Ayuda

Sebastián Iradier Salaverri

Biografía

Iradier Salaverri, Sebastián. Lanciego (Álava), 20.I.1809 – Vitoria (Álava), 6.XII.1865. Compositor.

Es uno de los compositores más difundidos por ser autor de la habanera La Paloma. Entre 1825 y 1827 aparece como organista en la parroquia de San Miguel Arcángel de Vitoria, se trasladó a la villa de Salvatierra (Álava), siendo elegido por oposición ante nueve candidatos al cargo de organista de la iglesia parroquial de San Juan Bautista el 5 de junio de 1827. En este tiempo contrajo matrimonio con Brígida Iturburu, con la que tuvo un hijo llamado Pablo. Según algunos biógrafos tuvo problemas sociales en el pueblo, por lo que solicitó permiso para trasladarse a Madrid para cuatro meses en 1833, y, al no dar señales de vida, fue sustituido interinamente por su alumno Antonio Ruiz de Landazábal.

Designado primer maestro de Solfeo para Canto en el Conservatorio de Música de Madrid desde 1839 hasta 1850, en la villa desempeñó diversos cargos, vicedirector de la Academia Filarmónica Matritense, catedrático de Armonía y Composición en el Instituto Español, consiliario del Liceo Artístico y Literario de Madrid, socio de mérito en la clase de maestro compositor, y fue también profesor del colegio Universal de Madrid.

Publicó álbumes con sus canciones con dibujos de Jenaro Pérez Villamil, incluyendo textos de Juan Pérez Campoamor y García Gutiérrez. Pendiente de cobrar honorarios de su cargo de organista pleiteó con el Cabildo de la diócesis entonces vigente de Calahorra (La Rioja), regresó a Salvatierra, y formó parte del jurado para nombrar a su sucesor en el cargo de organista.

En julio de 1840 se trasladó a Madrid y, según referencias, participó junto al barcelonés Baltasar Saldoni (caballero de la Orden de Carlos III), Joaquín Espín y Guillén (crítico y musicólogo), y el cantante granadino Francisco Lleróa “Francisco Salas”, en noviembre de 1844 en el homenaje tributado a Franz Liszt. Se introdujo en la aristocracia de Madrid como profesor de canto, y entre sus alumnas se citan a la duquesa de Villahermosa, la marquesa de Campo Alange, también la de Castellanos, la de Perales y los marqueses de Ayerbe y, en especial por su nobleza de renombre, la condesa María Manuela de Montijo. Frecuentó su amistad con intelectuales, políticos y literarios, escribió música para los bailes de máscaras de la Corte, se tarareaban sus populares canciones impregnadas de valses, e introdujo en los salones el género de habaneras.

La biblioteca de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria conserva, gracias a una donación de Teodoro Iradier, descendiente en parentesco con el músico, tres álbumes de sus canciones, la mayoría dedicadas a personajes. Vivió un tiempo en París, y la editora Hengel publicó algunas de sus obras, como Hommage a sa Majesté la reine d’Espagne Isabelle II y las tituladas Chansons espagnoles publiées pour chant et piano, avec texte en francais et espagnol Paroles françaises de Tagliafico et P. Bernard. En las portadas de estas publicaciones se indica que son interpretadas por artistas destacados de su tiempo, como Alboni, Carvaillo, Damoreau, Demeure, las hermanas Marchisio, Adelina Patti, Carlota Patti, Trebelli y la Viardot. Existe una serie de canciones de Iradier, con veinticinco obras, entre las que se encontraba la música del singular El Arreglito, tema introducido por el compositor francés Georges Bizet para su ópera Carmen.

Publicó, con ilustraciones, en 1840, doce números titulados Colección de canciones nuevas españolas con acompañamiento de piano-forte, que llevan textos de algunos notables literatos de su tiempo, entre ellos José Zorrilla. Trató con el literato Agustín Azcona y también con Tomás Rodríguez Rubí, que fue autor de poesías andaluzas y el archivero de la condesa de Montijo.

Posteriormente, publicó un segundo álbum titulado El tesoro andaluz. Sus obras las ponía a la venta en su comercio de música que regentaba en Madrid en la calle del Príncipe.

Contrajo matrimonio por segunda vez, con Josefa Amayo con la que tuvo una hija, Matilde. En 1850 marchó a París y se relacionó con destacados personajes, bailarinas y compositores, como Rossini, Monroy, Paulina García, Luis Viardot, Ronconi, María Taglioni, Fanny Essler, y las divas de baile, Lola Montes y Carlota Crisi, aunque, quizá, no todas las relaciones tienen credibilidad histórica, por ser su biografía, en ocasiones, oscura por falta de datos. Sus canciones las pusieron de moda madame Viardot y madame Nantier-Didiée. En los salones parisinos se popularizaron especialmente sus canciones, Los Caracoles, La Calesera El Chiclanero. En 1853 la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón II, le nombró como su profesor de canto.

En 1857 Iradier, en compañía de Gottschalk, con Marieta Alboni, preparó un viaje junto a la promesa de canto Adelina Patti hasta Nueva York, luego Boston, Filadelfia, Nueva Orleans, México y finalizar la gira en La Habana. En los conciertos en casas particulares, Iradier interpretaba la guitarra y dirigía la orquesta tocando el piano.

Es rumor generalizado que en Cuba estudió el ritmo de las habaneras y que en este lugar compuso su célebre canción La Paloma, que todavía es una de las más difundidas. Regresó a Europa y marchó a Londres, se introdujo en la sociedad británica gracias a Ronconi, donde gustaron sus temas andaluces y habaneras, viajó a París, nuevamente, debido a la actualidad de sus canciones, publicó veinticinco números, entre ellos El Arreglito, gracias a la casa Rolandi en Londres, la de Schonenberger de París y su almacén de Madrid, son tres series de canciones, la primera de ocho números, titulada Prémière collection de chansons espagnoles avec accompagnement de piano par le chevalier Iradier, profeseur du Conservatoire royale de Madrid, la segunda de seis, titulada L’écho d’Espagne deuxième collection de chansons espagnoles avec paroles espagnoles et italiennes, que fueron interpretadas por Bosio, Pauline Viardot y Didier, en los principales salones de París y Londres, con textos en italiano y francés.

Finalmente publicó una tercera serie de seis números titulada L’Echo d’Espagne, según datos estudiados en profundidad por la biógrafa Celsa Alonso desde Madrid en el año 2000.

La casa musical Schutt en Alemania y en Londres también publicó de Iradier dos colecciones, una reedición de L’echo d’Espagne de 1864 y Fleurs d’Espagne, cuyos autores de los textos fueron Tagliafico y el marqués de Lonlat.

En 1847 Iradier colaboró, junto a Oudrid y Cepeda, en la zarzuela La Pradera del Canal, además de en un sainete titulado El mesón de Nochebuena, aportando sus canciones La naranjera El matón. También compuso de forma aislada canciones moriscas, además de habaneras, valses, boleros, galops y polkas propias, para sesiones de piano en los salones, muchas con carácter andaluz, habaneras, narrativas y románticas, sin olvidar su larga lista de canciones andaluzas.

Quizás cansado de viajar por el mundo, se retiró, posiblemente enfermo, a Vitoria, donde falleció cuando residía en el paseo de los Arquillos, en el n.º 5, como así consta en el libro de finados de la parroquia de San Pedro Apóstol de la citada ciudad.

 

Obras de ~: Agua va; Alza Puñala; Aurora o la gitana de Sevilla; Boleras sevillanas; Broma y Jaleo; Café caliente; Canción satírica; Carmela; Coro de monjas; Eco della tomba; Efectos de la amabilidad; El Arco iris o los doce colores políticos; El Arreglito; El Arrullo; El Banderillero; El Carbón de piedra; El Carnaval; El Carpintero; El Canto; El Cataplún; El Contrabando; El Curro marinero; El Charrán; El Chiclanero; El Chin Chin Chan; El Delirio; El Empalagao; El Galop de las panderetas; El Goloso (op. 114); El Jaque n.º 3; El Juanero de Sevilla; El Londito; El Macareno; El Matón; El Melonero; El Miriñaque; El Molino; El Naranjero; El Pat; El Picador; El Recuerdo; El Requesonero; El Ruiseñor; El Sol de Sevilla; El Sol de Triana; El Suspiro; El Torero; El Tormento; El Zapateado; Jerez y Borgoña; Jota aragonesa del vestido azul; Jota de los cascabeles; La Bof; La Cigarrera; La Cachucha; La Calahorrana; La Calesera; La Cigarrera; La Cita; La Colasa; La Coqueta; La Declaración; La Esperanza; La Flor de la canela; La Gitana o la buena ventura; La Inocencia; La Jaca de terciopelo; La Juanita o la Perla de Aragón; La Lágrima; La Liga de Juana; La Macarena o Macarenita; La Manola; La Mantilla de tira; La Mejicana; La Naranjera; La Neguita; La Paloma; La Pamplinera; La Pepa; La Perla de Andalucía; La Perla de Triana; La Rubia de los Lunares; La Sevillana; Las Amonestaciones; Las Calabazas; Las Caleseras o el Calesero andaluz; Las faitigás; Las Máscaras; Las Ventas de Cárdenas; La Purificación de la canela; La Ramilletera de Madrid; La riña del calesero; La Rita; La Rubia de los Lunares; La Sal; La Serrana gitana; La Sevillana; La Soledad de los barquillos o La Malagueña; La Tana; La tierra de María Santísima; Lola; Los Baños de Carratraca; Los Caracoles; Los Mareos de Juana; Los Ojos negros; Los Pollos o La Pollería; Los Toros del Puerto; Luisa la capitana; María Dolores; Ni amor ni olvido; Pelar la pava; Que será; Quia; Rondeña de pelar; Seguidillas del picaporte y boleras del Ja Ja; Serenata; Sereno de Sevilla; Si será amor; Tu amor o la muerte; Una declaración a quema ropa; Una ingrata; Una rosa y unas calabazas; Un adiós.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la Parroquia de San Acisclo y Santa Victoria (Lanciego, Álava), Libro de bautismos, n.º 6, fol. 299v. 1809; Archivo de la Parroquia de San Pedro Apóstol (Vitoria), Libro de defunción, n.º 5.

M. Lizarralde, “Iradier”, en Boletín Sindical Territorial de las Vascongadas (1946); J. M. Iribarren, Vitoria y los viajeros del siglo romántico, Vitoria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Vitoria, 1950, págs. 172-174; P. Baroja, Iradier, Buenos Aires, Editorial Buenos Aires, 1950; M. S. de Quejana “El maestro Iradier”, en Avance (Vitoria), n.º 1 (agosto de 1950); J. Ricart Matas, “Iradier, Sebastián”, en VV. AA., Diccionario Biográfico de la Música, Barcelona, Iberia, 1956, pág. 1130; V. del Val, “Un músico riojano Sebastián de Iradier”, en Boletín Sancho el Sabio (Vitoria), t. II, n.º 1 (1958), págs. 191-200; “Se intentaba llevar a la pantalla la vida de Sebastián de Iradier”, en Gasteiz (Vitoria), n.º 7 (agosto de 1964); W. Dean, Bizet, quotes music of “El Arreglito”, London, 1965; M. Aranegui, “La familia Iradier”, en Boletín Manuel Iradier (Vitoria), n.º 94 (enero-marzo de 1966), págs. 18-21; A. Sagardía, Músicos Vascos, San Sebastián, Auñamendi, 1972; J. A. Arana Martija, Música Vasca, San Sebastián, Caja Municipal de San Sebastián, 1976, págs. 140, 145-146 y 152; P. Baroja, Memorias [Iradier], vol. VII, Madrid, Biblioteca Nueva, 1978; C. Höweler, “Sebastián Iradier”, en VV. AA., Enciclopedia de la Música, Barcelona, 1978, pág. 242; “Iradier”, en VV. AA., The New Grove, Dictionary of music and Musicians, Hong Kong, 1980, págs. 291-292; “Iradier”, en P. A. Scholes, Diccionario Oxford, Barcelona, Edhasa-Hermes, 1984, pág. 710; C. Gómez Amat, Historia de la Música Española del siglo XIX, Madrid, AM, 1984; “Iradier”, en VV. AA., Diccionario de la Música, Madrid, Anaya, 1986, pág. 417; A. Sagardía, Enciclopedia General del País Vasco, t. XX, San Sebastián, Auñamendi, 1986; “Iradier”, en M. Honegger y T. Marco, Diccionario de la Música, Madrid, Espasa Calpe, 1988, pág. 548; C. Alonso, “Iradier, Sebastián”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, t. VI, Madrid. Sociedad General de Autores y Editores, 2000, págs. 461-465.

 

José Luis Sáenz de Ugarte