Fábrega Juliá, Plácido. Beato Bernardo. Camallera (Gerona), 18.II.1889 – Barruelo de Santillán (Palencia), 6.X.1934. Hermano Marista de la Enseñanza (FMS), educador, mártir, beato.
Fue bautizado el 24 de febrero de 1889 por el párroco Antonio Alegri, en la iglesia parroquial de San Bartolomé, de Caballera, imponiéndole los nombres de Plácido Juan José. En 1894 murió su padre y en este mismo año recibió la confirmación.
El 9 de marzo de 1901, entró en el Juniorado marista de San Andrés de Palomar (Barcelona), donde uno de sus hermanos le había precedido. Recorrió todas las etapas previstas en las comunidades maristas: cocinero de la comunidad, estudios, profesor de primaria y de secundaria, subdirector de la escuela, superior de la comunidad y director del colegio. Así, el 2 de enero de 1904 fue admitido al postulantado en la misma casa de San Andrés de Palomar. El 8 de septiembre de dicho año vistió el hábito marista e inició el noviciado canónico en dicha casa. Después de profesar temporalmente fue destinado a la primera comunidad apostólica, Torelló, donde debía ejercitarse en el oficio de cocinero de la comunidad. En agosto de 1906 fue destinado como profesor a Calatayud (Zaragoza). En 1910, después de profesar, enseñó en el colegio de Igualada, hasta agosto de 1914, en que fue destinado a Valencia hasta 1915, año en que regresó a Igualada. En 1916 se encontraba entre los fundadores del Colegio San José de Barcelona.
En 1925 fue nombrado director de la escuela de las minas de carbón de Vallejo de Orbó (Palencia), centrándose su apostolado en la formación de los hijos de los mineros. Amó apasionadamente a este pueblo trabajador y pobre. Consciente de la precariedad de estas familias, quiso crear oportunidades de futuro para sus hijos.
Admitido por el hermano superior general y su Consejo a emitir el voto de estabilidad en el Instituto de Hermanos Maristas, lo formuló el 24 de agosto de 1930. En 1931 los superiores le pidieron tomar la dirección de la escuela de Barruelo de Santillán (Palencia), también en la región de las minas.
El hermano Bernardo era muy apóstol. En todos los lugares por donde pasó se multiplicaban sus iniciativas: coros, asociación de ex alumnos, grupos de acción católica, movimientos de jóvenes apóstoles entre los alumnos, puertas abiertas a la cultura, entronización de imágenes del Sagrado Corazón, vigilias de oración, círculos de estudio, conferencias culturales y religiosas, clases para adultos, cajas de ahorro para los hijos de los mineros, becas de estudio, biblioteca itinerante, grupos de teatro, actividades folklóricas, visitas a las familias de los trabajadores de la mina, visitas a enfermos, trabajo vocacional, acompañamiento de Hermanos Jóvenes, sin dejar el trabajo docente de director y de profesor en el colegio. “Nueve horas de clase diarias —escribía a un ex alumno suyo—, horas que me parecen minutos, porque me encuentro feliz entre los niños y ¡me parece poco todo lo que hago por ellos!” Decía también: “¿Qué bien puedo hacer a los alumnos si no soy el primero en vivir lo que les digo?”.
Si el hermano Bernardo llegó a ser un educador eficaz de la fe de sus jóvenes alumnos, se debió, sobre todo, a su experiencia de Dios. Fue, además, un maestro extraordinario, de fuerte voluntad, de carácter enérgico, serio y profundo en todo lo que emprendía.
Por otra parte, se mostraba respetuoso, afable, delicado en sus formas de trato y muy caritativo. Su sinceridad y rectitud eran notables. Fue un modelo de piedad y un espejo de abnegación; un ejemplo de celo apostólico y una luz de santidad.
Durante la persecución religiosa desencadenada mientras tenía lugar la revolución de Asturias de 1934, el día 6 de octubre, hacia las 4 de la mañana, el hermano Bernardo fue asesinado. Se sabe que murió pidiendo perdón a Dios para sus verdugos, para que también él fuera perdonado. Su cuerpo fue objeto de insultos, mutilado, arrastrado por los pies hasta la huerta de los hermanos y abandonado durante veinticuatro horas. Después fue trasladado al depósito de cadáveres en el cementerio de Barruelo y sometido a la autopsia. El 8 de octubre lo sepultaron en el cementerio local. Su cuerpo ahora reposa en la iglesia parroquial de Barruelo de Santillán.
El hermano Bernardo fue beatificado en Roma el 28 de octubre de 2007.
Bibl.: E. Corredera Gutiérrez, Páginas de historia Marista. España 1036-1939, Barcelona, Edelvives, 1977; J. J. Moral Barrio, Vidas entregadas. Martirologio Marista de España, 1909-1939, Zaragoza, Vicepostuladuría Marista de España, 1997; págs. 31-45; C. Alberti, Vivió trabajando, murió perdonando, Hermano Bernardo, Marista, Roma, 2007; Fratelli Maristi, Fr. Bernardo. Plácido Fábrega Julià, 1889-1934. Fratello Marista. Fratello e martire [Roma, 2007]; T. Barriuso et al., Semillas de vida. 47 Hermanos Maristas mártires en España. Beatificación, Roma 28 de octubre de 2007, Zaragoza, Edelvives, 2007; M.ª E. González Rodríguez (ed.), Quiénes son y de dónde vienen. 498 mártires del siglo xx en España, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, pág. 117; Hablar hoy de martirio y de santidad, Madrid, Conferencia Episcopal Española, Edice, 2007, págs. 145-206; F. M. S., Mensaje. Semillas de vida. 47 Hermanos Maristas mártires en España, Beatificación, Roma, 28 de octubre de 2007, Roma, XXI, n.º 36 (septiembre de 2007); Confer, 28 de octubre de 2007. Beatificación de 462 Religiosos y Religiosas Mártires de España, “Vosotros sois la luz del mundo”, “Folletos Con Él. Testimonio y Testigos”, n.º 282 (octubre de 2007); Confer, 28 de octubre de 2007. Beatificación de 462 Religiosos y Religiosas Mártires de España, “Vosotros sois la luz del mundo”, “Folletos Con Él. Testimonio y Testigos”, n.º 282 (octubre de 2007); “Mártires Maristas. Hermanos y maestros de vida”, Presencia Marista, 94 (diciembre de 2007).
María Encarnación González Rodríguez