Llauradó Parisi, Antonio. Reus (Tarragona), 13.VI.1910 – Calafell (Tarragona), 30.VII.1936. Religioso novicio de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), mártir, beato.
Era hijo de Pedro Llauradó Durán, herrero de profesión, y de Josefa Parisi Sanahuja, matrimonio de costumbres cristianas y arraigadas creencias, y de posición económica desahogada. Fue bautizado el día 26 del mismo mes y año de su nacimiento, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, imponiéndosele los nombres de Antonio, Manuel y José. Le confirió el sacramento de la confirmación el señor arzobispo de Tarragona, Antolín López Peláez, el día 12 de octubre de 1914. Se educó y formó en varios colegios de Reus, mientras su vida cristiana estaba totalmente vinculada a su parroquia, en la que hacía de monaguillo. Esto le ayudaba para llevar una vida piadosa, de comunión frecuente, participando en las Asociaciones de la Acción Católica, Adoración Nocturna y Conferencias de San Vicente de Paúl. Con veintidós años, fue a conocer la vida religiosa hospitalaria. Visitó el hospital de Calafell y habló con el maestro beato Braulio María Corres, y cuando su disposición era ya firme, se sintió estimulado por sus hermanos que se preocuparon de su madre, ya anciana. Antes de dar el paso definitivo, devoto de la Virgen, fue en peregrinación al santuario de la Virgen de Montserrat, confiando a ella su vocación. Por fin el 6 de septiembre de 1935 se incorporó a la casa de Sant Boi de Llobregat, para tener la primera experiencia directa, que en verdad satisfizo sus aspiraciones. Tres meses después pasó a Calafell, donde el 7 de diciembre tomó el hábito religioso y dio principio al noviciado canónico con el nombre de fray Antonio. Durante los primeros meses vivió el espíritu del noviciado feliz, plenamente identificado con su vocación, pues asistía a los enfermos con gran fe y verdadera caridad, descubriendo a Cristo en ellos.
Al comenzar la Guerra Civil de 1936 se encontraba en el noviciado. El 30 de julio, “muy de madrugada” oyeron misa y comulgaron todos, y, con la Eucaristía en las manos, el beato Braulio María Corres les dirigió una plática. Fue a la estación de Calafell con el beato Braulio María Corres y, en espera del tren, fue apresado con los demás y conducidos al pueblo vecino de Vendrell, donde, unidos en la plaza con los del grupo de San Vicente, fueron puestos contra la pared entre amenazas e insultos; montados después en una camioneta, se los llevaron dirección a Barcelona.
Pasado un kilómetro y medio de Calafell, muy próximo a la finca denominada Corral del Rión, fueron obligados a bajar de la camioneta y sobre las 6-7 de la tarde fueron asesinados catorce hermanos de San Juan de Dios.
El beato Antonio Llauradó, al morir, tenía veintiséis años de edad y era novicio. Los vecinos de Calafell recogieron aquella misma tarde los cadáveres y los subieron al cementerio, donde todos juntos fueron sepultados al día siguiente. Los días 11-14 de febrero de 1992, antes de su beatificación, se llevó a cabo el reconocimiento de los restos en sendas urnas, que fueron acomodadas en otra capilla de la misma iglesia de Sant Boi de Llobregat. Abierta su causa de muerte como martirio en la Curia diocesana de Barcelona (1948) y aprobada en Roma el 14 de mayo de 1991, fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el papa Juan Pablo II. Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio como “Mártires de la Hospitalidad”.
Bibl.: O. Marcos Bueno, Violencias, profanaciones y asesinatos cometidos por los marxistas en los Establecimientos de San Juan de Dios: Ciempozuelos, Carabanchel Alto y Talavera de la Reina, Palencia, Editorial Hospitalaria, 1938; R. M. Saucedo Cabanillas, “Hasta el Cielo”, en Biografía y martirio de 54 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, Madrid, ARGES, 1952; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de San Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; F. Lizaso Berruete, Testigos de la misericordia hasta el martirio, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1992.
José Luis Martínez Gil, OH