno de Estados Unidos, a partir del apresamiento por la armada española del barco Virginius, de pabellón norteamericano, con un cargamento para los insurrectos cubanos y algunos de éstos a bordo. El fusilamiento de muchos de ellos, incluidos algunos tripulantes norteamericanos, provocó una airada protesta del Gobierno de Estados Unidos y una fuerte réplica de algunos sectores de opinión cubanos, que estuvieron a punto de provocar un conflicto militar. Desde La Habana, Soler trabajó a fondo para evitarlo, en contacto con Castelar. Éste pudo finalmente impulsar la firma del protocolo con Estados Unidos el 8 de diciembre de 1873.

Estando aún en Cuba, recibió la noticia del golpe de fuerza del general Pavía y la disolución del Gobierno y de las Cortes. Con este final brusco de su carrera parlamentaria y ministerial, volvió a Barcelona, recuperando su actividad como abogado. Estuvo también vinculado a la Compañía de los Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia. Fue miembro del Ateneo Barcelonés.

En el nuevo período político, formó parte del Partido Demócrata fundado por Castelar en 1876 y conocido más adelante como Posibilista y también Republicano Histórico. En las elecciones generales de 1876, primeras de la Restauración, formó parte de la candidatura democrática por la circunscripción de Barcelona, pero las fuertes restricciones del nuevo régimen sólo permitieron la elección del propio Castelar, que fue diputado encasillado por Barcelona entre 1876 y 1884.

Ya en 1873, había sido uno de los impulsores de la Gaceta de Barcelona, periódico de línea castelariana, que en los años siguientes se publicó con distintos nombres (Gaceta de Cataluña, Las Noticias) para evitar la censura, hasta su cierre definitivo en 1883, coexistiendo a partir de 1878 con La Publicidad. En 1882, el periódico fue crítico con Castelar, de simpatías librecambistas, por su inhibición en los debates parlamentarios del tratado de comercio con Francia, enérgicamente combatido por la mayoría de parlamentarios catalanes. Las críticas generales de la prensa barcelonesa, llevaron al jefe republicano a buscar un encasillado por Huesca a partir de las elecciones de 1884.

Soler fue uno de los máximos exponentes del posibilismo en Cataluña, llegando a presidir su organización barcelonesa (el Centro Republicano Histórico) y provincial (el Comité Provincial Republicano Histórico).

A partir de 1887 y hasta su muerte, al año siguiente, fue nuevamente concejal del Ayuntamiento de Barcelona.

Su hermano Luis Gonzaga Soler y Pla (1842-1897) fue diputado a Cortes por el Partido Liberal y presidente del Colegio de Notarios de Barcelona.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 60 n.º 8, 67 n.º 3, 71 n.º 8 y 74 n.º 8.

Biografía del republicano Santiago Soler y Pla. Diputado de las constituyentes de 1869, s.l., s.f.; Los diputados pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, Madrid, R. Labajos, 1869; A. M. Segovia, Figuras y figurones. Biografías de los hombres que más figuran actualmente, Madrid, Figuras y Figurones, 1882; J. M. Ainaud de Lasarte, Ministres catalans a Madrid. De Ferran VII a José María Aznar, Barcelona, Planeta, 1996.

 

Joan Palomas i Moncholí

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares