Plaja Cifra, Niceta. Beata Niceta de Santa Prudencia. Torrent (Gerona), 31.X.1863 – Paterna (Valencia), 24.XI.1936. Religiosa Carmelita de la Caridad (CaCh.), beata.
Ingresó en el noviciado en Vic (Barcelona) en 1880, cuando iba a cumplir diecisiete años de edad. Profesó en 1883 y tres años más tarde fue destinada a la Casa de Misericordia de Valencia, donde pasó el resto de su vida. Durante años fue despensera general y encargada del almacén. En 1936 era la superiora de la casa, que alojaba un millar de asilados.
Durante la Guerra Civil, por ser catalana le daban libertad para marchar, pero no quiso dejar a las Hermanas.
La Real Casa de Misericordia de Valencia estaba regentada por las Carmelitas de la Caridad desde que en 1858 la reina Isabel II pidiera al obispo de Vic una comunidad religiosa que se encargase de ella. Era un asilo de ancianos, niños y jóvenes desvalidos.
El Decreto del 12 de mayo de 1936 ordenaba sustituir a las comunidades de religiosas de los centros de beneficencia por personal femenino civil, por lo que el 4 de junio presentaron ante ellas a las sesenta y ocho empleadas que debían ocupar sus puestos.
Las Carmelitas tuvieron que alquilar un piso en la calle de los Cambios, 3, aunque carecía de enseres, luz y agua, y el 22 de julio salieron las primeras religiosas para hacerse cargo de él. Poco después, el 27, abandonaron las demás la Casa de Misericordia.
Tras registros e interrogatorios, permitieron marchar a las que tenían sus familias en Cataluña o Levante, y así lo hicieron, siguiendo el consejo de la madre provincial. Pero la superiora de la casa, madre Niceta, prefirió no abandonar a las demás. El 17 de noviembre de 1936 fueron llevadas a la comisaría de la FAI, donde fueron sometidas a interrogatorio. Se dictó sentencia de prisión para las doce religiosas y el día 19 fueron recluidas en la cárcel de mujeres de Alacuás, donde permanecieron cinco días.
El 24 de noviembre de 1936, a las 5 de la mañana, fueron llamadas por un guarda y obligadas a subir a un camión que las esperaba a la puerta y las condujo al Picadero de Paterna, donde todas fueron fusiladas.
Las doce Hermanas fueron sepultadas en fosas comunes.
Actualmente se veneran sus restos en la casa provincial de las Carmelitas de la Caridad de Vinalesa (Valencia). Fueron beatificadas por Juan Pablo II, en Roma, el 11 de marzo de 2001.
Las otras once religiosas asesinadas en el Picadero de Paterna el 24 de noviembre de 1936 fueron éstas: Paula Isla Alonso, beata Paula de Santa Anastasia —Villalaín (Burgos), 28.VI.1863—. Entró en el noviciado de Vitoria en 1887. Estuvo en Cascante (Navarra), Sabadell (Barcelona), Cardona (Barcelona), Villafranca (Navarra); fue profesora en el Colegio de Alcoy (Alicante) y, tras otros destinos, llegó a la Casa de Misericordia de Valencia.
Antonia Gosens Sáez de Ibarra, beata Antonia de San Timoteo —Vitoria, 17.I.1870—. Ingresó en las Carmelitas de la Caridad en su ciudad natal en 1887.
Estuvo en Castellón de la Plana y en la Casa de Misericordia de Valencia.
Daría Campillo Paniagua, beata Daría de Santa Sofía —Vitoria, 8.IX.1873—. Ingresó en el noviciado de Vic (Barcelona) en 1895. Fue a Castellón de la Plana, y a la Casa de Misericordia de Valencia, donde se ocupó de las labores y de la enfermería de las niñas.
Concepción Odriozola Zabala, beata Concepción de San Ignacio —Azpeitia (Guipúzcoa), 8.II.1882—. Ingresó en el noviciado de Vitoria en 1904. Tras otros destinos, estuvo dieciséis años en Alcoy (Alicante), y luego pasó a la Casa de Misericordia de Valencia, donde se encargó del planchador, enfermería y sacristía-iglesia.
Erundina Colino Vega, beata Erundina de Nuestra Señora del Carmen —Lagarejos de la Carballeda (Zamora), 23.VII.1883—. Entró en el noviciado de Vitoria en 1915, a los treinta y dos años. Fue destinada a la Casa de Misericordia de Valencia para encargarse de la portería.
María Consuelo Cuñado González, beata María Consuelo del Santísimo Sacramento —Bilbao, 2.II.1884—. Estudió Magisterio con notas brillantes y entró en el noviciado de Vitoria en 1901. Su primer y único destino fue la Casa de Misericordia de Valencia.
Feliciana de Uribe y Orbe, beata Feliciana de Nuestra Señora del Carmen —Múgica (Vizcaya), 8.III.1893—. Entró en el noviciado de Vitoria en 1913. Su único destino, durante 23 años fue la enfermería de la Casa de Misericordia de Valencia.
Concepción Rodríguez Fernández, beata Concepción de Santa Magdalena —Santa Eulalia (León), 13.XII.1895—. Entró en el Noviciado de Vitoria en 1916. Después de un breve destino en Denia, fue a la Casa de Misericordia de Valencia, donde estuvo encargada de los niños.
Clara Ezcurra Urrutia, beata Clara de Nuestra Señora de la Esperanza —Uribarri de Mondragón (Guipúzcoa), 17.VIII.1896—. Ingresó en el noviciado de Vitoria el 14 de marzo de 1920. Destinada a la Casa de Misericordia de Valencia, se encargó de la ropería y del dormitorio de las niñas.
Justa Maiza Goicoechea, beata Justa de la Inmaculada —Ataun (Guipúzcoa), 13.VII.1897—. Ingresó en el Noviciado de Vitoria en 1920. No tuvo otro destino que la Casa de Misericordia de Valencia.
Cándida Cayuso González, beata Cándida de Nuestra Señora de los Ángeles —Ubiarco (Cantabria), 5.I.1901—. Profesó en 1923 y fue destinada a la Casa de Misericordia de Valencia.
Bibl.: M. Ogazón, Flores de sangre del vergel carmelitano, Madrid, Coculsa, 1945; M. D. López de Vicuña y M. C. López Ramos, Cuando amanecía. Martirio de veinticinco HH. Carmelitas de la caridad, Madrid, Curia General de CaCh., 1993; V. Cárcel Ortí y R. Fita Revert, Mártires Valencianos del siglo xx, Valencia, Edicep, 1998; Y. Moreno, Testigos de la fe. Hermanas Vedruna, Cuadernos CCV, 6, Roma, Carmelitas de la Caridad Vedruna, 2000; A. J. González Chaves, “Beatas Elvira de la Natividad de Nuestra Señora Torrentalle Paraire y compañeras de la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad”, Año cristiano VIII, agosto, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2005, págs. 684-700; M.ª E. González Rodríguez, Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo xx en España. Quiénes son y de dónde vienen, Madrid, Ed. EDICE, 2008, págs. 560-567.
María Encarnación González Rodríguez