Meléndez Gonzalo, Pablo. Valencia, 6.XI.1876 – 24.XII.1936. Laico de Acción Católica, mártir, beato.
Su figura es central para comprender el nacimiento y el desarrollo de la Acción Católica en la Archidiócesis de Valencia, siendo el primer presidente de la Junta Diocesana.
Desde su niñez fue muy devoto y cuando tenía quince años ingresó en la Congregación Mariana, en las Conferencias de San Vicente de Paúl y en la Adoración Nocturna. Fue alumno brillante en el instituto. Huérfano de padre, al entrar en la Universidad continuó ayudando en casa e incrementó su apostolado entre los universitarios.
Ingresó en la Juventud Católica y fue de los precursores del Movimiento Católico en Valencia. De joven, acompañó al padre Vicent (SI) en su gran campaña a favor de los obreros católicos y con él colaboró en el Patronato de la Juventud Obrera, en la Casa de los Obreros. Contrajo matrimonio en 1904 con Dolores Boscá Bas, y fueron padres de diez hijos. Presidió la Juventud Católica y el Primer Consejo y Junta Diocesana de Acción Católica. También la Legión Católica, antecesora de la Acción Católica, y la Asociación de Padres de Familia. Fue director del periódico La Voz de Valencia, y durante seis años concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia. También fue elegido diputado provincial durante dieciocho años seguidos. Fue durante ocho años director de la Casa de Beneficencia.
Formó parte de la Junta de Administración y Gobierno del Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer. Fue presidente patrono de las Escuelas de Don Juan de Dios Montañés de Álvarez, en Ruzafa, y de las Oblatas en Godella. Actuó en la Comisión de Reclusos y Libertos. Asumió, en fin, lo que le encomendara la autoridad eclesiástica. Detenido con su hijo Alberto el 25 de septiembre de 1936, fue llevado a la Cárcel Modelo de Valencia, y asesinado en la carretera de Castellar, la noche del 24 de diciembre de 1936. Tenía sesenta años de edad. Sus restos mortales se veneran en la parroquia de San Juan y San Vicente de Valencia.
Otros hombres de Acción Católica fueron asesinados en Valencia: Juan Gonga Martínez —Carcagente (Valencia), 25.III.1912 – “El Portichol”, 13.XI.1936— estudió en el colegio de los padres franciscanos y, al fundarse la Acción Católica, fue de los más entusiastas, desempeñando después distintos cargos. Era oficinista y gozó de la más completa confianza. Tenía predilección por la catequesis. Era muy simpático. No llegó a contraer matrimonio con Josefina Millet Cucarella, porque fue asesinado antes. Ella conservó una oración autógrafa de Juan en la que se lee: “Señor Dios mío, ya desde ahora acepto de buena voluntad como venida de vuestra mano, cualquier género de muerte que os plazca enviarme, con todas las angustias, penas y dolores”.
El 25 de julio de 1936, al salir de la casa del consiliario de Acción Católica, adonde acudía diariamente para asistir a la santa misa y comulgar, fue detenido junto a algunos jóvenes más de Acción Católica.
Cuando fue puesto en libertad, se refugió en Játiva (Valencia).
Sintiendo nostalgia por sus padres y hermano, el día 13 de noviembre regresó a Carcagente, pero en ese mismo día fue detenido nuevamente, y conducido por la noche por la carretera de Tabernes de Valldigna.
Al llegar al lugar llamado “El Portichol”, se le hizo bajar y, adivinando su fin inmediato, pidió que le desataran.
Ya con las manos libres, sacó un pequeño crucifijo que llevaba en el cuello y, enseñándolo a los que iban a asesinarle, les dijo: “Nuestro Señor murió perdonando a los que le mataron; aunque soy indigno de ser discípulo suyo, quiero imitarle en esto y os perdono de todo corazón”.
Desde entonces se le recuerda con el nombre del “Xiquet de la Creu”. Tenía veinticuatro años. Sus restos mortales se conservan en una fosa común del cementerio de Benifairó de Valldigna.
Carlos López Vidal —Gandía (Valencia), 1.XI.1894 – 6.VIII.1936—, desde pequeño, perteneció a la Congregación Mariana de los padres jesuitas de Gandía y después fue sacristán en la colegiata. En 1923 contrajo matrimonio con María Rosa Tarazona Ribarrocha, pero no tuvieron hijos. En muchas de sus cartas, que se han conservado, manifiesta una destacada religiosidad.
Ayudó mucho a las religiosas de Santa Clara de Gandía, a las agustinas de la beata Inés de Benigánim (Valencia) y a las clarisas de Játiva (Valencia), cuando los revolucionarios intentaron molestarlas, dando cobijo a varias de ellas en su casa al ser expulsadas de sus monasterios.
Su defensa de la fe se manifestó claramente en la protección de la iglesia colegial. Por la mañana del mismo día en que lo detuvieron y asesinaron, el 6 de agosto de 1936, recordó a su madre que era la fiesta de la Transfiguración del Señor y que el siguiente era primer viernes de mes. En un coche lo trasladaron al lugar llamado la “La Pedrera”, cerca de Gandía. Un matrimonio que se hallaba cerca trabajando en el campo aseguró que oyeron cómo lo maltrataban a Carlos y que, antes de matarlo, escucharon claramente de sus labios gritar: “¡Viva Cristo Rey!”. Contaba cuarenta y un años de edad. Sus restos se veneran en la parroquia de San José de Gandía.
José Medes Ferrís —Algemesí (Valencia), 13.I.1885 – Alcudia de Carlet (Valencia), 11.XI.1936— contrajo matrimonio con Purificación Esteve Martínez y no tuvieron hijos. Durante su juventud se distinguió por su excelente conducta moral y religiosa. Trabajó sobre todo en el Sindicato Católico Agrícola. Pertenecía a las asociaciones piadosas, tales como la Adoración Nocturna, V.O.T. del Carmen, etc. Ya comenzada la revolución, al ser expulsados de sus propios monasterios, albergó en su domicilio a dos hermanos suyos carmelitas descalzos, y a su hermana, religiosa cisterciense. Con ellos rezaba todos los días el Santo Rosario, hasta el 10 de noviembre de 1936 en que, al anochecer, se llevaron por orden del Comité del Frente Popular, primero a sus hermanos y luego a su hermana. Al día siguiente fue detenido en la misma forma que sus tres hermanos y llevado a la misma cárcel en que ellos estaban, el Monasterio de Fons Salutis, pero permaneciendo incomunicados. A media noche fueron trasladados en un coche, y llevados al término municipal de Alcudia de Carlet (Valencia), donde murieron. Sus últimas palabras fueron: “¡Viva Cristo Rey!”, “¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús!”. Tenía 51 años. Sus restos mortales reposan en el templo parroquial de San Jaime de Algemesí.
José Perpiñá Nácher —Sueca (Valencia), 22.II.1911 – Paterna (Valencia), 29.XII.1936— cursó los estudios de telegrafista y actuó como tal en el vapor Buenos Aires. Después estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, distinguiéndose por su afán de defender a los pobres gratuitamente ante los tribunales.
Contrajo matrimonio con Francisca Bosch Piera en 1935. Perteneció a la Juventud de Acción Católica y a la Adoración Nocturna. Fue detenido el 3 de septiembre de 1936 y conducido a la Cárcel Modelo. El día 29 de diciembre de 1936, cuando, junto con otros compañeros, iba a ser asesinado, dijo al oído de uno de los presos: “El Señor me acaba de conceder la gracia por la que tanto he suspirado: el martirio”. Fue asesinado esa noche en el Picadero de Paterna, con otros siete compañeros, entre ellos varios sacerdotes. Hoy sus restos reposan en el templo parroquial de San Pedro Apóstol de Sueca. Tenía veinticinco años.
Arturo Ros Montalt —Vinalesa (Valencia), 26.X.1901 – Moncada (Valencia), 28.VIII.1936— en 1927 contrajo matrimonio con María Llopis Sirer y tuvo seis hijos. Son de destacar sus actividades en el campo social católico. Fundó y dio vida al centro de Acción Católica y, a pesar del ambiente hostil, consiguió la aprobación del reglamento y, de acuerdo con el cura párroco, procuró llevar siempre, a los círculos de estudio y conferencias de formación a los hombres más preparados en cultura religiosa, dando así gran ímpetu a la Acción Católica de Vinalesa, la cual, mientras Arturo estuvo al frente de ella, se mantuvo muy vigorosa. Al suprimirse la enseñanza del catecismo en las escuelas, fundó en el mismo centro parroquial una escuela que consiguió abrir después de vencer muchas dificultades. Fue concejal del Ayuntamiento de Vinalesa desde 1933 hasta 1935. Destacó por su espíritu de justicia y equidad. Unos días antes del asesinato le tuvieron detenido en el comité local, haciéndole toda clase de vejaciones. En la madrugada del 28 de agosto de 1936 fue llevado con otros diez para ser asesinados.
Al subir al coche dijo: “Preparémonos como buenos cristianos a recibir el bautismo de sangre”. Asesinaron primero, y en presencia de Arturo, a sus compañeros. A él lo echaron vivo a un horno de cal encendido, situado en el término de Moncada (Valencia). Tenía treinta y cuatro años.
Pascual Torres Lloret —Carcagente (Valencia), 23.I.1885 – 6.IX.1936— era constructor de obras y en 1911 contrajo matrimonio con Leonor Pérez Canet.
Tuvieron cuatro hijos. Fue entusiasta colaborador del párroco en sus labores apostólicas, tanto religiosas como sociales. Fue un verdadero apóstol seglar y precursor de la Acción Católica que, en 1932, se estableció en la parroquia de la Asunción. Además, fue un elemento activo de la Adoración Nocturna, de las Conferencias de San Vicente de Paúl y de la Legión Católica de Padres de Familia. Era un gran entusiasta de la leprosería de Fontilles, pues le unía gran amistad con el padre Ferrís y con el siervo de Dios Joaquín Ballester Lloret, fundadores de dicho sanatorio. Iniciada la persecución religiosa, fue detenido primero el 25 de julio de 1936 y después el 6 de septiembre de 1936. Trasladado este mismo día al cementerio del pueblo, fue fusilado a los cincuenta y un años de edad. Sus restos mortales reposan en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Carcagente.
Manuel Torró García —Onteniente (Valencia), 2.VII.1902 – Benisoda (Valencia), 20.IX.1936— era perito aparejador. Siendo estudiante en Valencia, fue uno de los fundadores del Turno de Santa Teresa de la Adoración Nocturna. Además, perteneció a los hermanos de San Felipe Neri del hospital provincial. Fue fundador y primer presidente de la Acción Católica de la parroquia de San Carlos. En 1926 contrajo matrimonio con Rosario Romero Almenar y tuvieron una hija. Su vida de piedad era intensa. Al estallar la revolución, el cura párroco llevó a su casa, como hombre de confianza, el Santísimo Sacramento y él lo custodió hasta el lugar de su muerte. Fue detenido en la noche del 20 de septiembre de 1936 y recomendó a su esposa que perdonara a todos como él les perdonaba. Murió a los treinta y cuatro años en el término de Benisoda (Valencia). Sus restos descansan en la parroquia de San Carlos de Onteniente.
José María Zabal Blasco —Valencia, 19.III.1898 – Paterna (Valencia), 8.XII.1936— en 1925 contrajo matrimonio con Catalina Cerdá Palop, y tuvieron tres hijos. Desde el punto de vista social católico, trabajó sin descanso, siendo siempre el primero en reivindicar ante la Empresa de Ferrocarriles los derechos del obrero, aunque no le afectase directamente. Estaba suscrito a la prensa católica, El Debate y Diario de Valencia, prestándola a sus compañeros de trabajo. Buscaba el comentario del día para explicar el Evangelio y exponer la doctrina de la Iglesia. Cuando comenzó la persecución religiosa de 1936, fue detenido a primeros de noviembre de 1936, siendo de gran ejemplo para todos mientras duró su cautiverio. El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada, fue conducido con otras personas al Picadero de Paterna, donde fue asesinado, no sin antes confirmar una vez más su fe, gritando: “¡Viva Cristo Rey!”, y su perdón para los que lo fusilaban. Tenía treinta y ocho años de edad.
Todos ellos fueron beatificados por el papa Juan Pablo II, en Roma, el 11 de febrero de 2001.
Bibl.: V. Cárcel Ortí y R. Fita Revert, Mártires Valencianos del Siglo xx, Valencia, Edicep, 1998; Boletín Oficial del Arzobispado de Valencia. Número extraordinario. Beatificación de los Mártires. 11 de marzo de 2001, época IV, vol. 14, n.º 3240 (2001); Delegación Diocesana para las Causas de los Santos, Pablo Meléndez Gonzalo, José María Zabal Blasco, Juan Gonga Martínez, Pascual Torres Lloret y Manuel Torró García, Valencia, 2001; M.ª E. González Rodríguez, Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo xx en España. Quiénes son y de dónde vienen, Madrid, EDICE, 2008, págs. 375-385.
María Encarnación González Rodríguez